Por Justo Severo Izquierdo

Honduras enfrenta hoy en día la peor crisis jamás vista en la historia del país. El 2013 no se presenta nada halagüeño para enfrentar la debacle financiera en la que está inmerso el gobierno de Porfirio Lobo Sosa. Por otra parte, el poder legislativo que encabeza Juan Orlando Hernández ha emitido una serie de leyes y decretos que atentan contra la soberanía nacional y van en detrimento de las conquistas más elementales de los gremios y sectores populares del país. El poder judicial no es la excepción a la regla, también atraviesa uno de sus peores momentos al perder su independencia como poder del Estado.

Las maniobras ejecutadas por Lobo-Hernández han permitido que todo el aparato que rodea la corte y sus demás dependencias, estén a su disposición para dar luz verde a todos los proyectos de “desarrollo” impuesto por los regentes del ejecutivo y legislativo.

Repercusiones nefastas

Los tres años de gobierno de Lobo-Hernández se han caracterizado por la represión ejecutada contra los sectores populares y el alto índice de violencia; el espantoso nivel de desempleo y la asfixia económica a través de paquetes fiscales que eleva el alto costo de la vida; la inasistencia total del sector salud y educación y demás dependencias estatales; deficiencia en la ejecución de programas de desarrollo.

En el 2013 no parece que mejore el panorama, al contrario, el gobierno en estos dos primeros meses ha recrudecido las medidas que afectan a todos los sectores del país; por ejemplo, las empresas constructoras de todo el país, un gremio que casi nunca se pronuncia, se vieron en la necesidad de paralizar sus labores por falta de pago. Los empresarios de la construcción, afiliados a la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (CHICO) y la Cámara Hondureña de Consultores y el Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras, se vieron afectados por el incumplimiento del gobierno.

Por otro lado, el gremio magisterial se mantiene en lucha por la suspensión de licencias a sus dirigentes, el incremento del 9% a las tarifas de la ENEE, la aceleración en el proceso de devaluación del Lempira con respecto al Dólar, y para rematar, la injerencia de los organismos de financiamiento internacional y los países cooperantes acuerpados en el G16, quienes imponen las políticas de control, en el manejo de las finanzas públicas. Dentro de estas recomendaciones está el plan de austeridad del gobierno, que obliga al mismo a despedir a una gran cantidad de hondureños que laboran en diferentes dependencias del Estado.

Panorama de lucha incierto

La sociedad hondureña se encuentra en un hervidero ante la crisis imperante en todos los sectores. El pueblo demuestra a diario su descontento con el gobierno; eso lo obliga a manifestarse con entusiasmo cada vez que se le convoca. El 24 de enero del presente año se vio el espíritu de lucha de una amplia mayoría de compatriotas en distintos puntos del país.

El pueblo sigue confiando en una dirección (específicamente en LIBRE) que los oriente y saque del atolladero; creemos que esa dirección permanece dormida, y no ha actuado con el verdadero protagonismo que le corresponde a un partido de masas. Sus dirigentes, al olfatear el descontento popular, se integran al llamado de los demás sectores y aprovechan para su proselitismo político. En los discursos impera una efusiva campaña de ataque contra las medidas neoliberales y contra todo plan que atente contra el pueblo, pero en la práctica es distinto.

Se protesta después que han ocurrido los hechos y de esa forma eluden el compromiso de acercar al pueblo a una reacción contundente de desbaratar toda una estructura nefasta para los intereses del pueblo. El punto de la dirección de Libre es maniobrar y llevar todo este descontento de masas al plano electoral y desde ahí centrar una política reformista y de negociación con los sectores oligarcas. La estabilidad social fue uno de los puntos de negociación bajo la mesa entre Mel y Pepe Lobo en Colombia, por lo tanto, Libre no quiere incumplir lo pactado, por eso las reacciones sin contundencia.

Por lo tanto, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a todos los luchadores y luchadoras aglutinados en todos los sectores organizados y no organizados del país, a que se convoque a un paro cívico nacional, para desbaratar todo plan que atente contra el pueblo de parte de Lobo-Hernández.

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