Mina crucitas

Por Joaquin Cerdas Quiros

Luego de la toma de poder por parte de la presidenta Chinchilla muchos sectores vieron  muestras de distanciamiento entre el nuevo gobierno y el anterior.

En nuestros artículos anteriores hemos afirmado que la actual administración es sólo la continuación de una política con otros nombres. Sin levantar falsas expectativas que sólo causen confusión, hemos afirmado lo anterior para estar mejor preparados para las luchas que debemos dar en contra de los ricos y poderosos de nuestro país y el imperialismo.

El cerco que está preparando Chinchilla es parte de la necesidad de la burguesía criolla de cumplir con la transformación de la sociedad costarricense en función de las nuevas necesidades de mercado impuestas por la globalización capitalista de la economía. Cada vez más los márgenes de ganancia dependen de la sobreexplotación y la expropiación de las conquistas laborales de la clase trabajadora y el pueblo.

Aparte de este aspecto, también los recursos naturales para el capitalismo son un bien tangible en la medida en que se pueden explotar de acuerdo a sus necesidades de  ganancia. La flora, la fauna, los genes y demás son mercaderías que pueden ser sujetos de modificaciones para obtener una mayor o nuevas ganancias.

Así pues los ejes de Laura son la continuación de lo labrado por el PLN y los Arias como gestores de la nueva política.

En primer lugar la aprobación del CAFTA dio paso a la vulnerarización de los recursos naturales en función de la rapiña de las transnacionales. Los recursos naturales como el agua, como se ha visto en las últimas semanas no son considerados como parte de  los derechos humanos fundamentales. Cuando se intentó construir el acueducto de Sardinal quedó demostrado con creces cuáles son las necesidades que deben satisfacerse primero. Y de hecho las de la población no eran la prioridad.

Luego el caso de Crucitas viene a confirmar lo anterior. El decreto ejecutivo que declara a este proyecto minero como de “interés nacional” la destrucción del bosque y la contaminación de las aguas por parte de las industrias Infinito ponen a nuestro país como una categoría que va más allá de las Banana Republic.

Como parte de la demagogia de principios de su administración, Laura Chinchilla habló de la posibilidad de limitar la explotación minera en nuestro país. Pero las palabras se las lleva el viento y este caso las enterró en lo más profundo de una mina.

Luego que la Sala Constitucional le tirara la pelota al Poder Ejecutivo en cuanto a la posibilidad de anular el decreto nefasto de los Arias, la respuesta incondicional de Chinchilla no se hizo esperar. Para verdades el tiempo y ya  ha demostrado que no sólo es más de lo mismo sino que empeora.

La llegada de los marines a suelo centroamericano vía el beneplácito de la presidenta, la minería, el miserable aumento salarial para los empleados públicos y privados, el recorte al presupuesto de educación y de las universidades pone de manifiesto el desarrollo de país que aspira la burguesía.

La represión como forma de contener la posibilidad de luchas estilo “Combo del ICE” de hace un año y las universidades en déficit para privatizar la educación superior de una vez por todas, aumentos pírricos para satisfacer a los explotadores y los recursos naturales dados al mejor postor.

La lucha contra el capitalismo es diaria y no hay faceta en la cual podemos esperar que el sistema actúe en consonancia con las necesidades vitales de la población y del planeta. El derrame de BP en el Golfo de México es tan sólo un ejemplo de los miles que se pueden dar de la destrucción acelerada del ambiente.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) insistimos en la necesidad de crear la más profunda unidad de acción con todos los sectores de izquierda, sindicales, ambientalistas y otros luchadores para enfrentar a este gobierno que busca destruir todas nuestras conquistas.

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