regreso a la OEA

Por Maximiliano Fuentes

Perpetuado el golpe de estado al gobierno de José Manuel Zelaya Rosales por fuerzas militares el pasado 28 de junio del año anterior, la Organización de Estados Americanos OEA, a través de una asamblea extraordinaria se vio en la imperiosa necesidad de expulsar al Estado de Honduras. Lo anterior, porque lo ocurrido en Honduras tras el secuestro de Zelaya de su casa de habitación y la expulsión de territorio nacional en la madrugada del 28 de junio era incongruente con los procesos establecidos por la legislatura hondureña, pero sobre todo, porque la constitución de un gobierno tras la ruptura del orden constitucional era contradictorio con la carta democrática emitida en el año de 1991. Por lo que la expulsión era la medida más inmediata tras la ruptura del orden democrático por la consolidación de un golpe de estado y la constitución de un gobierno ilegitimo.

El papel de la OEA en la mediación del conflicto

La mayoría de hondureños reconocen el papel mediador de la OEA en el conflicto. Lejos de imponer duras sanciones y arremeter con las violaciones profundas a los derechos humanos, José Miguel Insulza fue fiel colaborador de la política trazada por el departamento de Estado de los Estados Unidos, que no era más que dilatar el proceso a través de las negociaciones para obtener todo el tiempo posible, cansar a las masas en resistencia y blanquear el golpe de estado a través del proceso electoral. Cabe señalar, que todos los intentos de restablecer el orden constitucional a través del dialogo se vieron truncados, el mismo Zelaya resulto engañado de un proceso amañado. Lo obtenido  de este proceso de negociación, por cierto ampliamente jerarquizado por el Ex Presidente fue su exilio y la derrota pacifica de las masas en resistencia.

Las intenciones de Lobo y de la oligarquía hondureña

Uno de los principales ejes políticos del gobierno de Porfirio Lobo ha sido logar el reconocimiento del gobierno de Honduras ante la comunidad internacional. En estos seis meses de gobierno, ha obtenido importantes triunfos: la comunidad europea ha establecido relaciones, se han restablecido relaciones diplomáticas con la mayoría de los estados, organismos como el SICA han aceptado la reincorporación de Honduras y se han firmado tratados de libre comercio con la comunidad económica europea. Como podemos observar, la tarea ha sido lograda casi en su totalidad, por lo que la reincorporación del gobierno de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA) no sería nada novedoso, ya que desde un principio el imperialismo norteamericano aboga para la acreditación del gobierno de Porfirio Lobo y es te organismo es un fiel colaborador de la política imperialista..

Los pelos en la sopa

Uno de los principales obstáculos del gobierno de Porfirio Lobo han sido los países integrados en el UNASUR, es decir los que se encuentran íntimamente relacionados con el gobierno venezolano de Hugo Chávez, dado que  son los que han hecho la verdadera oposición al interior de la OEA y de otros organismos.  La principal exigencia de los países alineados al chavismo es el retorno de José Manuel Zelaya Rosales a Honduras respetándole todas sus garantías y exonerarlo de toda imputación. Así mismo, el reconocimiento del golpe de estado y el castigo a los delitos constitucionales y en materia de derechos humanos. Es de hacer notar, que se han obtenido importantes avances, todo indica que el retorno de Zelaya es inminente. Por otro lado, los golpistas han empezado  a aceptar sus propios crimines, el mismo canciller de relaciones exteriores del gobierno ilegitimo de Michelletti -Enrique Ortez Colindres- ha declarado a través de los medios de comunicación  que lo sucedido en junio del año anterior era un golpe de estado militar. Partiendo de lo anterior, la tendencia es que la OEA aceptará a Honduras como estado miembro de este organismo multinacional.

El reacomodo de la derecha

La derecha que emprendió el golpe empieza a reacomodar la situación. Pese que para muchos la reincorporación pueda beneficiar, ya que el Estado de Honduras  podría acceder a tratados comerciales, créditos públicos y privados, lo cierto es que el reconocimiento del gobierno ilegitimo de Porfirio Lobo sería una dura bofetada para nuestros mártires y aquellos que fueron reprimidos por las botas del gobierno usurpador. La reincorporación tendría que pasar por la investigación de los crimines cometidos en las luchas de la resistencia, los asesinatos de Isis Obed, Pedro Magdiel, Roger Abraham Vallejo y de nuestro camarada José Manuel Flores, para citar algunos, no han sido dilucidados. Así mismo, los violadores del orden constitucional y de derechos humanos tendrían que ser enjuiciados y castigados por una corte penal. Los golpistas tienen que pagar sus crimines contra el pueblo hondureño y la humanidad. Por otro lado, la institucionalidad democrática fue agraviada con el golpe de estado, por lo que el estado de Honduras tendría que refundarse a partir de una nueva asamblea nacional constituyente y con ello modificar el excluyente modelo político que tan solo favorece a los explotadores y ricos de Honduras.

¿La llegada de Zelaya contribuirá al desarrollo de las luchas sociales?

Ante las condiciones impuestas por la comunidad internacional, que pasan por el retorno del Ex Presidente, por cierto, defenestrado y exiliado por fuerzas militares, la derecha que emprendió el golpe empieza a reacomodar la situación política. Porfirio Lobo, en diversos momentos ha manifestado que de ser posible el mismo iría a traer de la mano a Zelaya a la República Dominicana.  Todo indica que la presencia de Mel contribuiría  a la estabilidad política del estado burgués.  Le daría una cara democrática al gobierno de Porfirio Lobo, lo absolvería de sus crimines políticos y le daría popularidad ante las masas. Pero sobre todo, le permitiría concretizar su tarea por el reconocimiento del estado de Honduras.

Frente a todo, el ex Presidente Zelaya tiene el legítimo derecho de retornar a su país, es más, se le debe respetar todos sus derechos como cualquier otro ciudadano, se le tiene que absolver de todos los crímenes impuestos por los golpistas y que se le  otorguen todas las garantías para el absoluto respeto de sus derechos fundamentales.

Ante el probable retorno de Zelaya

Estamos seguros, que el retorno de Zelaya despertaría expectativas en las filas del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Ese es el verdadero temor de la derecha y de los sectores que emprendieron el golpe de estado. Ante un clima de inestabilidad, lo que menos conviene son movilizaciones y un nuevo reclamo popular.

De retornar Zelaya, su responsabilidad sería el de emprender un amplio movimiento para derrotar al gobierno ilegitimo de Porfirio Lobo y desde allí refundar el estado de Honduras a través de una asamblea nacional constituyente en beneficio de los más pobres y necesitados. Alejar al Frente de las luchas contra la injusticia y situarlo en el terreno de la lucha electoral no contribuiría en el proceso de transformación de la sociedad hondureña. Negociar con los golpistas no está en tema de discusión. Zelaya debe  de abogar  por la construcción de un organismo amplio, democrático en donde las direcciones estén supeditadas a la asamblea, de lo contrario su presencia estaría en detrimento del FNRP y del pueblo de Honduras.

La elección de Zelaya en la coordinación del Frente: una decisión apresurada

La mayoría de organizaciones que conforman el FNRP han abogado para que Zelaya tenga la coordinación de la organización. Algunas por simpatía política o oportunismo, otras por creer de forma falsa que el debate y la pelea interna solo contribuiría con la fragmentación del Frente.  Lo cierto es, que la decisión de otorgarle la coordinación del organismo es apresurada. Lo anterior por cuestión de principios, dado que al interior del FNRP hay gente con mayor experiencia política, programática y organizativa. Además, es importante reconocer que Zelaya es el gran responsable de la derrota de la lucha librada contra el gobierno usurpador.

Por otro lado, es necesario reconocer que la única pretensión de la corriente liderada por Zelaya es utilizar el prestigio político del Frente para constituirse en la segunda fuerza política después del partido nacional. A lo largo de estos meses, hemos manifestado que el Frente debe de constituirse en un organismo de la clase y para la clase obrera, en una palabra: en su instrumento de lucha contra la opresión que ejerce la burguesía y sus lacayos. Es por todo ello, que siempre hemos propuesto que la conducción del mismo debería estar en manos de los luchadores, es decir de los dirigentes de la clase obrera y campesinado que se han destacado en el proceso de la lucha contra el golpe de estado. Decir la verdad, plantear lo correcto no significa llevar al fracaso a una organización, al contrario, de lo que se trata es  dar la lucha por una verdadera conducción revolucionaria.

Por otro lado, llevar a la legalización del Frente no es la tarea más inmediata del pueblo. Reconocemos que participar en el terreno electoral puede ser una táctica necesaria en el proceso de la lucha, pero no el objetivo fundamental. Los cambios sociales no se realizaran desde el terreno de los enemigos, sino en la erradicación del sistema que oprime y subyaga a los trabajadores.

Nuestra Propuesta

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) sigue apostando por la consolidación del FNRP, pero sobre todo de su independencia política de los sectores burgueses. La idea nuestra es construir un organismo democrático para emprender la lucha política para la transformación de Honduras. Así mismo, hacemos un llamado a las organizaciones obreras, gremiales sindicales y estudiantiles aglutinadas en el FNRP  a no bajar los brazos y seguir luchando por la refundación y la transformación de la sociedad hondureña en beneficio de los más pobres y necesitados.

Hemeroteca

Archivo