“La educación es la primera necesidad del pueblo”

J. del Valle

Por Fabricio Sandoval

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Abogado

La educación superior está a un paso de ser privatizada, esto debido a la iniciativa de ley que promueve, la Asociación Nacional de Universidades Privadas de Honduras “ANUPRIH”, la cual se encamina a reformar los artículos 156, 159, 160, 161 y 163 constitucionales.

Referidos artículos constitucionales establecen en primer lugar; que la educación superior le corresponderá a la UNAH, por ende la UNAH goza de la exclusividad de organizar, dirigir y desarrollar la educación superior y profesional y, para ello se creó mediante decreto # 142-89 La Ley de Educación Superior, la cual a través del Consejo de Educación Superior “CES”, regula y controla la educación superior en toda sus esferas.

En segundo lugar; el Estado debe contribuir al sostenimiento, desarrollo y engrandecimiento de la UNAH, con una asignación anual no menor del 6 % del Presupuesto de la república. El estado como ente políticamente organizado es el garante del cumplimiento de este bien público, digo “bien público” porque según la UNESCO en su conferencia mundial del 2009 estableció que la educación superior es “un bien público y un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por el estado”.

Entonces ustedes han de preguntarse: ¿Qué tiene que ver la autonomía universitaria que defienden los y las cipotas de la UNAH, con todo esto de la privatización de la Educación Superior? Pues radica en dos puntos.

El primer punto, es que el “Estado” delega su función de garante de la educación superior a la UNAH, para que esta institución autónoma regule, organice y desarrolle dicho mandato, entonces la UNAH tiene autonomía para regular la educación superior, referida autonomía no se debe entender como un monopolio del cual goza la UNAH, sino como un mandato constitucional del Estado, el cual está obligado, en garantizar descrito derecho humano fundamental.

El segundo punto, reside, en que la ANUPRIH, en su anteproyecto de ley, se orienta en crear una Comisión Nacional de Educación Superior “CNES”, referida Comisión será la encargada de dirigir, organizar y desarrollar la educación superior y profesional, logrando con maquiavélico anteproyecto:

a)  La violación de la autonomía de la cual goza (por mandato constitucional art 160) la UNAH y,

b) La privatización de la Educación Superior.

Lo interesante es que referida Comisión estaría integrada por 12 miembros,  6 de las Universidades públicas y, 6 de las Universidades privadas, o sea democratizar la educación dicen “los empresarios de la educación”, cuando ellos (ANUPRIH) sólo cubren el 30% de la demanda de la población universitaria (la UNAH el 70%) Entonces ¿Eso es democratizar? No ¡claro que no! Sino que es una falacia, para poder mercantilizar la educación (sustituir el Estado por el Mercado), pues al crearse dicha Comisión que no les quepa duda, que habrá más proliferación de universidades de garaje o de maletín como dicen los cipotes del MAU (Movimiento Amplio Universitario).

La otra cara de la moneda es que con referida Comisión, las universidades privadas no pagaran impuestos (negocio perfecto), además se apropiaran del 6% del presupuesto asignado a la UNAH y darán a luz a robots (personas) automatizados para trabajar por un mísero salario, pues producirán miles de robots (personas) por año. Dando lugar a una sobrepoblación mal formada, solamente prestadores de servicios que se integraran perfectamente al modelo neoliberal.

La privatización de la UNAH está como en el banco, porque a decir verdad, con la gente que está el congreso, no podemos esperar nada, sino todo lo contrario. Además no podemos esperar nada de las autoridades universitarias del alma mater, ya que tienen intereses personalísimos y son lacayos de los partidos políticos, por lo que con su silencio y su remendada y pobre contrapropuesta no hacen más que desenmascararse ante la comunidad universitaria y la sociedad.

Por lo que, la defensa de la Autonomía y Educación Superior, pasa por dos momentos fundamentales (como propuestas), uno, es la de construir una contrapropuesta al anteproyecto de ley de la ANUPRIH, cimentada con las y los estudiantes independientes, movimientos y frentes estudiantiles, así como docentes, dando lugar a un instrumento que les respalde en su rebeldía en las calles, y como herramienta de cohesión, pertenencia e identidad con el alma mater.

El segundo momento se centraría en la difusión (en asambleas, cabildos abiertos y todo acto público) de la contrapuesta ante toda la comunidad universitaria, población en general, para que se apropien y defienda susodicha contrapropuesta.

Donde no existe justicia, no puede haber derecho.

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