Por Victoria Segura

Poblador, compañero poblador,

Seguiremos avanzando hasta el final,

Poblador, compañero poblador,

Por los hijos, por la patria y el hogar,

Poblador, compañero poblador,

Ahora la historia es para ti.

Víctor Jara

Estudiantes normalistas de Huehuetenango, Totonicapán, San Marcos, Quetzaltenango, Quiché Y Guatemala junto con el Sindicato Autónomo Magisterial de Guatemala (Samgua), salieron a marchar a las calles el martes 17 de septiembre, no por las fiestas patrias, sino para exigir una educación pública de calidad y la apertura de la carrera 4to Magisterio Primaria para el 2014. Cuando vives en un lugar como Guatemala definitivamente solo nos queda una opción: vivir y luchar, aunque intenten hacernos desaparecer, matar o callar. “No, no yo no voy a dejar a mis compañeros, pase lo que pase, no van a callarme” le dijo Oliverio Castañeda de León a su padre días antes de su asesinato.

Es lo que nos dejan las Jornadas Patrióticas de marzo y abril del año 1962, nos dejan el espíritu de juventud donde fueron protagonistas indiscutibles los jóvenes casi adultos, casi niños que hicieron historia; los de la U y los de las normales, mujeres y hombres. En esta secuencia de dictaduras han habido momentos de libertad; así fue el año pasado, esta lucha es siempre, una lucha muy intensa por eso y por muchas razones la marcha de los normalistas no será solo ayer.

Así mismo la represión usada en contra de ellos, que es muy parecida a la que vivimos ahora como estudiantes, tanto en la universidad, que esta cooptada por grupos mafiosos armados y en la educación media por grupos pandilleros que están establecido en un orden social como delincuentes, es la justificación de la criminalización. Para ello están aplicando el acuerdo ministerial 1505, que viola el derecho a una educación digna con altos índices de vulnerabilidad en el sector público, que no solo los criminaliza en su organización estudiantil incluyendo el Co-gobierno, ya que los sanciona con medidas administrativas de suspensión y cancelación de matrícula, sino que al igual los mantiene aislados, en condiciones precarias recibiendo clases. Los maestros y maestras consecuentes también son limitados y amenazados con perder su trabajo al oponerse al dictamen del Mineduc, obligándoles a permanecer en silencio y sin derecho a manifestarte.

Son los sindicatos autónomos los que también están dando una luz a una futura unión gremial a la que deberíamos apostarle, sin la participación de grupos asistencialistas y colaboracionistas. Un frente de estudiantes normalistas, universitarios y sindicales tanto del sector público como privado podría darle un giro a este Estado detentado por las diferentes fracciones oligárquicas y sustentado por un aparato de gobierno militarizado, que no duda en la utilización del terror y represión como principal arma contra sus opositores políticos, dando muestras de una naturaleza clasista, racista y militar que configura la matriz económica política y cultural de Guatemala. Así lo vemos en este mes de la finca, digo patria, suma de la influencia de los días de independencia en los institutos públicos que salen a marchar por una independencia de ricos y criollos. Insto a las compañeros y compañeras a que nunca más salgan a marchar en los futuros 15 de septiembre, porque precisamente debemos oponernos a la magnificación de una cultura impuesta que solo le importa los intereses de la oligarquía. Debemos de pasar una nueva página y empezar a oponernos a lo tradicional y establecido, romper paradigmas por completo, ya que se ve claramente en la labor pedagógica de malos educadores dictatoriales de clases magistrales que el régimen educativo nos enseña a reproducir el sistema hegemónico. Es una educación que no pone en duda el sistema imperante e induce al estudiante a que no piense por sí mismo y que se adapte en vivir en él. En la actualidad las teorías del proceso de enseñanza-aprendizaje se ven como un proceso de capacitación gradual en el cual se alcanzan objetivos establecidos y desarrollan habilidades determinadas.

Esta marcha del 17 demuestra la inconformidad y la valentía de la juventud al expresarse y pedir claramente lo contrario a los márgenes establecidos en el actual Curriculum Nacional Base (CNB) en el nivel primario. Eran alrededor de 350 delegados y representantes que se dirigieron hacia el MINEDUC para hacer entrega de un memorial para exigir sus demandas. Así mismo la marcha llegó a la Procuraduría de los Derechos Humanos para denunciar la represión que se ha usado en contra de los estudiantes al no dejarlos organizarse, como lo ocurrido en los institutos de señoritas INCA y Belén, donde las coordinadoras y directoras las amenazaron al decirles que las iban a reprobar si salían a la marcha; así mismo le echaron llave a la puerta para que no salieran. Estas acciones deberían sancionarse, ya que esto está calificado en la ley como coacción y secuestro, viéndose claramente la violación a los derechos constitucionales de libre expresión.

Ese martes 17 también fue un día de protesta para los trabajadores de salud que marcharon del Hospital Roosevelt e hicieron un plantón frente al Congreso de la República, donde entregaron una serie de peticiones, entre ellas que se incremente en un 11% del presupuesto de 2014 para el Ministerio de Salud. También demandaron que se tomen las medidas necesarias para que un impuesto sobre las telecomunicaciones se dirijan para el sistema de salud. Sin duda este mañana nos da esperanza y congoja al ver de luto al Instituto Central para Varones, donde justo los estudiantes amontonados y entre lágrimas y risas cargaban a uno de sus compañeros a la carroza fúnebre. Era un estudiante ultimado en su propia casa por lo que se llama violencia común, que es precisamente a lo que arrastra a los jóvenes este sistema que no les da oportunidades para elegir una vida digna. Por eso la educación pública digna y de calidad es tan necesaria, porque los jóvenes no deberían de morir prematuramente. Esta violencia que se cobra vidas diariamente es un sistema de control social y miedo. Guatemala posiblemente podrá ser una Guatemala con propia voz y lo será si elegimos luchar con rebeldía y dignidad, en unión, rebelión que necesita actividad, que sea menos espontánea y mas planificada; nos falta alianza para el rescate de la historia, es una responsabilidad luchar contra este mundo monstruoso y seguro nos equivocamos en muchas cosas, pero tenemos lo esencial, que todavía estamos aquí.

Los padres de familia juegan un papel esencial al igual que los maestros y no debemos dejar que se prohíba la formación de asociaciones estudiantiles; los estudiantes universitarios deberán velar porque exista una educación superior digna para todas y todos en el actual proceso de Reforma Universitaria que significa: el cambio sustantivo en la única Universidad Pública y estatal en Guatemala, así como la más grande del país.

Los estudiantes universitarios tenemos la tarea de problematizar las carreras que hay para encontrar metodologías y entrar a la discusión de lo que necesitamos y poder tener el contacto entre estudiantes para tratar de arrancar desde discusiones y socializar nuestros enfoques de trabajos para poder ver las perspectivas de los diferentes ámbitos, resolver las dificultades desde lo que requiere el estudiante, así como poder aportar a la sociedad en lo que más nos compete, que es exigir una educación digna para el futuro. En cuanto a lo que es esencialmente la universidad, a lo que llama Edgar Morín el Carácter Transecular “la Universidad no puede tener por vocación directa una formación profesional técnica, sino una vocación por la formación de una actitud de investigación”; es decir lo que la Universidad esencialmente realiza es formar la manera en la cual se percibe el mundo, se trabaja en el mundo y se cambia el mundo. Ello básicamente es el fenómeno pedagógico.

Este sistema desigual por lógica ata al individuo a formarse en él y pertenecer a cierta clase o estrato, logrando en casos aislados y de vez en cuando ascender a otro. Los bajos índices de escolarización y las condiciones de vida son limitantes, me refiero a que la conexión entre el desarrollo de la educación y los requisitos económicos de disciplina y jerarquía tienden a inculcar un consumo pasivo (aceptación acrítica del orden social existente). Su papel es “saber cuál es su sitio y mantenerse quietos en el.”

Le insistiría a los compañeros universitarios que no permitamos más las clases magistrales, ni las actitudes fanáticas de un ciego academicismo ni la impunidad o el acoso que recibimos por parte de los malos docentes. Que repensemos o indisciplinemos las ciencias sociales y entrarle de verdad a la transformación de nuestra casa de estudios, no solo por nosotros, sino por los que vienen, promover las discusiones sobre los hechos sociales. De verdad reconocer a nuestra Alma Mater como un espacio sociopolítico.

Este mes al que yo llamaría jornadas cívicas de lucha y de protesta por la dignidad de un país estigmatizado tiene que recuperarse. Para ello debemos trabajar en la coordinación entre estudiantes normalistas y de educación media, maestros conscientes y progresistas, padres de familia y estudiantes universitarios para juntos impulsar nuestras demandas por una educación pública realmente gratuita y de calidad, sin la injerencia de empresarios que en acuerdo con el gobierno intentan acapararla.

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