Por: Alberto Castro.

Antes del cambio en la administración Yanqui, Nayib Bukele, sostenía un discurso hacia la potencia imperialista del Norte, que acompañaba exponiendo actitud genuflexa con el ex mandatario, Donald Trump, al cual en su momento llamó ‘’cool’’, muy por el contrario, hacia la República Popular de China, sobre la que declaró que revisaría el acuerdo que había dejado el FMLN durante la gestión anterior, pues según sus palabras dicha nación no respetaba las soberanías ni las reglas de mercado.

Joe Biden ha mostrado tener una postura crítica del asalto al Poder Judicial y a la Fiscalía General de la Republica, en el mismo día que dio inicio a su control legislativo Bukele, para rematar el Departamento de Estado de los EEUU publicó una lista donde aparecen señalados por corrupción tres funcionarios del Gobierno de Bukele, con todo esto el panorama se torna diferente, lo que le lleva a modificar su discurso a una escala muy diferente; ahora se comporta crítico con EEUU y  hace guiños al gigante asiático.

Estos sucesos han llevado a la oposición a especular sobre la magnitud de las posibles represalias  de los EEUU, mientras tanto la propaganda oficialista decora la imagen de las buenas relaciones con China, como si de una mejor alternativa imperialista se tratara. Bukele ha sacado el discurso pro soberanía solo para pasar página a la crítica internacional, por ejemplo, cuando el golpe al Poder Judicial, se dirigió a los países del primer mundo con expresiones como ‘’estamos limpiando nuestra casa-queremos ser como ustedes’’, frases emotivas para calar en el sentimiento nacionalista, pero alejadas de toda racionalidad sobre todo, pues el primer mundo ha saqueado y sometido pueblos hasta el día de hoy, y lo que está haciendo es cambiar de amo.

El error del debate ¿China o EEUU?

El Ejecutivo salvadoreño dista de tener políticas tendientes a la conquista de la autodeterminación del pueblo, muy por el contrario, sigue bajo parámetros dependientistas, que en nada van cambiar lo que por décadas han hecho del financiamiento la cadena del sometimiento al imperialismo. Objetivamente el planteamiento: ¿China o EEUU?, significa: TPS, remesas y Fomilenio 2 a cambio del acatamiento a las órdenes de EEUU vía Embajada vs el tratado de $500 millones en inversión pública no reembolsable sin condiciones con China, quien ha dicho que se mantiene neutral, como no, solo busca una apertura comercial con beneficios fiscales a cambio de su financiamiento, mientras que los norteamericanos rehúsan el cesar su presencia en la vida política nacional porque estamos bajo su zona de influencia directa ante la amenaza que le presenta el imperialismo chino en esta región. 

El tratado con China

Preventivamente Bukele firmó un Convenio Marco con China durante su viaje por Asia en diciembre del año 2009, pero esperó la rectificación por una Asamblea Legislativa controlada por él, pues al viejo bipartidismo no piensa repartirle ninguna utilidad. La tensión con EEUU se presentó oportunamente para dar legalidad al Convenio,  con ello pudo eludir la presión interna del empresariado al mostrarles nuevas rutas y nuevas aperturas comerciales en el Oriente.

Ahora bien, debemos comprender que este Convenio Marco, no es una simple regalía sin ningún compromiso tal y como lo pinta el oficialismo, ya que implica que se establecen cláusulas contractuales donde el Estado salvadoreño y la República Popular de China han acordado obligaciones reciprocas a cumplir, es aquí donde la clase trabajadora no debe perderse en el debate sostenido por la intelectualidad burguesa, no se trata de elegir como buenos siervos al mejor amo, sino saber que beneficios o afectaciones nos traen este tipo de acuerdos como clase en conjunto.

Un Convenio Marco implica que para su ejecución se establezcan accesoriamente Convenios Específicos para desarrollar fines y proyectos, donde China se conserva la discrecionalidad del desarrollo total de los proyectos, dará el dinero pero se reservará el derecho de explotación de la obra bajo conducción muy probable de personal chino, al respecto merece la pena identificar el establecimiento de relaciones laborales de cada proyecto a desarrollar velando se respeten y amplíen los convenios y tratados internacionales en materia laboral. 

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