Por Edgar Miguel Kan

Tras tres meses de resistencia frente a las instalaciones de la Mina el Tambor Progreso VII, en el vértice entre San José del Golfo y San Pedro Ayampuc, a menos de 50 km de la ciudad capital, pobladores de ambos municipios, se encuentran en pie de lucha, resistiendo a la explotación de oro y plata, en una de las zonas más olvidadas de la zona central del país.

Una firme resistencia

El 24 de noviembre de 2011, a la mina fue otorgada la autorización de exploración. Sin embargo en la misma, desde febrero de 2012, los pobladores han observado cómo gran cantidad de maquinaria de explotación ingresaba a la mina, razón por la cual alrededor de doscientas (200) personas, con el apoyo de más de seis mil (6,000) comunitarios, decidieron acampar frente a las instalaciones de la mina el tambor desde el 2 de marzo.  Esta acción ha desencadenado una serie de intimidaciones por parte de la empresa Exploraciones Mineras de Guatemala, S.A. (Exmingua) subsidiaria de la canadiense Radious Gold Group en asociación con la estadounidense Kappes Cassiday and Associates (KCA), a lo cual, los pobladores se oponen, en virtud de que procedimiento del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), debe hacer una consulta a los comunitarios y a éstos no se le hizo ninguna.

Además de esto, las intimidaciones a los comunitarios por parte de grupos paralelos ha sido ampliamente denunciado, a las instituciones de la seguridad, quienes han hecho escuetos sino nulos esfuerzos por dar con los culpables de dichos actos, mismos que no son más que el instrumento de dominación utilizados por la empresa para proteger sus intereses de explotación y de beneficios económicos.

Ataque a balazos

El punto más álgido se alcanzó cuando el 13 de junio del presente en una emboscada hombres fuertemente armados atacaron mediante balazos a Thelma Yolanda Oquelí Véliz, lideresa de la resistencia contra el proyecto minero ilegal e integrante del Frente Norte del Área Metropolitana, que obligó a hospitalizar a la defensora de la vida y el medio ambiente contra la voracidad empresarial.

La dirigente afortunadamente logró salir con vida del mismo, pero con las graves secuelas físicas que implican balazos en su cuerpo y los traumas psicológicos que le son intrínsecos. Recuerda esto el ataque que años atrás sufrió Yuri Melini, también defensor ambiental, acción que es el reflejo de que el modelo extractivo y de violación del territorio de los pueblos busca imponerse a balas y sangre.

Verdadero interés

El interés de la empresa es manifiesto, pues los propios voceros de la misma han dicho ampliamente que la extracción de oro servirá para el procesamiento de lingotes de oro en Japón, denotando así la avaricia del mercado capitalista, que aún mantiene su sistema a base del valor del oro y con ello respaldando la inflación desmedida en los mercados a base de la invención de necesidades ficticias creadas a razón de más consumo.

No hay que olvidar el contubernio de los gobiernos capitalistas que han mantenido un impulso a los proyectos de extracción, privilegiando el interés de las grandes corporaciones, olvidando el territorio, la naturaleza y las condiciones mínimas para el desarrollo de los pueblos.

Por ello desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), seguimos denunciando que la explotación desmedida de la tierra y sus recursos naturales, parte de la necesidad que el modelo posee de mantener su ritmo exacerbado de consumo, de sostenibilidad y más aún de mantener a una clase subyugada y oprimida Con ello, repudiamos las acciones en contra Yolanda Oquelí y nos solidarizamos con todos los pueblos en resistencia contra la extracción minera, ya que solo es la réplica del modelo capitalista, que sin control pretende despojar a los pueblos de su territorio, contaminando los mantos acuíferos, destruyendo a su paso la vida y el desarrollo integral necesario.

Recordamos que la unión nos fortalece por lo que llamamos a un frente común nacional y regional contra la explotación minera, a los pueblos en resistencia a organizarse en contra del modelo extractivista, que sólo ha dejado sangre en la región y que hoy se está agudizando en Guatemala. Por la defensa del territorio y un desarrollo que busque la redistribución de la riqueza, por la lucha contra el modelo capitalista y por la toma del poder del pueblo.

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