Por Leonardo Ixim

El pasado miércoles 18 de septiembre el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Carlos (STUSC) tomó las instalaciones de la USAC por aproximadamente dos horas; al dia siguiente nuevamente realizó una toma breve de tales instalaciones. La misma acción la habían realizado ya los compañeros el día 12.

Los motivos de tales acciones se anunciaban desde algunos meses. Están relacionados con la negativa del Consejo Superior Universitario a aprobar el pacto colectivo que ya desde hace unos años se viene negociando entre el STUSC y esta entidad, que al ser el máximo órgano administrativo de la universidad tiene la capacidad de negociar con los trabajadores administrativos y de servicios por medio de sus organismos representativos.

La USAC es la única universidad de Latinoamérica que no tiene un pacto colectivo con sus empleados. La anterior junta directiva del sindicato, en contubernio con las autoridades universitarias, por los vínculos de muchos de sus miembros con la estructura del actual rector Estuardo Gálvez, entre ellos miembros de la comisión que negocia el pacto, prolongó ese proceso, de igual forma las bases eran manipuladas para que no presionaran.

Estos elementos oportunistas, aunque ya no estén en la junta directiva no paran de plegarse a los intereses de las autoridades. Desde el mismo día en que perdieron las elecciones en junio del 2012 han buscado entorpecer tanto legal como políticamente el trabajo de la nueva junta directiva. El colmo de la traición se dio recientemente, cuando 12 miembros del sindicato pusieron un ocurso de hecho en el juzgado cuarto de lo laboral, el cual lo dio a lugar. Ante esta situación la actual junta directiva ha interpuesto un recurso de apelación en ese mismo juzgado. Esta disposición busca paralizar toda acción legal que el sindicato realice, entre ellas declarar huelga tal como estipula el Código de Trabajo.

Por su parte el CSU se niega aprobar el articulo 64 del Pacto Colectivo que versa sobre su entrada de la vigencia. Las autoridades aducen que la situación presupuestaria no es óptima para sufragar los beneficios del pacto. Recordemos que anteriormente hemos informado sobre la frágil situación financiera y nuestra postura ha sido que es vital que todos los sectores de la universidad exijan al Estado lo que constitucionalmente le corresponde, sin depositar ninguna pizca de confianza al CSU. Hasta la fecha, un anunciado recurso de inconstitucionalidad entre la actual Ley de Presupuesto y el artículo 24 de la Constitución de la República buscando que los gobiernos de turno no se hagan los locos a la hora de transferir recursos financieros, sigue durmiendo en el regazo del rector Gálvez.

A la negativa del CSU a aprobar el Pacto Colectivo se suma la denegación anterior de incluir como beneficiarios a trabajadores que se encuentran en planillas y por contrato, es decir desde el reglón 021 hasta el 029, pues solo una parte son considerados trabajadores con reconocimiento de derechos. En ese momento reprochamos a la actual junta directiva que no movilizó a las bases en función de exigir el reconocimiento de todos los trabajadores dentro de los beneficios del pacto.

Además está el problema del reajuste salarial de 8.33%, que se tenía que cumplir en junio de este año y nuevamente las autoridades usaron de pretexto la situación financiera. Ese reajuste de por si es desigual porque contradictoriamente se toma a todos los empleados por igual, sin importar las distintas jerarquías en que unos ganan más que otros, teniendo como resultado que para los que menos ganan el aumento es menor y casi irrisorio.

Es vital la más amplia unidad entre todos los compañeros del sindicato, continuar con asambleas informativas y de tomas de decisiones para realizar acciones de hecho mas fuertes en función de presionar al CSU que se apruebe el Pacto Colectivo. Importante es neutralizar o expulsar a todos los elementos oportunistas y vendidos dentro del sindicato pero apelando a las bases para que sean estas las que pidan realizar tales acciones.

Consideramos imprescindible el buscar alianzas con sectores estudiantes y docentes que apoyen y se solidaricen con las luchas de STUSC, pero también logrando un frente que levante las banderas del presupuesto justo para la universidad, sobre todo para cumplir con las obligaciones de la USAC con los trabajadores, docentes y estudiantes, es decir la calidad académica. Esto implica que este frente y sus organizaciones realicen una estricta fiscalización de la forma de distribuir y ejecutar los recursos financieros y materiales, exigiendo al CSU que de cuentas claras de cómo usa los dineros.

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