Trabajador de maquila.

Por Armando Tezucún

El 29 de diciembre el presidente Álvaro Colom anunció el monto del salario mínimo que regirá durante el año 2011. Como ha sucedido desde hace 17 años, los integrantes de la Comisión Nacional del Salario (representantes de los capitalistas, de los trabajadores y del Ministerio del Trabajo) no lograron ponerse de acuerdo sobre los nuevos sueldos. Así, desde el 13 de diciembre los expedienetes del caso quedaron en manos de Colom, a la espera de que fijara los nuevos salarios según su criterio.

En diciembre de 2009 el mandatario decretó un aumento de Q 4 diarios en el salario mínimo, el cual quedó en Q 56 diarios para los trabajadores agrícolas y urbanos, y

Q 51.75 para los obreros de maquilas y empresa exportadoras. Estos montos rigieron durante 2010. Cabe recordar que al decidir, en 2008, los salarios mínimos para el año 2009, Colom unificó los sueldos del campo y la ciudad, y en una medida injusta, los diferenció de los salarios de los trabajadores de maquila y exportadoras, dejándolos en desventaja. Desde entonces este sector de los capitalistas sumó otro privilegio a las ventajas que desde hace años han gozado. Los trabajadores de maquilas han sufrido durante mucho tiempo condiciones de trabajo precarias y han sido víctimas de innumerables abusos de parte de sus patronos. Por decisión de nuestro presidente socialdemócrata, ellos ahora tienen la desventaja de un salario mínimo menor al del resto de trabajadores.

Colom decretó un aumento general de Q 7.70 en el salario mínimo, válido para todos los trabajadores. Esto equivale a incrementos del 13.75% para los obreros del campo y la ciudad y del 14.88% para los obreros de maquilas y exportadoras. En términos de ingresos mensuales, y añadiendo la bonificación de ley de Q 250, los montos son de Q 2,187.54 (cerca de US$ 273.50) y Q 2,058.27 (cerca de US$ 257.30).

Según declaró el presidente, su intención fue acercarse lo más posible al valor de la canasta básica (Prensa Libre 30/12/10). Para el mes de noviembre, el costo de la canasta básica de alimentos (26 productos básicos, según el índice de precios al consumidor) para una familia de 5 miembros, era de Q 2,138.40 al mes. Sin duda los nuevos salarios mínimos rondan alrededor de los gastos en alimentos de una familia promedio. Pero los trabajadores no sólo gastan en comida, hay que pagar alquiler de vivienda, salud, transporte, educación de los hijos, agua, energía eléctrica, y un largo etcétera. Esta es la canasta básica vital (424 productos), que en noviembre estaba en

Q 3,902.19 mensuales.

Visto así, el nuevo salario mínimo resulta totalmente insuficiente para cubrir las necesidades de las familias trabajadoras. Si tomamos en cuenta que en muchos casos el salario mínimo es el máximo que pagan muchas empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, tenemos que, para cubrir todas sus necesidades las familias trabajadoras tienen que, o alimentarse deficientemente, o recurrir a que dos o más miembros trabajen, dejando los niños al cuidados de los abuelos o de los adolescente que estudian; esta organización de la economía familiar implica que el núcleo está compuesto por más de los cinco miembros que sirven de base para calcular la canasta básica. Por otro lado, muchos empresarios, sobre todo en el sector agrícola no pagan el sueldo mínimo ni las prestaciones de ley, y las autoridades del Ministerio del Trabajo son incapaces de hacer cumplir las leyes.

Contra el mezquino aumento del salario mínimo, los representantes de los capitalistas han sacado una vez más sus vergonzosos argumentos de siempre. Alejandro Ceballos, directivo de la Comisión de Vestuario y Textiles, de la Asociación Guatemalteca de Exportadores, amenazó con que el aumento pondría en riesgo unos 18 mil puestos de trabajo, y que algunas empresas trasladarían sus operaciones a Nicaragua o Haití (Prensa Libre 30/12/10). Este mismo individuo sacó a relucir que según un estudio del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, por cada 10% de aumento salarial se pierden en promedio, unos 65 puestos de trabajo en cada empresa (Siglo XXI 21/12/10). Y es que los capitalistas sólo velan por sus ganancias; por eso insisten en pagar por productividad o por jornada diaria, sin prestaciones, argumentando sobre la competitividad, la globalización, la mano de obra calificada, y dando la espalda a la situación de pobreza de los trabajadores guatemaltecos (leer artículo de Rina Bake, testaferro de los empresarios en Prensa Libre 31/12/10).

Debemos prepararnos para dar luchas decididas en este 2011, por salarios que nos permitan una vida digna para las familias trabajadoras y en especial para igualar los salarios de los compañeros de las maquilas al del resto de obreros.

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