Escena del paro de labores en el hospital de Escuintla

Por Rolando Alejos

El 19 de mayo los trabajadores del Hospital Regional de Escuintla iniciaron una huelga con el fin de exigir al gobierno, en especial a los ministerios de Finanzas y Salud, un mayor presupuesto para evitar el colapso de los servicios hospitalarios. Según los compañeros médicos y empleados, desde hace un año quedó en suspenso la reparación de diversos ambientes, lo que ha reducido el espacio disponible para atender a los pacientes. Además, hay una grave escasez de medicamentos y los aparatos que utilizan tienen más de 20 años de uso lo que hace que fallen con frecuencia. La situación llega al punto de que no hay servicios sanitarios ni siquiera para los empleados.

Este estado de cosas obliga a los médicos a pedir a los familiares de los enfermos que se realicen exámenes en clínicas privadas. La situación es similar a la del sistema público de educación. Mientras el gobierno hace alarde de que inauguró la gratuidad de estos servicios, las carencias son enormes y la atención es pésima, tanto que a fin de cuentas los pacientes tienen que pagar atención privada.

Según declaraciones del médico Víctor Melgar, del Sindicato de Trabajadores de la Salud, “Sabemos que estamos afectando a pacientes con este paro, pero lo hacemos también para beneficiarlos, pues no podemos seguir trabajando con igual presupuesto de hace dos años en relación con la cantidad de pacientes” (Diario Prensa Libre, 20/5/2010).

El director del hospital Roberto Calvo explicó que como el año pasado el gobierno redujo el presupuesto general destinado a salud, los hospitales sufrieron recortes en sus finanzas, lo que obligó a detener las obras de remozamiento. El Ministerio de Finanzas no ha liberado una extensión del presupuesto del establecimiento por Q 2 millones cien mil, por la que la situación se ha seguido deteriorando.

El presupuesto anual del centro asistencial es de Q 32 millones, pero no es suficiente, se necesitan al menos Q 55 millones para cubrir las necesidades. La falta de presupuesto ha producido una deuda de Q 6 millones con los proveedores del hospital.

La situación hospitalaria a nivel nacional es consecuencia de años de políticas neoliberales que han reducido la capacidad del Estado para atender las necesidades básicas de la población. En el área de salud, la asistencia al pueblo, que es un asunto de actitud humanitaria básica, ha sido convertida por los empresarios en un negocio lucrativo e inmoral. Las clínicas privadas, equipadas con la mejor tecnología, son totalmente inaccesibles para los trabajadores y campesinos. Solo una minoría privilegiada puede pagarse una atención eficiente. El resto de la población pobre depende por entero de los servicios estatales y del Seguro Social. Ambos (aunque en menor medida el Seguro Social) padecen de serias carencias y falta de presupuestos. Los grupos dominantes del país (terratenientes, banqueros, industriales, etc.) y sus gobiernos por años han evadido la responsabilidad de invertir masivamente en un sistema de salud de calidad. Esto es parte de la limitación al papel del Estado que, junto con los organismos financieros del imperialismo, han privilegiado como sistema de administración de los asuntos nacionales.

En el fondo, la lucha de los compañeros trabajadores de la salud es contra este sistema injusto que castiga la calidad de vida de la población pobre de Guatemala. La huelga en Escuintla no es aislada, forma parte de una ola de protestas en el sistema hospitalario. Sin ir muy lejos, el 11 de mayo en el Hospital Regional Juan José Ortega de Coatepeque unos 35 médicos suspendieron el servicio de consulta externa pues no tienen suficientes insumos con qué trabajar, en especial en las áreas de cirugía, rayos equis y farmacia.

Después de varios días de huelga, finalmente el Ministerio de Finanzas aprobó el dinero necesario para finalizar las obras en el Hospital de Escuintla, y prometieron otros Q 6 millones para el funcionamiento del centro asistencial.

La victoria obtenida por los compañeros demuestra que sólo la acción directa y la presión hacen que se logren los objetivos buscados. Pero la lucha no debe parar allí. El gremio de los médicos y trabajadores hospitalarios tiene una importante tradición de lucha. Recordemos que en 2006 tuvimos una huelga de varios meses a nivel nacional, precisamente por la situación calamitosa de los hospitales y centros de salud. A pesar de los acuerdos hechos con el gobierno de entonces al finalizar esa lucha, la situación sigue igual. Probablemente sea el momento de gestar nuevamente un movimiento huelguístico general. Animamos a los médicos, trabajadores y empleados a discutir el tema en sus asambleas, pues el motivo de la lucha sigue vigente.

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