Por Tomas Andino Mencía

Ayer 24 de marzo, sicarios al servicio de la burguesía golpista hicieron que dejara de latir el corazón de MANUEL FLORES; un buen hombre, lúcido, transparente, amplio  y consecuente.

Manuel fue un luchador social incansable; dirigente gremial probado e insobornable, orgullo del magisterio; también fue un resistente inclaudicable desde el primer día del golpe y un  incansable en las caminatas y en las trincheras, donde lo encontrábamos quienes aprendimos a admirarlo.

También fue un camarada de izquierda serio, crítico, honesto y firme en sus convicciones, cualidades que le ganaron el aprecio de sus compañeros (as). Militaba en el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) y antes lo hizo en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), identificándose con el trotskismo al cual entregó prácticamente su vida.

En la intencionalidad de los golpistas, su muerte tiene un claro mensaje de intimidación, no sólo contra el magisterio, en una época en la que la burguesía se apresta a destruir su más importante conquista histórica, el Estatuto del Docente, sino también para la izquierda socialista, en un momento de importantes definiciones históricas sobre el rumbo que debe tomar el país.

Sin embargo, calculan mal: Podrán parar su corazón pero no pueden impedir que su pasión por la Revolución nos contagie. Podrán apagar la llama de su mente, pero no pueden impedir que su luz continúe irradiándonos a través de sus artículos y sus libros.

Lejos de amedrentar el espíritu de lucha del Pueblo en Resistencia, crímenes perpetrados contra hombres de la altura de Manuel Flores, solo echan más leña al fuego de la indignación y el coraje  del magisterio, de la Resistencia y de los revolucionarios.  Lo muestra el hecho de que los docentes de educación media respondieron a este crimen con un paro de labores.

Por eso, me sumo a aquellos compañeros(as) que proponen seguir el ejemplo de los docentes: Combatir la represión con Movilización. Por cada muerto debe haber un paro de labores,  una movilización o protesta exigiendo el castigo de los asesinos materiales e intelectuales. Solo así cada compañero o compañera caída(o) sera un motivo más de lucha, obteniendo los golpistas el efecto contrario al que buscan.

¡Hasta en eso Manuel Flores nos inspira!

De ahí que sea justo decir que Manuel es de los Muertos que Nunca Mueren.

COMPAÑERO MANUEL FLORES:  HASTA EL SOCIALISMO SIEMPRE!

Hemeroteca

Archivo