Por Ricardo Velásquez

El ex Ministro de Educación, Marlon Escoto, fue destronado de la Educación Pública en un abrir y cerrar de ojos. El señor Marlon Escoto se venía desempeñando como Ministro de Educación y como Rector de la Universidad Nacional de Agricultura (UNA) a la vez. El día seis de enero presentó su renuncia como Ministro de Educación aduciendo que “regresaría a casa”, la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), donde se ventilaba una lucha estudiantil desde noviembre del año pasado.

Ante la problemática surgida en la UNA, el Consejo de Educación Superior nombró un Rector Interino para que la Universidad siguiera funcionando; ante esta decisión, Marlon expresó “Yo soy el rector de la Universidad de Agricultura, ya que gané las elecciones y sigo fungiendo como administrador de la institución” (LT 06/01/2017).

El día 10 de enero el Congreso Nacional aprobó la creación de una Junta Interventora para la UNA con plenos poderes durante un año, con opción a ser prorrogable. El Presidente de la Comisión de Educación, Rodimiro Mejía, manifestó "Lo que se va a hacer es intervenir una institución del Estado, no se está interviniendo la casa particular del exministro (de Educación), si se pone en rebeldía se le aplica la ley e incurre en el delito de desacato a la autoridad".

Los contrastes

A inicios del año 2012, Marlon Escoto fue nombrado Ministro de Educación por Porfirio Lobo. Desde su nombramiento llegó a dirigir la educación pública con plenos poderes de ensañarse contra los docentes y terminar con las movilizaciones y paros convocados por la dirigencia magisterial. En los dos años con Porfirio Lobo violentó de diversas formas los derechos de los docentes, invisibilizó a la dirigencia magisterial y con puros “oficios” trató -según él- de eliminar la reprobación y llevar a un 100 % la eficiencia de los alumnos en su aprendizaje de competencias mínimas.

Marlon Escoto fue ratificado en su cargo por Juan Orlando Hernández y al solo iniciar el gobierno de éste, fue llamado al Congreso Nacional, a moción de Edgardo Casañas, diputado por Libre, para que diera explicaciones sobre la Jornada Extendida, decisión que violentó derechos de docentes a mantener Jornada Plena.

Siendo su comparecencia ante el Congreso Nacional el 19 de marzo del 2014, entre otras cosas Marlon Escoto manifestó “la falta de clases, ha generado un aumento en el número de delincuentes, la prostitución y trata de personas, mientras que el Estado erogó más de 90 mil millones de lempiras, sin ningún resultado. Precisó que de 2009 a 2010 se invirtió un 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el año pasado se alcanzaron los 200 días de clase con solo el 4.9 por ciento del PIB. Paradójicamente, Cuando se invirtió más en educación fue cuando más tiempo se mantuvieron cerradas las escuelas por la ingobernabilidad del sistema. Expuso que en 2007, 2008 y 2009 se invirtió más presupuesto en materia educativa, pero hubo un bajo rendimiento académico”. http://www.observatoriodescentralizacion.org/

En esa ocasión el flamante Ministro fue ovacionado por todos los Diputados de los Partidos Nacional y Liberal, quedando en firme las decisiones arbitrarias e ilegales que venía tomando.

Sin lugar a dudas que Marlon Escoto debió ser considerado un superdotado en ese momento, al asegurar que los problemas socio económicos del país han ido en aumento a consecuencia de la falta de clases en la educación pública. Pero en dicha comparecencia también manifestó que en el 2013 se habían alcanzado los 200 días de clase. Sin embargo, tal logro no fue motivo para que los problemas de delincuencia disminuyeran, por el contrario; fueron en aumento. Ahora, 3 años después, la situación socio económica del país está peor, y se cumplen 200 o más días de clases. Muy simplista y determinista la explicación del ex ministro en aquel entonces para justificar la Jornada Extendida.

Pero el flamante Ministro fue ovacionado y aplaudido en aquel entonces por los mismos Diputados que en enero lo defenestraron de este año de la UNA, sumando en esta ocasión a los diputados de Libre y del PAC.

Los docentes: verdaderos garantes de la calidad en la educación pública

La historia NO le ha dado la razón a Marlon Escoto. Después de 5 años de que él estuvo al frente de la Educación, no disminuyó la delincuencia, ni la prostitución, ni los asesinatos, ni el narcotráfico ni la corrupción en el país, ni los jóvenes que se van mojados a los EUA. Entonces, todos los problemas que él achacó a la ausencia de los docentes del aula de clases, son consecuencia de políticas represivas y explotadoras de los diferentes gobiernos, quienes solo siguen directrices de los cooperantes externos, como son todas las medidas adoptadas por él y aprobadas y legitimadas por el Congreso Nacional y el régimen post golpista.

El magisterio fue crucificado porque es el sector que más luchó en esta primera década del siglo; la lucha magisterial tuvo al filo de la navaja al gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), en su insistencia de abolir el Estatuto del Docente. El magisterio evolucionó de la lucha reivindicativa a la lucha política al sumarse a las calles contra el golpe de estado del 2009, y fue llamado la “columna vertebral de la resistencia”.

Esta actitud de vanguardia en contra de las medidas neoliberales y del golpe de Estado, golpeó mucho a la burguesía y la clase empresarial durante casi dos décadas, por ende, fue uno de los primeros sectores aplastados junto al Sindicato de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), destruidas sus conquistas económicas y sociales, y lo que es peor; violentados sus derechos permanentemente.

Una vez que el magisterio fue atado de pies, manos y boca, pusieron en marcha diversas medidas para mejorar ostensiblemente los indicadores nacionales del rendimiento escolar de los alumnos. Lo hicieron por dos vías: midiendo las competencias mínimas de los educandos y evaluando a los docentes. Pero todo fue mediante “oficios”, sin una política educativa consensuada con el magisterio y padres de familia.

Estas acciones solo dieron material al gobierno y los enemigos del magisterio para despotricar en contra del mismo, señalando la deficiencia de los docentes y los alumnos. En cada “oficio” ordenado por el ex Ministro de Educación, violentando en muchas ocasiones la Ley, en vez de mejorar la calidad de la Educación Pública fue en menoscabo de esta. Es así como el régimen se jacta de lograr los 200 días de clase durante los últimos 4 años, pero detrás de esos 200 días se esconde un solo propósito: sacar a los maestros de la lucha y maniatarlos dentro de 4 paredes.

La mayor prueba de que se ha empeorado la calidad de la educación son los resultados de los alumnos en las diferentes evaluaciones al final del año, lo que es reiterativo en los años sub siguientes hasta llegar a las Pruebas de Aptitud Académica (PAA) de la UNAH. En todo ese proceso de evaluaciones, se culpa al “perro más flaco” como son los docentes. Se aplican evaluaciones con un propósito mal intencionado a los maestros y se les culpa por los malos resultados.

Todo encarrilado a desmotivar al gremio, estigmatizarlo y encasillarlo en la política educativa impuesta por el régimen.

Sin duda alguna, que la defensa de la Calidad de la Educación Pública pasa por lo que el docente haga dentro del aula de clases, lograr que los educandos obtengan las competencias mínimas requeridas por los programas de estudio. Pero no solo de eso dependen los buenos resultados; lo que más afecta es el entorno socio económico en el que vive sumergida la gran mayoría de los estudiantes junto a sus familias.

En los resultados de las PAA que aplica la UNAH como requisito para ingresar a la misma, dentro de las instituciones educativas privadas con mayor puntaje que logran en la misma, están los estudiantes varones de Taular y de las instituciones públicas. Corresponde al Centro de Investigación e Innovación Educativa (CIIE) dependiente de la Universidad Pedagógica Nacional, el primer lugar (Prensa Universitaria 15/11/2016).

Los alumnos del Taular y el CIIE son provenientes de clase media o bien, de parejas asalariadas, las que en su generalidad cuentan con un denominador común: hogares compactos o bien familias que cuentan con condiciones mínimas de calidad humana. Caso diferente son los resultados reflejados por la gran mayoría de los estudiantes que hacen la Prueba de Aptitud Académica provenientes de los centros educativos de mayor conflictividad social o de mayores problemas económicos, los que obtienen calificaciones muy bajas o a penas logran los puntajes para ser admitidos en la UNAH.

Si las familias que se debaten en la miseria son las que envían a sus hijos como nuestros alumnos, entonces los docentes deben cumplirles a esos padres y sus hijos brindando una educación de calidad. No la de Marlon Escoto ni la de JOH.

Una educación pública con calidad que le brinde a los educandos las competencias mínimas ligadas a un mayor desarrollo de conciencia social, en la que los alumnos lleven la educación a un campo en el que tienen conciencia para defender sus derechos y el de las grandes mayorías.

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