Por Alberto Castro

Los asesinatos reflejan y exponen el índice de homicidios en un pináculo elevado que expresa la ola delincuencial en El salvador, en el primer mes del año se registraron 339 asesinatos, haciendo un promedio de 11 asesinatos diarios según datos de la PNC.

Que según manifiestan las autoridades policiales no solamente se le atribuyen a un factor, esto al hablar sobre las maras y pandillas. Si no a otras expresiones de violencia, además de la social.

El problema que más aqueja a la población.

Los medios de comunicación de la burguesía han utilizado el tema de violencia para cuestionar a la tregua entre estas agrupaciones, eso lo hemos podido constatar en los noticieros, programas de debate, entrevistas, etc. Esto es porque el proletariado y sectores populares que viven a expensas de los territorios donde operan las maras y pandillas, viven las noticias del día esperando respuestas, con el panorama dejado por los fracasos de las autoridades, la población espera soluciones.

De aquí que revivir la discusión sobre a tregua, hace que la perspectiva que la opinión pública tiene, le atribuya credibilidad y venta masiva, pues durante el tiempo que la tregua duro fue muy evidente que aunque las agrupaciones no dejaron de existir y aunque tampoco se integraron a la vida de la sociedad civil como lo plantearon los propulsores, si bajaron los homicidios y las formas de operar fueron menos agresivas.

Al borde del abismo.

la poca respuesta que da la clase dominante que al no verse muy presionada popularmente, le queda espacio para crear las organizaciones político partidarias de oposición, oficialismo y parasitismo político, máxime cuando se dan las coyunturas electorales, debido a ello despiertan al calor de las campañas electorales, los programas con contenidos con abordaje del problema, así, la violencia desangra al país, y, la burguesía simplemente acarrea a las clases explotadas y oprimidas a sus círculos de participación donde sin apertura democrática dirige y las esbirros reciben tajadas a cambio de migajas, mientras todo se cae en pedazos, ellos no hacen más que vivir del sufrimiento.

Esto se refleja claramente con lo que sucede; y sobre el cuestionamiento de los partidos sobre la reactivación de la tregua entre pandillas.

El PDC dejara el Consejo de seguridad sin comprueba que el gobierno está negociando nuevamente con las maras y pandillas. Por otro lado el secretario técnico de la presidencia lo niega por completo.

‘’Si terminamos de darnos cuenta, que hay una negociación entre el gobierno y las pandillas, nos retiramos de inmediato del Consejo de Seguridad’’ dijo el 26 de enero Rodolfo Parker, secretario general del partido demócrata cristiano (PDC). La posición del PDC es acompañada por ARENA, en la voz de Donato Vaquerano, al manifestar que ARENA no ha decidido retirarse aún, sin embargo anuncian que analizaran tomar medidas si certifican una nueva versión de la tregua.

Muestra esto una actitud tan retrograda y hostil a los intereses populares y más aún queda fija su posición de negación total a una respuesta efectiva, será pues necesario que poca disposición de la clase dominante deberá caer ante la presión por soluciones que necesitamos la mayoría de la población!

¿Entonces qué solución nos dan?

Para el gobierno y oposición y parasitismos políticos, las políticas de seguridad son antes de todo el resguardo de los bienes de las clases dominantes, mientras que para el proletariado y clases populares se impulsan este tipo de proyectos de acompañamientos a las políticas de seguridad que no buscan en si darle soluciones a la problemática de violencia e inseguridad que vive el país, sino que son formas y normas para el manejo de la violencia estructural, de vital importancia para ciertos sectores de la burguesía, queda claro además que no es prioridad para los partidos de la burguesía el tema de seguridad.

Entonces no podemos esperar nada, de la clase dominante, por eso mismo lo más recomendable es ejercer presión popular, esto implica que el llamamiento es que haya mayor apertura, no se puede hablar de soluciones al problema, obviando a estas agrupaciones juveniles, por eso la negociación no es solo necesario, si no la única salida al problema. También debemos exigir que el gobierno investigue la existencia de grupos de grupos de exterminio los cuales están operando al estilo de escuadrones de la muerte.

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