Por Ricardo Patzán

Durante los cerca de 16 meses de pandemia del virus Covid-19 en Guatemala los patronos han destacado por cometer toda clase de abusos en contra de sus trabajadores, como despidos injustificados, recortes de salarios, suspensiones temporales de contratos e irrespeto de las condiciones de trabajo. Durante el mes de junio las organizaciones sindicales de dos empresas han denunciado medidas represivas y antiobreras por parte de las patronales.

El primer caso es del Sindicato de Trabajadores de la empresa Bremen (SITRABREMEN), dedicada a la producción de embutidos. Uno de los propietarios de la empresa es Francisco Arredondo, quien fuera ministro de salud pública durante la gestión del expresidente Otto Pérez Molina. Los compañeros sindicalistas han denunciado las maniobras de los dueños para causar su despido; esto lo han hecho mediante la creación artificial de situaciones en las que aparentemente los trabajadores no se presentan a sus labores. Por ejemplo, tratan de que se retiren de la empresa sin marcar sus horarios de entrada y salida, prohíben la entrada a sus puestos de trabajo, les han pedido que se presenten a supuestas capacitaciones a las 5 de la mañana prohibiendo luego su ingreso.

El motivo de estos ardides es no cumplir con el pacto de condiciones de trabajo firmado con el sindicato, y buscar el despido de los dirigentes sindicales. Cabe recordar que el 1 de septiembre de 2017 el compañero Tomás Francisco Ochoa, secretario de conflictos de SITRABREMEN fue asesinado en las cercanías de las instalaciones de la empresa por guardaespaldas de Arredondo. Los compañeros sindicalistas responsabilizaron de los abusos y represiones a Arredondo y a los gerentes y funcionarios Carlos Tajada, Walter Fuentes, Carlos Lux, Andrea Baldes, María Andre, Estuardo Ramírez y Víctor Rogelio López. (Con información del medio independiente El Gafete).

Otro caso es el denunciado por el Sindicato de Trabajadores del Grupo Frito Lay Compañía Limitada (SITRAFRITOLAY). Los compañeros del sindicato denunciaron, por medio de un comunicado, violaciones al pacto colectivo, la libertad de expresión y organización de los sindicalizados de parte de la empresa. La empresa es una subsidiaria de la empresa multinacional PepsiCo en Guatemala, cuya franquicia la ostenta la poderosa Corporación Castillo Hermanos, uno de los principales grupos de la oligarquía guatemalteca.

Entre las acciones de hostigamiento que realiza la patronal están: amenazas de amonestar a los compañeros que intentan hacer valer sus derechos; la empresa limita la comunicación entre los trabajadores y trabajadoras; promueve la tercerización laboral, contratando personal de otras empresas con el objetivo de impedir la sindicalización; supresión de puestos de trabajo; otorga beneficios económicos a algunos trabajadores para minar la unidad entre ellos; contrario a lo estipulado en el pacto colectivo, la empresa hace cambios arbitrarios en  los uniformes de trabajo, quitándoles las bolsas; la patronal retrasa la entrega de zapatos de trabajo, algo que también está estipulado en el pacto colectivo; represalias contra el sindicato, irrespetando las leyes laborales al despedir injustificadamente a los trabajadores que hacen valer sus derechos; 

El 14 de junio compañeros de SITRAFRITOLAY realizaron un plantón frente a la sede de la empresa y colocaron mantas denunciando la situación. Ya en el mes de marzo los compañeros habían denunciado todas estas anomalías. (Con información y fotografía de Prensa Comunitaria)

La Corporación Castillo Hermanos tiene una larga tradición de represión en contra de sus trabajadores. Solamente recordemos que entre 2007 y 2009, un grupo de obreros de una de sus empresas, Agua Pura Salvavidas – Distribuidora del Petén, trató de formar un sindicato, SITRAPETÉN, y fueron inmediatamente despedidos. Los compañeros erigieron en protesta un campamento en la Plaza de la Constitución de la capital, hasta que fueron violentamente desalojados por la Policía Nacional Civil.  

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