Por Max Luján

En un enorme desconcierto se han convertido las intenciones del ministro de educación Marlon Escoto de transformar y ordenar el sistema educativo hondureño. Las medidas unilaterales tomadas por el señor Escoto, han provocado una reacción negativa de todos los sectores afectados dentro del sistema educativo. Desde el gobierno de Porfirio Lobo, el ministro viene imponiendo acciones que van en detrimento de la población estudiantil, magisterio, padres y madres de familia. Esto nos obliga a plantear la idea de que el sistema educativo en Honduras se encuentra más decaído de lo que pensábamos.

Instituciones privadas las nuevas víctimas de los exabruptos del ministro Escoto

En los últimos días se ha generado un enfrentamiento verbal entre el vicepresidente de la Federación Nacional de Instituciones Educativas Privadas de Honduras (Feniep), Carlos Sabillón y el ministro Marlon Escoto. Ambas partes entraron en controversia luego de que Escoto emitiera diversos acuerdos ministeriales donde se ordena la ejecución de cambios en el sistema y que las bilingües aseveraran que tales medidas “amenazan” la estabilidad de la enseñanza que ellos ejercen. Dentro de los acuerdos se estipula cumplir con el nuevo Currículo Nacional Básico; esto obliga a las bilingües a efectuar el desarrollo de los contenidos de las clases que se imparten en español, que de 20 horas semanales pasen a 40 horas. Para cumplir estas disposiciones, las autoridades de los centros tendrán que someterse a dos opciones: La primera sería alargar el horario de clases hasta las cinco de la tarde para poder cumplir con las 20 horas más, esta medida sería anti pedagógica porque se fatigaría a los estudiantes con una extensa jornada que abarcaría cerca de diez horas. La otra opción sería reducir el número de horas de las clases que se imparten en inglés y acomodar las horas que se imparten en español, medida que trastocaría la formación del estudiante, tomando en cuenta que el objetivo de estas instituciones bilingües es preparar a sus educandos en la enseñanza de una segunda lengua, ya sea inglés o francés.

Ley Fundamental de Educación, manzana de la discordia

La aprobación y aplicación de la nueva Ley Fundamental de Educación pretendió ser la panacea que acabara con todos los males en el sistema educativo. El problema que actualmente mantiene en discordia a las autoridades educativas y todos los sectores afectados radica en la manera dictatorial en que se aprueban y ejecutan las leyes. En ambos gobiernos nacionalistas, el de Porfirio Lobo Sosa y el presente de Juan Orlando Hernández, una de las dinámicas constantes a nivel de todas las instituciones ha sido implementar medidas sin previamente consensuarlas con toda la población hondureña. La Secretaría de Educación no es la excepción, en el caso del ministro, se le ha dado luz verde para que de manera antojadiza y borracho de poder ejecute lo que él considera conveniente. El señor ministro, lejos de solventar la crisis del sistema educativo más bien lleva a esta secretaría por la ruta de la confrontación, represión y violación de los derechos de todos los sectores involucrados. A Marlon Escoto no le ha bastado desarticular la dirigencia magisterial, suspender la jornada plena en centros de enseñanza, reformar el Estatuto del Docente, implementar la jornada extendida y fusionar centros educativos. Ninguna de estas medidas, solo para mencionar algunas de la larga lista, ha sido consensuada. De forma dictatorial el ministro envía oficios dando órdenes, se empecina en no escuchar a todos los sectores que se sienten afectados y que le plantean propuestas y salidas coherentes de acuerdo a sus realidades; más bien de manera abrupta impone la política del régimen y mantiene en confrontación permanente al pueblo y su secretaría.

El Partido Socialista Centroamericano, PSOCA, llama a todos los sectores a unirse y a luchar contra la privatización de la educación, a desenmascarar la Ley Fundamental de Educacion, que prometía modernizar la educación, implementar la enseñanza de una segunda lengua, obligatoriedad y gratitud, administración de recursos descentralizados, pago de becasetc. En la realidad, el presupuesto en educación se redujo en un 5% (más de 400 millones de lempiras), no hay condiciones en las escuelas y colegios y el gobierno no brinda una respuesta satisfactoria a las demandas de miles de hondureños que quieren estudiar.

¡A movilizarnos todos para detener las políticas represivas del régimen de Juan Orlando Hernandez y Marlon Escoto!

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