Por Sebastián Ernesto González

El bonapartismo de Juan Orlando Hernández se ha terminado de consolidar con la recién electa Corte Suprema de Justicia. Lo que en enero del 2015 pareció la apertura de una brecha de esperanza en la población que se opone a una probable dictadura de JOH, se ha disipado con el papel nefasto del Partido Liberal, que se ha plegado completamente a los intereses continuistas de JOH y el nacionalismo. Tal y como lo dijimos en su momento, tarde o temprano se eligieron los 15 magistrados que originalmente componían la nómina de 15 candidatos que impuso JOH al legislativo, obviamente negociando con el Partido Liberal y con el contubernio del diputado de la D.C., el de la U.D. y los tránsfugas de Libre y los diputados del PAC que no siguieron la línea decidida por la bancada.

Mayor centralización del poder

Controlar la CSJ significa 7 años más de impunidad para los involucrados en escándalos de corrupción o para interpretar la ley a su gusto. Esto ya quedó demostrado cuando una de las primeras resoluciones de la nueva Corte ha sido declarar sobreseimiento definitivo a Mario Zelaya en uno de los delitos: malversación de caudales públicos. Mario Zelaya fue el artífice principal del criminal desfalco hecho al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), de donde se saquearon más de 300 millones de dólares (más de 7000 lempiras). Otra de las involucradas en bochornosos escándalos de corrupción es Lena Gutiérrez, quien goza de arresto domiciliario, pero hasta ahora no se ven indicios de que se le quiera culpar. Todos los principales involucrados en estos actos de corrupción pertenecen a la dirigencia del Partido Nacional, y seguramente controlando la CSJ podrán maniobrar por dos lados: chantajeando y amenazando a los opositores por un lado o bien, dejando libre a los culpables y borrando todas las huellas.

Pero el control de la CSJ también le significa a JOH una probable reelección, ya que la Corte saliente dejó una puerta abierta que seguramente esta nueva Corte terminará de abrir. JOH y su Partido Nacional ya empezaron a enfilar baterías para trabajar por la reelección, de hecho la Convención del Partido Nacional se llamará “Todos por la Reelección”. Dentro del PN no se ve algún dirigente con el ánimo impregnado para disputarle la candidatura a JOH. Por otro lado, la reelección también significa la candidatura del ex presidente Manuel Zelaya por el Partido Libre, quien sin lugar a dudas sería el ganador en las elecciones internas que se realizarán en Marzo del 2017. El Partido Liberal se la juega a seguirle apostando al bipartidismo y obtener las cuotas de poder que JOH les otorgue. Sin importarles ya llegar nuevamente a la presidencia del ejecutivo o a controlar el Congreso Nacional.

La nueva Corte quedó integrada por 7 magistrados liberales y 8 nacionalistas; esto en la formalidad solo es repartición del pastel, porque ya en la realidad ha quedado demostrado que nacionalistas y liberales se hacen un nudo para protegerse y bañarse en impunidad.

Solo la movilización y lucha detendrá la dictadura de JOH

Aparentemente, tanto Manuel Zelaya (LIBRE) como Salvador Nasralla (PAC) tienen la certeza de que mediante elecciones limpias serían ganadores en las elecciones generales del 2017, esto les hace apoyar de alguna u otra forma la institucionalidad burguesa. Así lo demostró el Pac apoyando algunas candidaturas de los últimos 45 nominados a integrar a la CSJ, incluyendo algunos que integraban la nómina original. Estos dos máximos dirigentes de los partidos LIBRE y PAC también vienen exigiendo un representante ante el Tribunal Nacional de Elecciones y uno ante el Registro Nacional de las Personas. De hecho, si JOH les otorga estas exigencias, seguramente estarían integrándose al “Gran Diálogo Nacional” que convocaría JOH, en el caso de que convoque.

El llamado a un “Diálogo Nacional” tiene un único propósito: canalizar el descontento popular por la severa crisis económica que arrastra el país. El temor de JOH y su gobierno es que llegue un momento en que los ánimos se caldeen en la población y que nuevamente las masas salgan a la calle. Por otro lado, se sigue ocupando de los partidos PAC y LIBRE para hacerse ver como estadista y darle vuelo a la reelección con el visto bueno de la CSJ y el Congreso Nacional.

Mientras todo esto sucede, a la clase trabajadora lo único que le queda es movilizarse para detener la dictadura de JOH, para exigir el castigo a los corruptos y para exigir medidas que mermen el efecto de la gran crisis económica en que han sucumbido todas las familias hondureñas que viven de un salario.

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