Por Sebastián Ernesto González

El día 3 de marzo fue vilmente asesinada la camarada Berta Cáceres, al igual en que han asesinado centenares de compañeros que dedicaron su vida a luchar contra el sistema capitalista y el régimen actual, que después del golpe de estado del 2009, arremetió con fuerza e impuso las políticas neoliberales y entreguistas a empresas transnacionales con la colaboración de empresarios hondureños.

La prensa mediática al servicio de Juan Orlando, con el propósito de invisibilizar la lucha revolucionaria de Berta Cáceres, ha señalado a la compañera como “ambientalista”, cuando nuestra camarada fue más que una luchadora para defender el medio ambiente.

Berta Cáceres fue una permanente luchadora; en contra del sistema capitalista, en contra del imperialismo, en contra de los gobiernos entreguistas que hemos tenido, luchó contra los mandatos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), luchó por la defensa de la vida y de los trabajadores, fue una mujer que señaló y denunció la discriminación de la mujer hondureña, en consecuencia condenó el sistema patriarcal con claridad revolucionaria, porque siempre planteó primero la lucha de clases, señalando que al igual que habían hombres capitalistas explotadores también existen mujeres capitalistas explotadoras. Es así que la lucha de Berta no fue simplemente ambientalista, fue revolucionaria.

Berta Cáceres como coordinadora del Copinh, fue perseguida y vigilada por el régimen, fue judicializada por mantener la defensa del territorio indígena y por luchar contra las transnacionales que adquieren el territorio nacional para crear sus empresas capitalistas.

La lucha de Berta Cáceres fue revolucionaria y por eso la asesinaron, a más de un mes no se sabe nada de la investigación, no hay expectativa de que se haga una investigación transparente de parte de los operadores de justicia, y entre más avanza el tiempo; se teme que al igual que los centenares de asesinados que se dieron en el régimen post golpe, quede en el olvido.

El asesinato de Berta estremece al movimiento popular

La muerte de la compañera ha logrado que nuevamente confluya el movimiento popular, como en su momento confluyó en lo que fue la CNRP (Coordinadora Nacional de Resistencia Popular) o luego en el FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular). A los pocos días de asesinada la compañera se dio la primera reunión auto convocada y realizada en Siguatepeque, donde se definió y convocó a la primera Asamblea del Movimiento Popular Berta Cáceres Vive, en la ciudad de Tegucigalpa, el día sábado 9 de abril.

Si bien es cierto, que en esta primera Asamblea es evidente la articulación de las organizaciones populares, se convierte en un reto sumar a las organizaciones gremiales y sindicales, que son las capaces de paralizar las instituciones del Estado. Existe el señalamiento permanente a los líderes sindicales de gobiernistas, hecho que se verifica en sus decisiones, sin embargo; es necesario sumar a los sindicatos para una estrategia de lucha sistemática y paulatina.

En la actual coyuntura los trabajadores no levantan la cabeza, es razonable ya que el régimen no respeta ley para hacer despidos, suspensiones o judicializar. Sin embargo, con los gremios y sindicatos sumados a la Articulación del Movimiento Popular, también se puede ir construyendo una línea de lucha poco a poco, de tal forma que se proteja la estabilidad laboral.

Sin duda alguna que es un trabajo arduo y muy fino para volver a crear un movimiento de lucha en contra de las políticas neoliberales del gobierno de JOH, pero sobre todo se trata de sumar en base a la unidad, y esta debe ser detener a Juan Orlando Hernández y todas sus políticas entreguistas.

Cese a la criminalización de la lucha y la protesta

La participación de las instituciones represoras del Estado en asesinatos no es nueva en el país, los más de 300 luchadores asesinados y quedados en el olvido son una prueba fehaciente de tal hecho, en la que sin duda alguna participaron agentes de la policía o militares, como es el caso de nuestro camarada Manuel Flores Arguijo, asesinado el 23 de marzo del 2010 y sin esclarecimiento alguno.

Lo mismo han hecho con la camarada Berta y con muchos más, por ello en el punto 3 de la declaración final de la asamblea se expresa: “Demandamos el cese inmediato a la persecución, criminalización y judicialización de los líderes, liderezas y organizaciones populares”.

A la par de esta demanda hay que iniciar una estrategia muy sistemática pero que movilice poco a poco hasta que todos estemos nuevamente en la lucha.

Es la oportunidad para que el movimiento popular emerja nuevamente, más sólido, con más ímpetu, con más claridad que solo en la unidad radica la fuerza.

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