Por Carlos M. Licona

Nuevamente la desgracia sacude la conciencia del pueblo hondureño, ni siquiera habíamos salido de los efectos de la crisis en que caímos producto del golpe de estado del 2009 cuando nos cayó la pandemia, ni siquiera se avizora que se termine el coronavirus cuando nos cae Eta en forma de tormenta vertical. Y aquí el adagio popular de “no hemos salido de una y nos cae la otra” se cumple como una maldición por dejar instalarse una dictadura que lleva casi los once años.

El desastre ocasionado por las inundaciones en el Valle de Sula; La Lima, Chamelecón y otras zonas de la costa norte nos manifiesta el drama humano de la miseria, pero peor aún, nos evidencia un gobierno incapaz de dar respuesta rápida a las crisis y cuya clase política se da a conocer exclusivamente por participar en actos de corrupción.

Sin duda alguna que si hay que aplaudir a alguien es al noble pueblo hondureño que se ha volcado a mostrar solidaridad, en un primer momento para rescatar personas atrapadas en los techos de las casas y en un segundo momento corriendo a entregar donaciones de vestuarios, alimentos y medicinas para las personas damnificadas. Ya son ocho meses de cuarentena en la que muchos de los compatriotas quedaron sin salarios y esto no ha sido impedimento para que se hagan donaciones.

Ha sido el mismo pueblo de forma espontánea que ha acudido en el auxilio de los compatriotas que ahora son más que víctimas de la naturaleza; víctimas de la narcodictadura. De forma individual u organizada se han establecido lugares para dejar implementos para enviar a donde están los damnificados. Muchas personas que acudido a usar la tarjeta de crédito o a quitar fiado para adquirir alimentos para poder enviarlos. Noble gesto de una población maltratada por un gobierno déspota y tirano.

Que el pueblo controle un Plan de Reconstrucción

Es el momento de la organización y lucha de los sectores populares, gremios, sindicatos, campesinos y organizaciones comunales, inmediatamente se debe convocar a una reunión con los líderes referentes de enorme envergadura moral y amplio don de servicio social. Se debe levantar un pliego de demandas y exigir que el estado las cumpla inmediatamente, entre otras demandas que el gobierno tiene  la obligación de cumplir acá escribimos algunas de las más importantes:

1) Deben ser las Organizaciones populares, gremiales, sindicales, campesinas y comunales las que deben encabezar un plan de reconstrucción donde controlen y vigilen el presupuesto nacional para tal fin y toda la ayuda externa que llegue. Permitir que el gobierno lo haga es seguir facilitándole los medios para que se lo roben.

2) Salario mínimo mensual para todas las personas que no tienen empleo y puedan subsistir mientras se supere la crisis.

3) Condonación de deudas  para los que perdieron sus propiedades.

4) Financiamiento sin interés para pequeños negocios.

5) Financiamiento para viviendas populares a intereses muy bajos.

6) Control absoluto de las contrataciones de empleados y de compras de vestuario, medicamentos y medicinas.

Si el gobierno dirige se lo roban otra vez

Corresponde al pueblo encabezar un plan de reconstrucción a través de los representantes de las respectivas organizaciones. El gobierno no debe por ningún momento controlar los fondos que se destinen a reconstruir las zonas afectadas, si lo hacen ya sabemos cual será el resultado. Es el momento para levantar la cabeza y controlar el dinero para que no se lo roben una vez más.

La bolsa solidaria con la que han hecho política durante esta crisis de pandemia debe ser abolida y las personas víctimas de esta catástrofe deben recibir con dignidad lo que es obligación del estado entregar, sin ningún tipo de activismo político o a cambio de un aplauso o de alguna consigna vergonzosa por decir. La empresa privada tampoco debe utilizar esta desgracia para hacer negocios y generarse jugosas ganancias a costa de la tragedia humana.

El pueblo ha soportado por una década la represión económica que le impuso Juan Orlando Hernández, los sectores que se han atrevido a luchar contra el régimen han sido aplastados, quizás es la oportunidad de aprender que solo juntos se logran milagros. Solo una unidad realizada por toda la población es que puede poner fin a esta desgracia que no se avizora que va a terminar, con personajes que se dicen líderes de oposición y que solo benefician la dictadura al mantener la división en el pueblo, no se va a llegar a tierra firme, así que solo el pueblo salva al pueblo.

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