Por Úrsula Coj

El pasado 15 y 16 de noviembre el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) realizó una serie de bloqueos en las principales carreteras del pais, que se agregan a un contexto de movilizaciones en los últimos meses.

Estos bloqueos afectan a los grupos concentrados del capital, al grado que las cámaras de Comercio, Industria y Agro, tradicionales representantes de la oligarquía monopólica, exigieron su rompimiento. Pero también el Consejo Nacional Empresarial -recientemente creado-, conformado por algunos sectores empresariales no oligárquicos y que ciertos sectores de la sociedad civil vieron con buenos ojos por su crítica al gobierno de Giammattei, se sumó y exigió que se aplicara la ley contra las acciones de Codeca. Entonces vemos cómo coinciden los distintos sectores de la burguesía, en pro de sus intereses.

Por otro lado, es cierto que resulta afectada buena parte de la clase trabajadora que se moviliza a sus centros de trabajo, donde los patrones les descuentan en la mayoría de casos si llegan tarde, a pesar del hecho de que por el congestionamiento de tráfico habitual pasa lo mismo, lo cual debería ser considerado como horas de trabajo y pagadas. Esta situación claramente genera molestias, al grado que en Tecpan, Chimaltenango, se dieron forcejos entre manifestantes y usuarios de las carreteras; por tanto, esto obliga a repensar cómo acomodar tal táctica de protesta para lograr cierta simpatía de la población, hasta que la población afectada se dé cuenta que la exigencia es contra de sus patrones.

El paro de CODECA tuvo una particularidad que lo diferencia de otros que realiza esta organización; es el hecho de que se pronunció correctamente contra el alto costo de la vida, como el encarecimiento de los bienes de consumo para la clase trabajadora y el estancamiento de los salarios.

Además, exigieron la desmilitarización del municipio de El Estor, tras el estado de sitio impuesto por el gobierno por la protesta de las comunidades mayas-quekchies contra la mina de capital ruso-suizo Compañía Guatemalteca de Níquel.

Asistimos a una constante de movilizaciones -aunque de sectores de vanguardia centrada en los pueblos indígenas, organizaciones campesinas y algunos sindicatos combativos sobre todo de trabajadores públicos- que se vienen dando desde finales del año pasado. Recordemos que estamos a un año de las movilizaciones contra la aprobación del presupuesto de ingresos del Estado en 2020 que generó una fuerte represión y la quema de parte del edificio del Congreso de la República

En 2021 también se dieron una serie de movilizaciones con el denominado Paro Plurinacional, nuevamente protagonizado por segmentos organizados de los pueblos indígenas y campesinos.  CODECA también se movilizó, aunque por aparte, producto de las posiciones sectarias existentes en las organizaciones populares.  Esto debilita la organización de un amplio movimiento que se convierta en un verdadero desafío al poder oligárquico

Esto repercute en que la población trabajadora, aislada, sin ningún vinculo organizativo y sin ninguna tradición de lucha, no considere la importancia de la organización, la movilización y además asuma posiciones reaccionarias, obviamente bajo la presión de los patrones y del Estado. Estado que a su vez, con el gobierno actual, protege los intereses del gran capital nacional y transnacional, manejando estados de excepción y ciertas medidas coaccionadoras de los derechos humanos en el marco de la pandemia, aplica como en El Estor.

En ese sentido, la Policía Nacional Civil (PNC) logró desactivar uno de los piquetes, el primer día, el único en la capital, por medio de una táctica de valla humana, donde un sub comisionado supuestamente resultó golpeado; de igual forma reprimió al siguiente día a un grupo de estudiantes en las cercanías de la universidad pública el segundo día.

Por los hechos del primer día la PNC denunció cínicamente a la diputada por el Movimiento Para la Liberación de los Pueblos (brazo electoral de CODECA) Vicenta Jerónimo, por agresión al sub comisionado. A esto se suma la denuncia también de la policía contra el diputado Aldo Dávila, electo por el partido Winaq, pero que actúa independientemente, supuestamente por abuso de autoridad tras gritarle a unos policías en una protesta; esto no es mas que una venganza de los sectores de poder por sus luchas en favor de la clase trabajadora

Movilizaciones con el contenido como las realizadas por CODECA, por la situación económica y en solidaridad con las luchas comunitarias es el camino. Urge, como hemos repetido en muchas ocasiones, el establecimiento de un Congreso Nacional de Luchas Populares, para movilizar conjuntamente a los sectores organizados del proletariado contra las políticas neoliberales de este gobierno.

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