Por German Aquino

En 1998 bajo los gobiernos neoliberales de ARENA se dio la privatización del sistema de pensiones, estableciendo la Administradoras de los Fondos de Pensiones (AFP), las cuales para el 2017  habían  ganado $1,748 millones entre la prima del seguro y la comisión por la administración del fondo.

La llegada del FMLN al Ejecutivo en 2009 despertó la esperanza de revertir la privatización del sistema de pensiones. Pero fue todo lo contrario. Bajo el gobierno de Funes se aprobaron reformas que solo beneficiaban a las AFPs. En el 2017,  bajo el gobierno de Sánchez Ceren, la Asamblea Legislativa aprobó con  74 votos (de los diputados del FMLN, ARENA y otros partidos), reformas al sistema de pensiones las que, más que beneficiar al trabajador, sirvieron para utilizar el dinero de las pensiones para que el gobierno del FMLN solventara su crisis financiera, condenando  a la clase trabajadora a  pensiones indignas. Las  AFPs siempre salieron ganando.

Sindicatos inician lucha por revertir privatización del sistema de pensiones

En este contexto, se ha organizado movilizaciones, para el  viernes 27 de septiembre de las 2019 a las 8:00 am, las que partirán de diferentes partes de la capital hacia la Asamblea Legislativa, para exigir le derogación del actual sistema de pensiones.

Entre las diferentes organizaciones sindicales y populares debe de conformarse una Coordinadora, para impulsar una propuesta única, que sea ratificada por las bases,  con el objetivo de terminar con el sistema privado de pensiones.

Es hora de terminar con las AFPs

Bajo sus dos gobiernos, la cúpula del  FMLN  planteó reformas al sistema de pensiones, pero nunca quisieron revertir la privatización, que ya se ha demostrado su fracaso en países como Chile y El Salvador

Desde hace muchos años, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) ha sostenido  que “…En El Salvador debemos luchar por que el privatizado sistema de pensiones pase nuevamente al Estado, pero bajo el control de los trabajadores. Debemos volver al esquema de seguridad social clásica, donde el Estado y la patronal aporten las mayores contribuciones para las pensiones de los trabajadores.  el sistema de pensiones debe  garantizar pensiones justas y atención médica y hospitalaria a los jubilados y sus familias para lo cual se debe fortalecer, reorganizar y modernizar el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP), incorporando el control de los sindicatos sobre la administración, para evitar la corrupción y el mal manejo de los fondos de las pensiones”. 

De igual manera, hemos propuesto que los altos funcionarios de cualquier gobierno y de todas las instituciones del Estado, no reciban pensiones privilegiadas, que son una ofensa para los trabajadores

El FMLN nos condenó a indignas pensiones

Cuando se privatizo el sistema de pensiones, el FMLN no hiso mayor oposición ya que estas AFP fueron esbozadas en los Acuerdos de Paz de 1992. No obstante, manipularon la lucha de los sindicatos por sistema digno de pensiones, utilizándola como promesa de campaña. Llegaron al Ejecutivo, pero no hicieron nada, más bien empeoraron el problema

Ahora, como si nada ha ocurrido, después de la derrota electoral, volvieron a retomar la lucha contra las AFP.

Renta básica y Pensión Justa: sistemas diferentes

El FMLN ha presentado una propuesta “populista” que no lucha por revertir la privatización del sistema de pensiones. Al contrario, mezcla la necesidad de una renta básica con el sistema pensiones, sistemas diferentes en los cuales debe intervenir el Estado.

El FMLN ahora en la oposición está proponiendo que “…(La reforma) de espacio a la participación de los beneficios de la población que no ha representado o no ha realizado una cotización, pero que ha sostenido el actual sistema de sus contribuciones mediante el pago de impuestos”.

Obviamente, es justo que todos los adultos mayores pobres cuenten con una renta básica, cuyo monto debe ser mayor a  $100. Pero no se debe confundir la renta básica que el Estado debe proporcionar a los más pobres, con la necesidad de terminar con la privatización de las pensiones, para que los trabajadores tengan una pensión justa. La diferencia consiste en que en el sistema de pensiones los trabajadores aportaron dinero con sus cotizaciones, y no es justo diluir ese esfuerzo en pensiones raquíticas para todos. Sería una generalización de la pobreza a nivel de las pensiones, una injusticia para quienes cotizaron y los que no lo hicieron.

En su propuesta el FMLN recarga totalmente en los trabajadores cotizantes el pago de la pensión universal o renta básica para los más pobres, dejando por fuera dicha responsabilidad al Estado y al gran empresariado.

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