Honduras
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Por Manuel Rivera

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La marcha realizada el pasado 15 de enero, y que fuera convocada por la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP), organizaciones magisteriales, las Centrales Obreras y la Asociación de Empleados Públicos, más que lucha por la defensa del aumento del salario mínimo fue hecha para apoyar políticamente al Presidente Zelaya. La marcha se realizo en tres ciudades: San Pedro Sula, La Ceiba y Tegucigalpa.

Claudicación al gobierno

Existe una homogeneidad de las posiciones políticas entre los dirigentes del movimiento popular. En relación a la resistencia de la patronal, Israel Salinas, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), expresó “que efectuarán nuevas movilizaciones de trabajadores para "defender la vigencia del salario mínimo". (La Prensa 20/01/09)

El dirigente magisterial Eulogio Chávez declaró "Exigimos el cumplimiento del pago del salario así tengamos que estar en las calles todos los días" (El Economista). El dirigente popular Rafael Alegría agregó que "estamos dispuestos a defender la causa del pueblo hondureño en esta marcha extraordinaria, maravillosa". (Univisión 15/1/09 Carlos Reyes, dirigente del Bloque Popular, anunció que conversarán con los magistrados de la CSJ para que no prospere ninguno de los recursos de amparo con suspensión del acto reclamado en contra de la vigencia del nuevo salario mínimo. Y Juan Barahona, coordinador del Bloque Popular, se deshizo en elogios a favor del Presidente Mel Zelaya, al declarar en el estatal canal 8 “que era mejor mantener al que esta porque ayuda al pueblo y no a otro que va terminar con sus proyectos” Estos discursos de los dirigentes del movimiento popular son peligrosos, porque constituyen una claudicación al actual gobierno y nos da la impresión que el gobierno de Mel Zelaya es el mal menor.

Rodolfo Suazo, presidente de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANDEP), informó “que el gobierno central concedió asueto a todos los trabajadores a partir de las 12:00 del mediodía para apoyar la manifestación”. (La Prensa 15/1/09).

Algo raro está ocurriendo

Tenemos a un Presidente que otorga un sustancial aumento de salarios a los trabajadores, y que concede asueto para que los empleados públicos asistan a una marcha que, en el fondo, no es tanto para defender el salario mínimo, sino que constituye un apoyo político a favor del gobierno de Mel Zelaya. Y para rematar, casi toda la dirigencia sindical está de acuerdo en claudicarle políticamente al gobierno.

No se puede perder de vista que en 2009 se realizaran las elecciones generales y que todo indica que el aumento del salario mínimo persigue ampliar la base social del grupo liberal en el poder. No se puede descartar que el zelayismo pretenda que la dirigencia sindical y popular apoye su proyecto político en las próximas elecciones, a cambio de las migajas del salario mínimo.

Hacia donde van estos actos

La adhesión al convenio ALBA, el retraso de las credenciales del actual embajador de los Estados Unidos, la ampliación del seguro social, el discurso ante la ONU, y ahora el incremento al salario mínimo, forman parte de un giro a la izquierda del gobierno de Mel Zelaya que tiene confundida a toda la izquierda en Honduras, salvo muy raras excepciones.

¿Desde cuando un gobierno burgués se preocupa por la clase trabajadora?, El ministro de la presidencia Flores Lanza tiene ahora un discurso más humanista: “Creemos que una economía no se puede basar en pagar un salario a los trabajadores, que no les sirva para cubrir sus necesidades básicas; el salario mínimo no sólo servirá para que los trabajadores tengan una vida digna, sino para que Honduras tenga un futuro mejor”, (La Tribuna 20/1/09)

¿Porque tendríamos que creerle? El gobierno no le ha podido pagar a más de 2000 maestros que desde febrero del año anterior están peleando por el salario. ¿A qué se debe este idilio del gobierno con el movimiento popular? Sin lugar a dudas, el presidente Zelaya quiere afianzarse al movimiento popular, para que le sirva de base social y electoral en sus pretensiones de continuismo.

La CNRP, las Centrales Obreras y todas las organizaciones populares, deben dejar de hacerle el juego al gobierno. Una cosa es defender el salario mínimo y otra es arrodillarse ante Mel Zelaya. El Movimiento al Socialismo (MAS) de Honduras manifiesta que siempre vamos a estar del lado de los trabajadores, lo que denunciamos es la actitud del gobierno al utilizar un lenguaje de izquierda, manipulando al movimiento popular y la dirigencia que se deja engañar. Hacemos un llamado a las organizaciones obreras y populares a impulsar jornadas de lucha unitarias, y organizar un paro general de 24 horas por la defensa del salario mínimo y del empleo, pero sin claudicarle al gobierno de Mel Zelaya.