Medio Oriente

Por Oliverio Mejía

La brutal ofensiva desatada por el Estado sionista contra la población palestina de la Franja de Gaza, ha convertido ésta en un verdadero cementerio, con casi 11 mil palestinos asesinados, de los cuales 4,274 son niños, y 26,474 heridos por las bombas de la aviación militar y la incursión terrestre sionista. En Cisjordania, 153 muertos y 2,200 heridos, 5,007 detenidos de los 4,000 que están Israel con permisos de trabajo.

Hace un mes, audazmente milicias palestinas entraron en territorio israelí destruyendo defensas militares, tomando rehenes civiles y militares; fueron asesinados o murieron por el fuego cruzado varios civiles. Estos métodos, catalogados como terroristas, son distintos a definirlos según la narrativa mainstream occidental como organizaciones terroristas per se.

Esta sutil diferencia en la utilización de esos métodos se debe a las condiciones sociales que provocan la resistencia a la ocupación israelí en toda Palestina. Esta incursión fue realizada por la organización fundamentalista Resistencia Islámica (HAMAS), sumándose la también integrista Yihad Islámica y las izquierdistas laicas Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), el Frente Democrático para Liberación de Palestina (FDLP), La Guarida de los Leones y los Comandos de Resistencia Palestina.

La agresión israelí

Israel lanzó una guerra para destruir a HAMAS; si ésta comete violaciones a los derechos humanos por sus métodos violentos individuales sobre la población israelí, el Estado israelí, gobernado por la coalición ultraderechista presidida por Benjamín Netanyahu históricamente ha cometido terrorismo de Estado y ahora realizan un genocidio sobre la población gazatí.

Con el pretexto de destruir a estas organizaciones, el ejército israelí está cometiendo todo tipo de crímenes de lesa humanidad, señalado por el mismo secretario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Antonio Guterrez, que se ganó la reprimenda del embajador sionista ante este organismo, por sus declaraciones.

Gaza es una franja con 2.1 millones de habitantes (5,749 por kilometro cuadrado), por lo menos la mitad está en condición de refugiados; es el territorio mas densamente habitado del mundo, con 364 km2, 40 km de largo y 12 km en su parte mas ancha en la parte sur fronteriza con Egipto. Los gobiernos israelí y egipcio no dejan que la gente salga libremente, el acceso alimentos, medicinas, combustibles y otros bienes de primera necesidad entraba a cuentagotas.

En constantes ocasiones en los últimos años ha habido conflictos contra HAMAS, como en 2014 con artillería de ambos lados, en 2018 el ejército israelí reprimió varias movilizaciones civiles en protesta contra la situación calamitosa de los gazatíes. Este año hubo un escalamiento del conflicto; en abril, en la explanada de las mezquitas en Jerusalén ante la provocación de judíos fanáticos, en mayo en Gaza hubo choques militares contra Yihad Islámica y en junio en el campo de refugiados de Yenin en Cisjordania, en una incursión contra civiles.

Tras el operativo miliciano palestino, Israel declaró estado de guerra primera vez desde 1973. Así, inició bombardeando hospitales y escuelas, impuso un bloqueo a la franja que agudiza el ingreso de combustible para los servicios médicos. Además, obliga a por lo menos 1 millón y medio de personas a huir a la parte sur de la franja, aunque las bombas caen también allí. Como parte del operativo para destruir a HAMAS, han incursionando en la parte norte, sobre todo en la Ciudad de Gaza con el fin de desmantelar la red de túneles donde opera tal organización.

Ante el sufrimiento palestino, las potencias occidentales (Francia, Reino Unido, Alemania y EU) que apoyan el falso argumento del derecho a la defensa israelí, se han opuesto a resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU de un alto al fuego.

En el momento de escribir esta nota, por las imágenes mostradas en los medios corporativos, de imágenes ofrecidas por HAMAS, se ven cruentos combates cuerpo a cuerpo, en la Ciudad de Gaza. La guerra urbana desatada actualmente propia del siglo XXI ya ha sido calificada como la mas desgastante y mortífera por analistas militares. Lo cual pone en duda si Israel logrará su objetivo estratégico de acabar con HAMAS, pero lo cierto es que sí logró su objetivo de torpedear los Acuerdos Abraham, donde Israel buscaba normalizar sus relaciones con paises árabes, como lo ha hecho con Sudán, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos y tenía pláticas con Arabia Saudita, quedando estas en standby.

El problema judío y palestino

Es el pueblo palestino quien tiene el derecho a la defensa armada contra una potencia colonial como es Israel. Este, formado en 1948 por instancias de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, en un acuerdo entre el imperialismo y el estalinismo de hacer cumplir el sueño reaccionario del sionismo de conformar un Estado, fue una forma de deshacerse del problema judío para las burguesías europeas.

El sionismo, creado en 1898, siempre fue combatido por la comunidad judía socialista como una salida reaccionaria, porque negaba los derechos del pueblo judío en los paises europeos, sobre todo en el este, donde había grandes masas de clase trabajadora de ese origen, contraponiendo la idea de hacer un estado para un grupo.

La creación de Israel bajo la idea de Estado judío para un grupo étnico y religioso, implicó una maldición sobre el pueblo palestino, étnicamente árabe en su mayoría musulmán, y con fuerte presencia de judíos y sobre todo cristianos. Se dio un proceso de migración continuada desde la década de los veinte del siglo pasado que implicó la expropiación y la expulsión de los palestinos de sus tierras y sus trabajos, pese a una gran huelga de masas en 1936 reprimida por las autoridades coloniales británicas.

Así, la creación del Estado de Israel fue una daga sobre la nación milenaria la palestina, todo bajo el mito sionista del retorno a la tierra prometida y la edificación de un supuesto Israel bíblico, mito asentado sobre la masacre del pueblo palestino, por medio de grupos paramilitares. Pero a partir de 1948 la expulsión de mas de dos millones de palestinos hacia Trasjordania, Siria y Líbano aumentó, conocido como la Nakba.

La ocupación sionista

En ese momento la recién formada ONU resolvió la creación de dos Estados, uno judío, con el 52% del territorio y otro palestino con el 48 %. Pero la clase dirigente sionista se negó a crear ese Estado Palestino circunscrito a Cisjordania, en ese entonces en manos de Jordania (la antigua Transjordania), Gaza (controlado por Egipto) y la región norteña de Galilea, fronteriza con Líbano, que no fue entregada en los años posteriores. En 1967 Israel realiza una guerra de conquista sobre Gaza y Cisjordania, en 1972 tras un ataque concertado por los paises árabes vecinos, Israel los derrota, al ocupar los Altos del Golán a Siria y la peninsula del Sinaí, devuelta a Egipto en 1982 a cambio del reconocimiento de El Cairo al Estado sionista.

En la década de los sesenta varias organizaciones palestinas forman la Organización para la Liberación Palestina (OLP), hegemonizada por el partido nacionalista burgués Al Fatah, presidida por Yasser Arafat. La integraron otras como el FDLP, FPLP y el partido comunista. Durante esa época proclamó que solo una Palestina laica, libre y democrática, donde convivan árabes y judíos, junto a las diversas religiones que profesaban y los no religiosos, era la única salida. Este planteo fue asumido por la izquierda antiimperialista israelí y de otras latitudes.

En la década de los 80s el pueblo palestino y la población árabe israelí se insurrecciona sobrepasando a la OLP en la primera intifada, eso da nacimiento a HAMAS, que nunca formó parte de la primera, por su ideología islámica. La rama mayoritaria de la OLP, Al Fatah, acepta entrar a negociar con Israel intermediado por Estados Unidos, las cuales firmaron en Oslo en 1992, la creación de dos Estados. Este acuerdo fue una forma de detener la movilización popular que pudo adquirir vistos revolucionarios derrocando el Estado sionista. A la postre, la OLP se fue fragmentando y HAMAS fortaleciéndose.

En la primera década del siglo actual, nuevamente el pueblo palestino se insurrecciona ante el incumplimiento del Acuerdo de Oslo; así, HAMAS, que no reconocía la existencia del Estado sionista se volvió hegemónica. Producto de ese acuerdo se crea la Autoridad Nacional Palestina (ANP) controlada por Al Fatah, que se fue volviendo en el administrador interno de unos territorios que en el fondo Israel seguía dominando.

Esa situación de policía de la ANP ha sido vista con odio y desprecio por el pueblo palestino, mientras que todos los gobiernos israelíes aumentan la presencia de colonos judíos extremistas en dentro de Cisjordania, convirtiendo la libre movilidad en un calvario debido a los puntos de control y el constante acoso de las fuerzas de la ocupación. Además, esta el problema de la clase obrera palestina que trabaja en Israel, quienes hacen los peores trabajos y mal pagados, sospechosa siempre de ser enemiga. A eso se suma la población árabe israelí musulmana, cristiana pero también judía que es discriminada, pese a que participa en partidos con alguna representatividad.

Todos esos factores muestran que el proyecto de dos estados es ilusorio y reaccionario, aleja a los palestinos de su derecho a un estado y una nación. Retomar el programa de Palestina, laica, libre y democrática, pero con un enfoque transicional, que unifique la lucha de las masas palestinas con las clases trabajadoras israelíes, que en los meses previos han manifestado contra las medidas autoritarias de Netanyahu que buscan centralizar el poder político, esto va de la mano del reordenamiento social donde un segmento de la población judía, es tratada privilegiadamente sobre otras.

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