Por Armando Tezucún

Los diarios ya empezaron a publicar los resultados de sus encuestas sobre la segunda vuelta electoral a realizarse el 6 de noviembre. Prensa Libre, de nuevo inclinada a favor del candidato del Partido Patriota Pérez Molina, dio a conocer el 12 de octubre la encuesta realizada por Prodatos: 55.8% para el PP, 44.2% para Líder, sobre los votos válidos. El diario Siglo XXI publicó el día 19 los resultados más moderados de la encuesta realizada por la firma CID/Gallup: 39.7% para Pérez Molina, 32.2% para Baldizón; suponemos que el restante 28.1% corresponde a los votos nulos o en blanco.

Mientras, las diferentes expresiones de la izquierda guatemalteca se han pronunciado en torno a la segunda fase del proceso electoral 2011. En el no.123 de nuestro quincenario ya tuvimos oportunidad de comentar brevemente el apoyo que la Alternativa Nueva Nación y Winaq, ambos integrantes del Frente Amplio, dieron a Manuel Baldizón.

Aunque los partidos que integran el Frente Amplio lo nieguen, esta decisión marca el inicio de una ruptura al interior del FA., que se hará más aguda si Baldízón queda como presidente.

Winaq justifica su apoyo a Baldizón

Amílcar Pop, diputado electo por Winaq, trató de explicar las razones del apoyo que su partido da a Líder. Como se especula que Rigoberta Menchú podría ocupar un cargo en la cancillería de un eventual gobierno de Baldizón, Pop, desafiando la lógica y el sentido común declaró: “Que ella ocupara un puesto en el Gobierno no significaría que Winaq esté haciendo un esfuerzo conjunto con un partido de derecha o cogobernando con la derecha” (Diario El Periódico 3/10/11). Menchú ya ocupó un puesto en un gobierno de derecha, el de Óscar Berger (2004-2008), del cual fue embajadora de buena voluntad. Ser parte de un gobierno tal implica avalarlo, y siendo representante de ese gobierno Menchú tildó de terroristas a los campesinos desalojados violentamente de la finca Nueva Linda.

La falta de principios y el carácter pequeño burgués es este partido indigenista se evidenciaron cuando Pop afirmó que dan su apoyo a Baldizón porque éste incorporó a su programa de gobierno tres puntos del programa de Winaq en torno a las problemáticas agraria e indígena y la reforma del Estado. Su ideología pequeño burguesa hace que Pop pase por alto que, en el programa democrático-revolucionario, es tan importante su contenido, como qué clases lo llevarán a cabo. Resulta en extremo ingenuo concebir que un burgués como Baldizón, que se ha enriquecido mediante negocios corruptos, esté dispuesto a solucionar la problemática agraria e indígena. Son los mismos campesinos e indígenas pobres, representados en un gobierno revolucionario junto con los trabajadores asalariados y demás sectores oprimidos, los únicos que podrán solucionar definitivamente su problemática.

Las razones de la ANN

Por su lado, la ANN, expone la razón de su apoyo a Baldizón como una oposición al proyecto de la derecha oligárquica. En  el artículo “El Miedo a Volver a Perder”, del 19 de octubre (publicado en el sitio web Albedrío), el Líder de ANN Pablo Monsanto escribe: “Los efectos de todo lo ocurrido en la contienda electoral se ven ahora: se muestra cómo el rechazo al proyecto “patriota” ha hecho posible el surgimiento de la CRUZADA NACIONAL, en la cual se han juntado los grupos que no quieren que el país siga gobernado por los oligarcas aliados a los sectores más reaccionarios de los Estados Unidos de Norte América. Esto no había ocurrido antes en la historia política de Guatemala: lograr reunir en un solo frente político a tantas y tan variadas expresiones políticas en torno al objetivo de impedir el triunfo del proyecto del Partido Patriota”.

Monsanto, en esta apología de la candidatura de Baldizón, olvida que la burguesía emergente que este personaje representa no tiene nada de antiimperialista y sí tiene mucho de corrupta, de negocios oscuros con el narcotráfico, de violación de los derechos humanos mediante la intención de viabilizar la pena de muerte y de incrementar la represión mediante la creación de una guardia nacional y está tan dispuesta a implementar medidas neoliberales como la oligarquía tradicional.

Tal cruzada no es más que el enfrentamiento entre dos grupos de explotadores, y la ANN y Winaq les sirven de comparsas. Al igual que hizo el gobierno de Colom, un gobierno de Baldizón negociará las riquezas naturales, reprimirá las luchas populares y llegará a acuerdos con la oligarquía y los imperialismos, porque uno y otro representan al mismo grupo de nuevos explotadores ávidos de obtener ganancias negociando corruptamente con el Estado y el narcotráfico. Lo que es seguro es que en un gobierno de Baldizón (ahora con el apoyo de la Une y Sandra Torres) los dirigentes de ANN tendrían asegurados sus actuales trabajos en la Seguridad Presidencial (SAAS).

El temor al nuevo militarismo

Algo similar respondemos a aquellos que llaman a votar por el partido Líder asustados por la posibilidad del retorno del militarismo representado en el general retirado Pérez Molina. Uno de ellos es el intelectual radicado en Estados Unidos Raúl Molina, quien en un artículo de opinión publicado en el diario La Hora el 14 de octubre considera que “el objetivo primario es negarle la presidencia a Otto Pérez, como mínimo acto de justicia para los héroes, mártires y víctimas del país”. También afirma: “Que gente de izquierda se incline por la abstención lanza el mensaje de que los derechos humanos no les son fundamentales y que se tolera la impunidad”.

Aclaremos que, por un lado, pensar en un retorno a los niveles de represión de los años del conflicto armado interno en un gobierno de Pérez Molina es ignorar la actual coyuntura. No tenemos un movimiento popular fuerte que amerite tal represión y la política del imperialismo va en otro sentido. Por otro lado, un gobierno de Baldizón sería muy similar al de Colom, y éste implementó medidas represivas como estados de prevención, de sitio y desalojos violentos contra campesinos; también toleró el asesinato de no pocos dirigentes populares. El mismo Baldizón tiene alma de represor. Recordemos que cuando dirigentes universitarios de Petén denunciaron que este personaje se apropió ilícitamente de terrenos en el lago Petén Itzá, los calumnió y acusó falsamente, haciéndolos encarcelar durante varios meses.

Raúl Molina, al igual que Amílcar  Pop, no piensa en función de la movilización de los oprimidos para que tomen el poder y resuelvan los problemas del país. No podemos llamar al pueblo oprimido a ponerse a la cola de Baldizón, votando por el menos malo, cuando la tarea principal es fortalecer la organización independiente de los explotados.

La URNG y MNR guardan su distancia

La URNG se distanció de la postura de sus socios del Frente Amplio. En un comunicado del 29 de septiembre declaró: “Para la segunda vuelta electoral el país ha sido orillado a escoger entre dos candidaturas presidenciales que son semejantes en su esencia. Ambas representan o se relacionan con los intereses de los poderes descritos y se sustentan en propuestas políticas de carácter neoliberal”, rechazando implícitamente el apoyo a la candidatura de Baldizón. De igual manera, el Comité Ejecutivo Nacional de URNG desconoció el 19 de septiembre el acuerdo entre un diputado y tres alcaldes de URNG electos en San Marcos, y el partido Líder de Baldizón.

Esta política básicamente correcta frente a la segunda vuelta no borra el error garrafal que cometió la dirigencia de URNG al aliarse electoralmente a Winaq, a espaldas de las organizaciones sociales que estaban dispuestas a trabajar por el Frente Amplio. El resultado es que perdió una de las dos diputaciones que tenía, y el único diputado que ganó ahora es aliado de Baldizón. ¿Cuándo dejarán los ex comandantes guerrilleros de dar palos de ciego y hacer algo efectivo por el movimiento popular?

El cuarto integrante del Frente Amplio, el Movimiento Nueva República, también rechazó, el 3 de octubre, la alianza de Winaq y ANN con Baldizón, y con argumentos similares denunció a los dos candidatos a la segunda vuelta.

Hay otras corrientes de izquierda que también se han posicionado, como el Frente Popular, que desde un principismo mal entendido llamó a votar nulo en ambas vueltas; o el colectivo la Gotera, que en la primera vuelta llamó  a votar por el Frente Amplio y en la segunda asumió una postura estalinista-menchevique claudicando a la burguesía que respalda a Baldizón. Lamentablemente ya no contamos con el espacio para analizar la política de estas vertientes.

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