Por: Alberto Castro

Hace 42 años nació el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), como vanguardia unificada de las cinco organizaciones político-guerrilleras que en 1992 firmaron la Paz con el Estado salvadoreño y se integraron a la nueva configuración de las instituciones que nacieron de dichos acuerdos.

De aquel frente guerrillero heroico, después de los acuerdos de Paz surgió un partido que si bien conservó el nombre de guerra, en 1995 inició el proceso intrínseco de unificación posterior a la disolución de las cinco organizaciones que lo conformaron. No obstante, el Partido comunista salvadoreño (PCS), portador de los vicios estalinistas, de facto se hizo con el aparato de partido, haciendo posible ir dejando atrás todo vestigio de lucha con la adaptación dilatada del FMLN a una fuerza política más del Estado burgués, quien conservó eso sí, un discurso seudorevolucionario cuando necesitó consensuar con las bases.

Tras 20 años como oposición principal y 10 como partido gobernante, el FMLN actual es una fuerza política que tras la debacle electoral de 2021, continúa en total decadencia. El 9 de octubre pasado inició la convención extraordinaria de dicho partido, donde según Jaime Guevara, quien es Jefe de la bancada Legislativa de dicho partido en la asamblea Legislativa (AL), se busca aprobar lo que se ha discutido con las bases durante un año. Un esfuerzo para rescatar lo que queda del único partido de izquierda con presencia en la AL.

Algunos antecedentes y  sus efectos actuales

Para entender adecuadamente el debacle del FMLN debemos ir a las raíces que lo produjo, donde podemos enfatizar cuatro momentos puntuales: la Convención XIII de 2000, las elecciones internas del 2001 y 2003, y  las reformas internas de 2005. A inicios del siglo el partido tuvo una primavera democrática, los convencionalistas de la Convención Ordinaria del 2000 lograron imponerse al aparato burocrático de su dirección, reformando los Estatutos internos al establecer que las elecciones del coordinador General y su Adjunto, miembros de la Comisión Política, el consejo Nacional, las directivas Municipales y Departamentales, y candidatos a funcionarios público se hiciera a partir del voto secreto y directo de sus afiliados.

Pero los burócratas corruptos no dieron su brazo a torcer, en noviembre del 2001 se desarrollaron las elecciones internas; este fue el escenario mediante el cual los burócratas pudieron revertir las conquistas democráticas de las bases, en informes detallados y documentados se corrobora la imposición de autoridades del partido afines a la dirección de facto, copando la mayor parte de las estructuras de dirección, mismo ejercicio ocurrió en 2003 cuando se impuso como candidato presidencial a quien encarnaba el rostro del culto a la personalidad de ese entonces, Jorge Shafick Handal, allí mismo le fue impuesto a las bases autoridades de partido que contaban con la venía del poder detrás del trono.

En el 2005 se hicieron las reformas que permitieron la continuación del proyecto empresarial que se inició al año siguiente; se revertieron las conquistas de cinco años antes, por ejemplo con el otorgamiento de atribuciones de la Convención Nacional al Consejo Nacional, tales como la elección de candidatos al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), candidatos y/o magistrados del Tribunal supremo electoral, con ello fue reemplazado el acto democrático de elección por el burocrático de designación. Se ha hecho un recuento de estos acontecimientos porque es necesario comprender por qué en el FMLN no hubo centralismo democrático sino control burocrático durante todo este tiempo, no se trató de simples burócratas obsesionados con el control, en realidad   pasaba algo diferente, y es que esta institución se transformó en la representación política de grupos económicos emergentes.

De comandantes a empresarios

El FMLN sacó provecho de las reformas neoliberales realizadas por ARENA en lo relativo a los Asocio Publico privado, el 10 de enero de 2006 mediante sus alcaldías dio vida utilizando fondos públicos a La Asociación Intermunicipal Energía para El Salvador (ENEPASA), en el orden siguiente el mismo año fue creada la Fundación Alba Petróleos El Salvador, como empresa mixta entre ENEPASA (con la participación del 40%) y PDV Caribe (con la participación del 60%), subsidiaria de PDVSA de Venezuela. Fue un primer ejercicio económico a la conformación del núcleo empresarial vinculado a Alba Petróleos El Salvador, una empresa que fue promocionada como una ’’empresa con interés social’’, con el objetivo para ocultar el verdadero interés económico en torno a ello por los nuevos empresarios, y por otra para sobrellevar las criticas externas por la utilización de fondos públicos para favorecer grupos empresariales emergentes.

En el 2012 el FMLN recibió una derrota electoral en las elecciones de Diputados, Alcaldes y PARLACEN, perdiendo las Alcaldías de Soyapango, Apopa y Mejicanos, municipios de gran importancia en el Área Metropolitana de San salvador (AMSS), y por ende ante la pérdida de Gobiernos municipales pertenecientes a ENEPASA, para evitar pérdidas en sus activos Alba Petróleos se diversificó, ese mismo año de la derrota electoral fue creada Alba Alimentos y ’’Tu Financiera’’ en el año siguiente. El 13 de junio de 2014 finalmente Alba Petróleos se desvinculó de ENEPASA; tras la incorporación de El Salvador a Petrocaribe, el 2 de junio del mismo año durante la XIII Reunión Ministerial de Petrocaribe durante el Gobierno de Cerén-FMLN.

Del bipartidismo a la sobrevivencia

Por durante tres décadas el FMLN tuvo la disputa del poder político formal con ARENA en el terreno electoral, como parte de las disputas entre sectores empresariales representados en ambos partidos políticos y en los partidos aliados; detrás siempre estuvo presente la disputa entre la burguesía oligárquica y la burguesía emergente por cuotas de poder de cara a favorecer sus negocios. Durante este tiempo el FMLN no fue un instrumento de lucha popular, al contrario desempeñó un papel desmovilizador y remozador del neoliberalismo, golpeando a la clase trabajadora cual verdugo de turno en sus dos Gobiernos, siempre que tuvo que hacerlo.

El control burocrático de las organizaciones sindicales lo utilizó para tener acceso a clientela electoral, presionar a sus adversarios, y apagar cualquier lucha legítima. La tira y encoje entre los dos actores del bipartidismo estuvo presente cínicamente en todo ese tiempo, donde ambas fuerzas políticas obraban permanentemente para afectarse mutuamente sin escrúpulos, a la larga los llevó al desgaste y hartazgo que hizo emerger al bukelismo.  Aquel partido que despreciaba a sus homónimos de izquierda, está agrietado, reducido a 4 diputados en la AL, ahora busca desesperadamente sobrevivir adaptándose miserablemente a las migajas que deja a su paso el avance sin descanso de la dictadura.

¿Deja algo importante la última Convención?

Algo diferente sucedió en la última Convención XLI y no es para menos, hace solo dos años (Convención extraordinaria XXXVIII), el ambiente aunque era incierto daba cierta sensación de confianza en sostener buena representación en la AL, pensando en recomponer sus fuerzas durante el escenario electoral de aquel entonces no se inclinó por establecer alianzas con partidos políticos sino captar para sí a personas con cierto grado de popularidad y pulcritud, la derrota adquirida le coloca en situaciones distintas, ya no se trata de seguir siendo una fuerza política importante, ahora la búsqueda consiste en seguir teniendo representación en la AL y en la medida que sea posible aumentar los números actuales.

Las reformas de la Convención desarrollada sin acceso a los medios de comunicación independientes son: 1) el cambio de oportunidades para competir de los alcaldes, donde ahora solo podrán ser reelectos por dos periodos y no cuatro como antes; 2) los cargos dirigenciales deberán tener representación por igual entre mujeres y hombres; 3) las candidaturas deben tener al menos un 25% de candidatos menores de 35 años. Estos cambios van en el sentido de quitar la imagen verticalista que le ha caracterizado al FMLN durante su historia como partido político, la cuestión de género en lugar de reflejar la lucha reivindicativa por la igualdad, más bien es una medida populista, y por último para sobrevivir ineludiblemente necesita de juventud tanto para su imagen como para sostenerse a futuro.

¿Revivir o construir desde afuera?

No siempre la izquierda estuvo expresada en el FMLN, menos aún la izquierda revolucionaria, el FMLN ya solo es capaz (en el mejor de los casos de volver) de ser una alternativa más de las ofertas electorales del circo electorero, hasta ahí llega su propósito; todo empieza y termina en vía electoral, lo cual es discordante con las luchas y anhelos populares que van más allá de las urnas. Quienes estemos dispuestos a ir más allá de acciones políticas convencionales debemos realizar acercamientos para consolidar acuerdos de voluntades de cara a preparar la lucha junto a la clase trabajadora y pueblo salvadoreño, dicho esto es tácito decir que no hay nada que hacer por el FMLN, debemos reconstruir la identidad propia de los antiimperialistas y socialistas.

Si nos tomamos el tiempo para colegir acerca de la actual situación del país, veremos qué existe la necesidad de atender con mucho interés como se encuentra tanto el pueblo y clase trabajadora, donde la izquierda salvadoreña pasa como aguas mansas, la cual evidentemente desdé hace mucho tiempo no está representada en el FMLN como cabe mencionar, la abrumadora fuerza del bloque de Derecha que desde la AL robustece al populismo del bukelismo, invita a plantearse con atisbo respuestas organizativas de cara a lo que viene ante la escalada del bukelismo quien en estos momentos tiene el sartén por el mango para consolidarse como dictadura.

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