Por Hercilia Cáceres

Desde que Murphy Olimpo Paiz, asumió como Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, el 28 de junio del presente año, su administración ha realizado un gran número de acciones que cada vez dejan más en claro su política de tipo neoliberal, que sin duda alguna muestra su interés por la privatización de esta casa de estudios. La USAC a pesar de ser la única universidad pública del país, desde inicios de este siglo, administraciones de turno se han encargado de reducir el número de estudiantes que ingresan como una medida para el problema de sobrepoblación universitaria, al que no le buscan soluciones concretas sino al contrario, se dedican a parchar las problemáticas para evitar un colapso cada vez más cercano. En esta ocasión, la administración de Paiz no se queda atrás con resoluciones que afectan principalmente a los aspirantes provenientes de instituciones públicas o de instituciones privadas de los mal llamados “colegios de garaje”, quiénes lejos de ofrecer educación media de calidad se dedican a lucrar con los intentos de superación académica.

Las dificultades

El proceso de ingreso a esta universidad inicia por la prueba de orientación vocacional que tiene un costo de Q.50.00, al menos en el Campus Central. Posteriormente los aspirantes se someten a Pruebas de Conocimientos Básicos -PCB- que según el Sistema de Ubicación y Nivelación -SUN-: “son pruebas que miden el grado en que los aspirantes conocen, dominan y relacionan conocimientos en las áreas de Biología, Física, Lenguaje, Matemática y Química”, dependiendo de los requerimientos de la unidad académica a la que se aspira. Luego de ser aprobadas las PCB, las personas deben realizarse Pruebas específicas, estas son: “los instrumentos que miden exclusivamente conocimientos, aptitudes, habilidades y/o destrezas específicas, requeridas por cada Facultad, escuela o centros regionales, de acuerdo con los perfiles de las carreras”.

Cabe mencionar que son miles las personas que cada año se someten tanto a las PCB como a las pruebas específicas y son reprobadas en las cuatro oportunidades que la USAC brinda. Al reprobar las pruebas el SUN presenta una “alternativa” para no someterse nuevamente a las pruebas: el Programa Académico Preparatorio -PAP-, en el que por medio de cursos a lo largo de 10 meses brindan el contenido de las PCB y las pruebas específicas para la facultad de ingeniería. Pero claro, el PAP no es gratis, tiene un costo de Q.350.00 independiente de la cantidad de cursos que sean asignados a lo largo del ciclo lectivo. 

Guatemala es un país en el que menos del 2% de la población tiene acceso a la educación superior, a esto se le suman los filtros ya comentados y ahora la crisis presupuestaria a la que se enfrenta la USAC, buscan medidas desesperadas por conseguir fondos que les permitan evitar el colapso financiero.  Entre los intentos del Consejo Superior Universitario -CSU- se encuentra el aumento del examen de orientación vocacional de Q.50.00 a 100.00 y del PAP de Q.350.00 (de uno o más cursos durante todo el año) a Q.1000.00 anuales por cada curso. Asimismo, el PAP que dice ser un programa autofinanciable cuenta con un buen número de irregularidades, debido a que se desconoce el origen de los fondos ejecutados.

Muchos estudiantes se han mostrado a favor de estas políticas, lo que resulta preocupante, ya que cada vez ingresan menos personas con conciencia social. Existen muchas personas que para ingresar pueden pagar elevados costos o más, pero al mismo tiempo existe un sector que sacrifica incluso una semana de alimentos para poder aspirar a un mejor futuro. Conversaciones con asesores vocacionales del sector público aseguran que un buen número de estudiantes próximos a graduarse del nivel medio, no cuentan con los medios para pagar la cuota de Q.50.00 y por ello no ingresan a la universidad, quedando como el porcentaje de jóvenes que ofrecen mano de obra barata o como una cifra más de desempleados.

Además de lo anterior, otra medida que se busca implementar es el aumento de la matrícula estudiantil de Q.91.00 anuales a una mensualidad de Q.50.00 desde los consejeros del CSU, quiénes han asegurado que la población estudiantil es “privilegiada” y por lo tanto tiene que prevalecer únicamente el sector con la economía necesaria para sufragar los gastos. De la misma manera, han calificado de “borrachos” a los estudiantes universitario, razón por la que asumen que cuentan con los medios necesarios para realizar estos aumentos, insultado la dignidad de los estudiantes y familias que con mucho sacrificio buscan la manera de culminar sus estudios superiores.

¿En realidad existen políticas de austeridad?

Lamentablemente Paiz busca cegar la realidad y maquillar la universidad como un centro de convivencia y amor llena de actividades como la carrera universitaria, un gran número de voluntarios y otras que requieren de grandes inversiones que no salen del bolsillo del señor rector. También existe la realización de compras innecesarias que se pueden verificar en el portal Guatecompras, demostrando que quieren tapar el sol con un dedo y hacer de memoria corta ante los problemas que orientan a la universidad hacia la una salida sin fondo.

Ante estas problemáticas que presentan políticas claves de privatización y exclusión de la educación superior, venimos repitiendo la exigencia del 5% del presupuesto nacional, a la que el rector se ha visto tibio debido a sus intereses por mantener vínculos con el gobierno de turno. Al mismo tiempo exigir un 100 % de transparencia porque la USAC no es una bola de cristal en la que no sucede nada, existe una cantidad impresionante de casos de corrupción como las escuelas de vacaciones, plazas fantasmas, entre otros. Por eso, realizamos un llamado a los diferentes sectores universitarios a que realicen las denuncias pertinentes, se unan en la lucha y no se deje el futuro de la educación superior en manos de los asesinos del intelecto del pueblo guatemalteco.   

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