Por José René Tamariz

El lunes 8 de abril fue presentado a la Asamblea Legislativa, por parte de la Ministra de Planificación, Pilar Garrido, el proyecto de “Ley de Reforma al Empleo Público” que constituye una contrarreforma laboral profunda en el sistema de salarios y de empleo público en todo el sector laboral público. Este proyecto, entre otros aspectos reaccionarios, impondrá el llamado “salario global” que, en realidad, es una forma de camuflar el denominado “salario único”. Dicho salario elimina, de un solo golpe, en el caso del sector educativo, los incentivos existentes, tales como, anualidad, carrera profesional, incentivo didáctico, zonaje y otros. Lo mismo le sucederá al resto de los trabajadores del sector público. Para dividir a los empleados públicos, esa contrarreforma laboral se aplicará en todos sus extremos a los nuevos trabajadores, una vez que se apruebe esas reaccionarias “reformas”. Es importante destacar que ya a los viejos empleados públicos se les redujo los salarios, imponiendo la aplicación de los pagos nominales, no porcentuales, de los incentivos o pluses salariales.

Ese salario único sería el equivalente al salario base más un supuesto “incentivo por competitividad” que solamente se le pagará a un máximo del 30% de los nuevos empleados públicos. Es decir, que el 70% de los trabajadores, de nuevo ingreso, del sector público se quedará ganando sólo el salario base. Por otra parte, como el 100% de los nuevos empleados públicos tendrán que pelearse ese 30% de incentivo, se entablará una fuerte lucha y competencia feroz entre los trabajadores por “ganarse” ese porcentaje de “estimulo”. Eso va a estimular el surgimiento o ensanchamiento de los serviles y sapos hacia los jefes para obtener su respectiva calificación de su “incentivo de competitividad”. Para engañar a los ingenuos y tontos la contrarreforma laboral de empleo público otorgará los llamados nuevos “incentivos no monetarios” que constituyen un gran engaño.

En el caso específico del sector educativo, la imposición de ese “salario global”, conllevará a la imposición del trabajo a destajo, es decir, por lecciones en el sector de primaria que hasta la fecha trabaja por jornada. Esto va a conllevar a mayores niveles de sobreexplotación entre los docentes de primaria. Por otro lado, dicha contrarreforma impondrá también un nuevo sistema de selección y reclutamiento del personal, ya que se van a evaluar las “competencias” de los nuevos empleados públicos, además de la prueba psicométrica y la entrevista. En el caso concreto de educación se impondrán pruebas específicas en las diferentes áreas de español, ciencias (Biología, Física, Química), estudio sociales y demás disciplinas.

Al final, el verdadero propósito de esta contrarreforma laboral es eliminar todos los incentivos actualmente existentes por un “salario global” que reducirá globalmente los salarios de los trabajadores del sector público. Según el Ministerio de Planificación y Política Económica (MIDEPLAN) el Estado se va a ahorrar en 18 años de aplicación de esta contrarreforma 55 mil millones de colones.

La gran pregunta necesaria es ¿Qué está haciendo la dirigencia nacional del sindicato APSE para enfrentar y combatir ese nefasto proyecto de contrarreforma laboral? En un comunicado fechado el 8 de abril se plantea que “APSE se mantendrá en pie de lucha en absoluto rechazo a este proyecto… que atenten contra la estabilidad laboral y económica de la clase trabajadora…”. Sin embargo, cualquier afiliado esperaría que, como mínimo, la dirigencia de APSE convocara a alguna marcha, movilización o movimiento de protesta contra ese proyecto de contrarreforma laboral que elimina de un solo tajo las condiciones de vida de los trabajadores del sector público. No obstante, la dirigencia nacional de APSE no pasa de sacar uno tras otro diferente comunicado de rechazos contra los proyectos del gobierno que reducen los salarios y condiciones de vida de los trabajadores, así como los que eliminan el derecho a la huelga y convierten a la educación en “servicio esencial” en donde sería totalmente prohibido el movimiento huelguístico. De que sirve que la “APSE se mantendrá en pie de lucha” mientras el gobierno Alvarado-Piza nos pone de rodillas, degradando y reduciendo nuestros salarios y nuestros derechos fundamentales. En realidad, la directiva nacional de la APSE con su política de NO hacer nada concreto ni ningún tipo de lucha en contra del proyecto de contrarreforma laboral de empleo público y de los otros que eliminan derechos fundamentales, se convierte en cómplice del gobierno en cuanto a su imposición y aplicación.

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