Por Armando Tezucún

En 2022 los precios de los artículos de primera necesidad han escalado a un ritmo vertiginoso, afectando gravemente las condiciones de vida de las familias trabajadoras.

De acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC), en el mes de septiembre el costo de la Canasta Básica Alimentaria alcanzó Q 3,538.94 (unos US$ 450); por otro lado, el costo de la Canasta Ampliada (CA) que incluye gastos como transporte, vestuario, calzado, energía, agua, educación, etc., llegó a los Q 8,171.18 (alrededor de US$ 1,040).

Según el Instituto Nacional de Estadística, el ritmo inflacionario en septiembre se situó en 9.03%, mientras que la inflación acumulada llegó al 7.93%; los precios del 71% de los bienes y servicios considerados básicos tuvieron alzas significativas. Esta inflación del 9.03 por ciento es la más alta observada para el mes de septiembre entre los años 2015 y 2021, y está un 5.35% por encima del promedio de ese período, que ha sido del 3.68%. En algunas regiones del país (Cobán, San Pedro Carchá, Huehuetenango, Chiantla y Quiché) el alza de los precios ha sido mayor que el promedio nacional, llegando al 12.7% y 10.6%.

En este preocupante contexto se ha dado la discusión para el nuevo salario mínimo para 2023. Actualmente los salarios mínimos están clasificados, por actividad económica, en agrícola, no agrícola y exportadora y de maquila. Así, en 2022 han regido los salarios de Q 3,122.55 (unos US$ 397) para trabajadores agrícolas; Q 3,209.24 (alrededor de US$ 409) para trabajadores no agrícolas; y Q 2,954.35 (unos US$ 376) para trabajadores de empresas maquileras y de exportación.

En diciembre de 2021 el gobierno emitió el acuerdo 285-2021, que creó el sistema de Circunscripciones Económicas para el cálculo de salarios mínimos, estableciendo nuevas comisiones paritarias (con la participación de delegados de los empresarios, gobierno y sindicatos) por circunscripción y actividad económica, complicando el sistema de determinación del salario mínimo. Fueron creadas dos circunscripciones, la Circunscripción Económica Uno, que abarca el departamento de Guatemala, y la Circunscripción Económica Dos, integrada por el resto de departamentos del país, y seis comisiones paritarias, una para cada una de las actividades económicas. Esto se hizo bajo el supuesto de que en el interior del país los precios son más bajos, y, por tanto, los salarios mínimos deberían ser más bajos; pero ya vimos arriba que este es un supuesto falso, pues el ritmo inflacionario ha sido mayor en varias regiones de Guatemala.

Luego de meses de discusiones, la Comisión del Salario Mínimo (CSM) entregó el 12 de octubre un informe al ministro de Trabajo y Previsión Social, informando que se llegó al acuerdo de que es necesario incrementar el salario mínimo para el próximo año, pero cada sector representado (empleadores, gobierno y trabajadores) recomendó distintos porcentajes de incremento. Los tres sectores estuvieron de acuerdo que utilizar la fórmula técnica propuesta por la Organización Internacional del Trabajo, que toma en consideración la inflación prevista, el crecimiento esperado del PIB, y la previsión del crecimiento de la población.

Los empresarios sugirieron un aumento del 4.3% para los trabajadores no agrícolas, de maquilas y de empresas exportadoras, y ningún incremento para los trabajadores agrícolas (beneficiando empresarios azucareros, cafetaleros, de palma aceitera, etc.). Así, el sueldo mensual de trabajadores no agrícolas quedaría en Q 3,246.15, y el de los trabajadores de maquilas en Q 3,061.15.

Los delegados del gobierno plantearon un aumento del 6.3% para las tres actividades económicas en la circunscripción 1, y del 5.04% para la circunscripción 2. Por su parte, los delegados de los trabajadores propusieron un incremento de Q 180 diarios para trabajadores de todas las actividades económicas, sin diferenciar las circunscripciones, llegando a Q 5,725 mensuales, aún por debajo del costo de la canasta ampliada.

El ministro de trabajo debe enviar el informe de la CSM al Banco de Guatemala, y al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, para que hagan sus observaciones, y luego remitirlo al ejecutivo para análisis final y recomendaciones al presidente Giammattei, para que éste tome la decisión en diciembre.

Apoyamos la recomendación presentada por los compañeros representantes de los sindicatos. El próximo año 2023 se espera que sea de recesión y mayor crisis a nivel mundial. Por eso, más allá del aumento justo, les proponemos que presenten a la CSM el planteamiento de que los salarios mínimos se incrementen automáticamente según el ritmo mensual de la inflación, para que las y los trabajadores no deben esperar un año para aliviar en algo el descenso del valor de compra de la moneda y la depreciación de sus sueldos.

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