Por Felisa González

Los medios de prensa calcularon en 20 mil personas la concurrencia a la gran marcha conmemorativa del día internacional de los trabajadores. Como desde hace ya varios años, convocó al evento el Movimiento Sindical y Popular Autónomo Guatemalteco, conformado por la Confederación de Unidad Sindical de Guatemala (CUSG), la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), la Unión Sindical de Trabajadores de Guatemala (UNSITRAGUA) y el Movimiento de Trabajadores Campesinos (MTC).

Por fuera de esta coordinadora, se colocó a la cabeza de la marcha el Frente Nacional de Lucha (FNL), que incluye al mayor sindicato de trabajadores de la salud, y forma parte de otra coordinadora que aglutina a la Coordinadora Nacional, Indígena y Campesina (CONIC) y al Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), aunque estas dos agrupaciones no estuvieron presentes en la marcha. Esta coordinadora, llamada POVRES, se caracterizó por su apoyo velado al defenestrado gobierno de Pérez Molina y el Partido Patriota, con el que firmó pactos colectivos en salud y educación. Detrás del FNL iban unos pocos grupos, incluyendo a estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos. Este bloque empezó a marchar hacia el Parque Central sin que el grueso de la manifestación lo siguiera.

Lo característico de la manifestación de este año fue la gran diversidad de sectores representados: sindicatos de fábricas y maquilas, sindicatos de alcaldías del interior, de trabajadores del Estado, agrupaciones de trabajadoras domésticas, un pequeño grupo de trabajadoras sexuales, el sindicato de docentes de la Universidad de San Carlos, el sindicato de trabajadores y estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y de la Escuela de Historia de la misma universidad, agrupaciones de jóvenes de la calle y jóvenes trabajadores, agrupaciones de mujeres, trabajadores del Hospital San Juan de Dios, sindicatos de vendedores ambulantes y de la economía informal, de panificadores, del diario Prensa Libre, asociación de medios de comunicación comunitarios. Fue notoria la presencia de pilotos del transporte urbano protestando contra las extorsiones de las maras, y una caravana de taxistas que protestaban contra los abusos de la Empresa Municipal de Tránsito, la Policía Municipal de Tránsito y el alcalde capitalino ¡La clase trabajadora en pleno con todas sus corrientes! Además, la izquierda partidaria representada por URNG-Winak, el nuevo Movimiento Para la Liberación de los Pueblos, las Juventudes Comunistas de Guatemala, HIJOS y el PSOCA.

Entre las consignas levantadas destacó la denuncia de corrupción contra los diputados del Congreso de la República y la exigencia de su renuncia. Los trabajadores estatales denunciaron despidos injustos y demandaron la renovación de pactos colectivos. Las y los obreros fabriles y maquileros exigieron libertad sindical y aumento de salarios. Las mujeres trabajadoras reclamaron igualdad de derechos y no a la discriminación. Los vendedores informales pidieron el respeto a su actividad y el cese a la persecución de parte de las autoridades municipales.

Las centrales sindicales reclamaron en sus comunicados políticas públicas que garanticen el acceso de la población a los servicios de salud y educación, al agua, seguridad social y vivienda digna; garantía de los derechos humanos, al trabajo y salarios dignos, el respeto a la libertad sindical; el acceso a la tierra; el rechazo al acaparamiento de recursos hídricos y naturales por parte de empresas mineras, hidroeléctricas y de agroexportación en detrimento de las comunidades indígenas y campesinas; denunciaron los ataques contra los pactos colectivos, la explotación del trabajo infantil y del trabajo femenino en las maquilas. También rechazaron los salarios diferenciados, el trabajo a tiempo parcial y exigieron una política fiscal progresiva, que haga que el que tiene más pague más.

La agenda de lucha es extensa, y lo que urge es la unidad en la acción permanente de todas las organizaciones de trabajadores, campesinos, indígenas, mujeres, estudiantiles y populares. La unidad debe hacerse patente no sólo en los días en que celebramos, como el 1 de mayo o el 20 de octubre. La coordinación que promueva luchas unitarias debe darse alrededor de una agenda mínima que incluya temas como: alza general de salarios, defensa de los pactos colectivos, respeto a la libertad sindical, rechazo a los salarios diferenciados y al trabajo a tiempo parcial; acceso a la tierra, respeto de los territorios y recursos naturales de las comunidades indígenas campesinas; derecho a la salud, educación y vivienda dignas; la persecución y enjuiciamiento de funcionarios públicos implicados en actos de corrupción y de empresarios cómplices que se benefician de los mismos.

Proponemos una gran marcha sindical, campesina y popular que promueva esta agenda de lucha, emulando a las y los compañeros que realizaron la Marcha por el Agua.

Hemeroteca

Archivo