Revista 1857

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Los grandes desafíos del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP)

 

Este próximo 28 de Junio se cumplirá el primer aniversario del golpe de Estado que derrocó al ex presidente Manuel Zelaya, que cambió la historia de Honduras, y que ha tenido repercusiones en Centroamérica y el conjunto de América Latina.

Lo que comenzó siendo un conflicto inter burgués, una medida preventiva de la oligarquía hondureña, estuvo a punto de convertirse en una verdadera revolución. Si bien es cierto que el objetivo inmediato del golpe era sacar a Manuel Zelaya del poder ejecutivo, esta posición de fuerza generó una airada repuesta de un importante sector de masas, que se lanzaron a las calles, no necesariamente para defender al presidente Zelaya, sino a la democracia.

Con altibajos, las masas populares salieron a las calles a repudiar el golpe de Estado. No nos cansaremos de insistir que el Melismo, el sector del Partido Liberal de Honduras ligado y dependiente del ex presidente Manuel Zelaya, jugó un triste papel en esta heroica lucha de la resistencia. Su error estratégico consistió priorizar el diálogo con los golpistas, y creer en los cantos de sirena del gobierno de Estados Unidos, en detrimento de la movilización popular.

Al privilegiar las negociaciones, por encima de la dinámica revolucionaria de las masas populares de Honduras, el resultado fue que, en vez de convertirse en el medio por el cual las masas hicieran su experiencia práctica, para darse cuenta de las verdaderas intenciones de los golpistas, las negociaciones se convirtieron en un sedante que domesticó el empuje popular, preparando el irremediable camino de las elecciones fraudulentas y amarradas.

La izquierda hondureña se mareó con el proceso electoral. Comprendió muy tarde que el Golpe de Estado sencillamente le abría el camino a las elecciones. Tarde pero a tiempo, la Candidatura Independiente Popular (CPI) se retiró del proceso electoral, quedando únicamente el partido Unificación Democrática (UD), con la candidatura de Cesar Ham, quien ahora es ministro de reforma agraria del ilegítimo presidente Porfirio Lobo Sosa.

Esta es tan solo una pequeña muestra de cómo una análisis equivocado puede conducir a la derrota. Pensar que se podía derrotar al golpe de Estado por medio de las urnas, arrastró a quienes se reivindican de izquierda, a las posiciones  del más vil oportunismo.

La lucha contra el golpe de Estado del 28 de Junio terminó en una clara victoria de los golpistas, quienes continúan en el poder, con las instituciones intactas. Lograron pasar de la sustitución presidencial por medio de Micheletti al recambio presidencial de Porfirio lobo Sosa por medio de elecciones, sin tocar la Constitución de 1982 que deja incólume el bipartidismo.

Pero aún en medio de la derrota, hay un aspecto positivo, importante, que debemos resaltar: el fortalecimiento de las organizaciones populares, la crisis pavorosa del capitalismo hondureño, y la transformación del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado ahora convertido en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), la más poderosa e influyente organización de Honduras. El FNRP es, por el momento, la más grande organización unitaria de toda la izquierda, sindicatos, centrales y organizaciones del movimiento popular.

Precisamente, por que se han fortalecido las organizaciones obreras y populares, la derecha cavernaria de Honduras, mantiene una política de asesinatos selectivos en contra de destacados miembros de la Resistencia, o sencillamente contra los periodistas, que denuncian los crímenes y latrocinios de los golpistas.

Esta represión selectiva ha golpeado al Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) con el asesinato, todavía impune, de nuestro camarada José Manuel Flores Arguijo, miembro de nuestro Secretariado Centroamericano (SECA), y también a otros destacados miembros de la Resistencia.

La figura de Mel Zelaya ya es solo un recuerdo de la historia, el FNRP debe continuar la lucha por la democratización de Honduras, debe enarbolar sus propias banderas, debe romper definitivamente con la corriente burguesa que representa el Melismo.

El FNRP tiene el enorme desafío de encabezar la lucha por la Asamblea Nacional Constituyente, libre,, democrática, que democratice Honduras en beneficio de los pobres y marginados. Aquí es donde viene lo más importante: ¿Cuál es el programa de lucha del FNRP? soberana

En un comienzo estaba claro que la lucha era contra el golpe de Estado, y que debíamos movilizarnos para recuperar las libertades democráticas. El PSOCA no planteó como consigna central el regreso de Mel Zelaya al poder, a pesar de que mucha gente se movilizaba con ese objetivo. Nuestra postura era que la lucha democrática se convirtiera o se transformará en una lucha por la emancipación social.

En este momento, el FNRP esta recolectando firmas entre la población hondureña para exigir la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente y el retorno del Ex Presidente Manuel Zelaya. Una vez más, y de manera fraternal lo planteamos, la dirigencia del FNRP jerarquiza los procesos que establece la legislatura burguesa para llevar a cabo la pretendida reforma constitucional.

En estos meses de lucha, la izquierda debió aprender que  la mezquina burguesía hondureña  no va a dar  ningún tipo de concesión democrática sino existe un fuerte movimiento social que rompa con el orden establecido. Por otro lado, se sigue utilizando como consigna principal la exigencia del retorno del expresidentes Manuel Zelaya, quien tiene derecho a regresar a Honduras pero la izquierda y el movimiento obrero y popular no deben subordinarse a sus designios e intereses.

Resulta preocupante que en la mega marcha del 1 de Mayo en Tegucigalpa estuvo dominada por consignas a favor del retorno de Mel Zelaya, quien como ya hemos dicho tiene todo el derecho de regresar y vivir en Honduras. Nos preocupa que el estrado estuviera dominado  por Xiomara Castro de Zeleya, Rasel Tomé y Carlos Eduardo Reina, dirigentes burgueses del liberalismo.

La dirigencia del FNRP todavía le concede importantes espacio de dirección a la corriente burguesa, por cierto responsable directa de los errores que condujeron a la victoria de los golpistas. Aunque hay sectores de las bases y d ela propia dirigencia del FNRP que mantienen una sana desconfianza y crítica hacia este sector burgués, es necesario una redefinición de los objetivos a alcanzar

Es por todo lo anterior, que hacemos un llamado a las distintas organizaciones populares, gremiales, sindicales y de izquierda aglutinas en el FNRP que  adquieran independencia plena independencia política de la corriente nacional-burguesa representada por el depuesto Presidente Zelaya.

Lo más importante ahora, para luchar efectivamente contra el ilegitimo gobierno de Porfirio Lobo, es convertir al FNRP en el eje aglutinador de todas las corrientes de izquierda, en la necesaria coordinación democrática de las corrientes obreras y populares, que comience a discutir el programa o plan de lucha que nos permitirá derrotar al gobierno espurio e ilegitimo de Porfirio Lobo.

Los 12 puntos de la desaparecida Coordinadora de Resistencia Popular (CNRP) deben ser el punto de partida de una discusión mucho más amplia sobre el contenido del programa del FNRP, y no debe convertirse en el programa mínimo de alianza con los sectores burgueses del Melismo, como pretenden algunos. La necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente, libre, soberana y democrática, no va a ser producto de la recolecta de firmas, sino de la movilización popular enarbolando las reivindicaciones populares: empleo, salarios dignos, lucha contra los crimines selectivos y el sicariato, independencia políticas de los sindicatos y organizaciones populares, educación y salud gratuita para todos, reforma agraria y financiamiento barato para los campesinos y pequeños productores, en fin la lucha por la independencia nacional está asociada a la revolución social y a la lucha por la reunificación de Centroamérica, como lo soñara el héroe nacional de Honduras: general Francisco Morazán.