Por Sebastián Ernesto González

En el año 2019, el magisterio hondureño se sentía pavo real en la lucha de la Plataforma en defensa de la salud y la educación pública,  nuevamente era la columna de las enormes movilizaciones que estremecieron Tegucigalpa durante dos meses, maestros y alumnos universitarios militantes del MEU (Movimiento Estudiantil Universitario) hicieron retroceder la narco dictadura en su afán de privatizar la salud y la educación. Las enormes movilizaciones fueron acompañadas por gran parte del pueblo y el régimen tuvo que reprimir sin piedad, el gas de las bombas lacrimógenas no importó ni las enormes caminatas bajo el ardiente sol.

Los PCM fueron derogados y el susto pasó, no sin antes entrar en enormes contradicciones en las cúpulas de las dirigencias del magisterio. Lo que se avizoraba como el inicio de la unidad y del resurgimiento de la FOMH (Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras) terminó en un pleito entre dirigentes de los diversos colegios haciendo las del pato, si no es en la entrada es en la salida.

No es la primera vez que se daba una división, el régimen no necesita tanto para dividir las dirigencias, en el 2004 se dividió el magisterio y 4 organizaciones magisteriales traicionaron, pasaron dos años para que nuevamente los docentes salieran a las calles y fue en el 2006 en que se logró una victoria en el gobierno del poder ciudadano, sin embargo, ese triunfo también tuvo su mancha oscura al aceptar una negociación que ponía una barrera al cumplimiento del Estatuto del Docente. En descargo de los dirigentes de ese entonces, la consulta se le hizo a las bases, situación que no sucedió en el 2004 con los que traicionaron.

Fue en el 2010, en el primer año de Porfirio Lobo, en que nuevamente el magisterio se va a las calles y en forma granítica se levanta la bandera en defensa del INPREMA, en el 2011 la lucha se inició a finales de febrero y a finales de marzo, después del asesinato de la maestra Ilse Ivania Velásquez, acudió al repliegue táctico, estrategia que fue correcta ante la amenaza de los despidos masivos que haría el régimen. El problema es que desde ahí inició el divorcio entre todas las diferentes organizaciones, a veces con acercamientos y a veces con distanciamientos. En el 2019, después de 8 años de soportar la represión, el magisterio nuevamente se une y al terminar la lucha a finales de junio, otra vez se termina con divorcio, al parecer es la de nunca terminar, 6 organizaciones magisteriales más empecinadas en permanecer divididas que en unificarse.

¿Qué es cierto y qué es falso?

Lo cierto es la que la base desea la unidad y que las dirigencias se encargan de la división. La corrupción, la traición y las componendas son las que terminan caracterizando el final de las luchas, volviendo la victoria en derrota. Ahora, el interés del régimen en caerle a los fondos de los institutos de jubilación y pensión volvió a dar alegría a los maestros, con la ilusión de que el zarpazo de los narcos nuevamente nos uniría, emoción  que fue llamarada de tusa ante los misiles de uno y otro lado.

Al parecer, en esta ocasión, la manzana de la discordia es la supuesta amnistía que en el Congreso Nacional le aprobaron a colegios magisteriales deudores. Se sabe que todos los colegios magisteriales vieron sus finanzas atacadas en el 2012 por el ex ministro Marlon Escoto, situación que hizo caer en mora a algunos de ellos en deudas con el INPREMA, según los deudores de un lado, la amnistía solo se refiere a los intereses moratorios y según la boca del otro lado, la amnistía es perdonar la deuda completa. Lo lógico es que los docentes paguen la mora con los colegios magisteriales y que estos paguen la mora con el INPREMA. Los fondos del INPREMA son para jubilación o pensión y deben fortalecerse, por lo tanto, son sagrados, las dirigencias utilizan cualquier pretexto para distanciarse, pero corresponde a la base sacudirse a dirigentes que no actúan acorde a los intereses de los afiliados.

Al parecer, la base del magisterio nuevamente se muerde los labios, esperando una nueva coyuntura que unifique la lucha, pera ya se respira desconfianza desde cualquier perspectiva que junto a la especulación siembran la semilla del demonio. Igualito a los “opositores” del régimen, que más  se interesan en dividir que en llevar al pueblo a una victoria colosal.

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