Por Leonardo Ixim

Después de nueve días de toma del campus central de la Universidad San Carlos (USAC) por parte de una  fracción de  Estudiantes Por la Autonomía (conformada por grupos de ciencias económicas, derecho e ingeniería), sin haber logrado consenso con otros grupos (como historia, ciencia política, trabajo social, etc.), la universidad fue abierta tras la firma de acuerdos con el Consejo Superior Universitario (CSU) el pasado miércoles 22 de agosto.

 

Tal como planteamos en nuestra declaración del 19 de agosto con respecto a la problemática, esta fracción de EPA realizó la toma sin una campaña previa de información y concientización sobre los fines de la acción, lo cual generó diferencias con otras agrupaciones de EPA. Además se realizó a pocos días de que una de las bandas en que se ha dividido el grupo mafioso que dirige la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), dirigida por Karlos de León, realizara por seis horas una toma del campus exigiendo elecciones limpias al otro grupo, cuya cabeza visible es Jorge Mario García, otro nefasto personaje de la universidad (www.elsoca.org).

El accionar prematuro y la falta de  bases políticas de la toma del 14 al 22de agosto quedaron plasmadas en los acuerdos firmados entre esta facción de EPA y el CSU el martes 21. En ellos resalta un interés de los líderes estudiantiles por lograr el control de AEU sin antes reflexionar el papel actual de dicha asociación, tanto con respecto a las luchas del pueblo organizado, como en lo que se refiere a lo interno del movimiento estudiantil y su sentido real; es decir, si sigue siendo un espacio legítimo con respecto al gobierno estudiantil y a la defensa de los intereses estudiantiles en el cogobierno universitario. Todo esto pese a sus años de protagonismo revolucionario durante casi un siglo.

Tal como planteamos en nuestra declaración, este debate se tiene que dar con el estudiantado en general, por tanto es inconcebible que el CSU intervenga en este proceso; ni siquiera como garante, como queda el acuerdo con EPA,  pues eso implica que la agenda neoliberal tenga mayor libertad para manipular y legitimar a un secretariado controlado por los sátrapas de la oligarquía en la universidad. Esto sería pues un tutelaje disimulado y manipulado desde arriba.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) creemos vital llevar esta discusión a las bases estudiantiles, más ahora que es necesario impulsar la reforma universitaria. Consideramos como una política indispensable reformar la AEU por otra nueva institucionalidad que realmente represente los intereses estudiantiles y populares, por una que tenga el carácter de confederación representativa de las distintas unidades académicas. Además se debe crear una federación nacional que aglutine a todas las  asociaciones que se autodefinen con las mismas siglas de AEU en los Centros Universitarios del interior. Tal política no va reñida con la de levantar, si hay condiciones  mínimas, una planilla para las elecciones de finales del semestre para AEU, pero con  la mira de denunciar la corrupción en este ente, su subordinación a los intereses de la burguesía, de sus representantes internos y la agitación de cara al proceso de reforma universitaria.

De igual forma hay otro elemento que va de la mano, y es el referido al llamado plan de repitencia o Plan para la Promoción y Evaluación Estudiantil. Consideramos que el acuerdo EPA-CSU sobre el tema fue parcial y reducido solamente a la facultad de Ciencias Económicas. Si bien es necesaria una respuesta inmediata para no afectar a los más de 4 mil estudiantes que serán afectado por la repitencia, el problema en esta facultad y en otras se seguirá dando mientras no exista un sistema real que indague las causas de las dificultades de aprendizaje de parte del estudiantado. Por tanto una solución factible y profunda, así como la evaluación docente, se tienen que dar en las discusiones de la reforma universitaria, transforman el Plan mencionado y presionando desde ya al CSU con una movilización estudiantil masiva.

Urge entonces que el estudiantado, docentes, trabajadores administrativos y de servicios y los profesionales discutan desde su espacio más cercano la necesidad de este proyecto político y académico que es la reforma. Para eso la comisión encargada en elaborar la propuesta metodológica tiene que presentar lo antes posible ante la comunidad universitaria tal documento y discutirlo exhaustivamente con toda la comunidad universitaria. En ese sentido, estudiantes, trabajadores y docentes deben presionar al CSU y sectores conservadores de la USAC para que dejen de entorpecer el trabajo de la comisión. 

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