Por Sebastián Ernesto González

El 27 de enero por la tarde del presente año, la DEA (Administración de Control de Drogas) acusó a Juan Orlando Hernández de conspirar para transportar aproximadamente 500,000 kilogramos de cocaína a los Estados Unidos de América. La acusación se hizo ya casi en el ocaso del reinado del clan Hernández, una familia que; aliada con criminales, empresarios, militares, policías, periodistas, pastores evangélicos, intelectuales de derecha y curas católicos, lograron aplastar por 12 años a la oposición y barrieron del país a la competencia del narco tráfico.

La detención de este nefasto personaje se hizo realidad el martes 15 de marzo, generando gran algarabía en toda una población ávida de justicia, sin importar si esta, procede del mismo lugar de quienes le encumbraron al poder. Según la documentación que la DEA hizo acompañar en la acusación y que trasciende en los medios de comunicación, JOH venía conspirando en el tráfico de droga desde el año 2004.

El 2009 y el ascenso de una banda criminal al poder

El 28 de junio del 2009 se le asestó un golpe de Estado al ex presidente Manuel Zelaya Rosales, utilizando los argumentos arcaicos de la venida del “comunismo” o lo que implicaba en ese momento el “ Socialismo del Siglo XXI”, el “continuismo” de Manuel Zelaya en la presidencia o la falsificación de una renuncia del presidente, fueron discursos repetidos una y otra vez para justificar un golpe que fue el punto de partida para que esa sociedad de criminales tomaran el poder. Si bien es cierto que, la OEA condenó el golpe de Estado y no reconocieron al presidente interino, Roberto Micheletti, nadie puede negar que la política estadounidense y sus aliados europeos fue consolidar el golpe con el proceso electoral de noviembre del 2009, en el que salió vencedor Porfirio Lobo Sosa, candidato del Partido Nacional, iniciando así; un vía crucis para el pueblo hondureño que ha durado 12 años de angustia permanente.

Porfirio Lobo, también conocido como Pepe Lobo, actualmente tiene un hijo preso en USA por tráfico de drogas, Fabio Lobo, quien desde el 2016 cumple una condena de 24 años. En los documentos en que se acusa a JOH, también se menciona a Pepe Lobo de haber recibido sobornos en el 2009 para la campaña presidencial.

En las elecciones de noviembre del 2009, cuando la población aún se manifestaba en las calles tratando de revertir el golpe de Estado, el abstencionismo fue el gran ganador. El Partido Nacional obtuvo una gran mayoría de diputados que en alianza con los pocos diputados del Partido Liberal, se sentaron en el poder e iniciaron un plan estratégico para controlar toda la institucionalidad del país.

Esta gran mayoría en el congreso, le facilitó a JOH alcanzar la presidencia y desde ahí, manipuló a su antojo la legislación para allanar el camino que le valió los 8 años en la presidencia de la República, 2014_2018 y 2018-2022. Mientras la banda criminal acomodaba leyes para su beneficio, por otro lado, reprimían cualquier movimiento de lucha, congelaron los salarios e impusieron diversos impuestos que dispararon el índice de inflación reduciendo ostensiblemente la calidad de vida, aumentando en gran escala los índices de pobreza.

Pepe Lobo, 2010-2014, poco a poco fue consolidándose con la venia estadounidense y europea, al mismo tiempo, JOH ganaba terreno en el control del país, logrando ya en ese entonces, según los documentos de la DEA, que los mismos militares custodiaran el traslado de la droga a su paso por Honduras.

Para opacar el descontento social que prevaleció desde el 2009, la política de la OEA y el Pentágono  fue encarrilar el gigantesco movimiento político social que se aglutinó en el FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR, FNRP, a los procesos electorales del 2013 y 2017, avalando en ambas elecciones el descarado fraude electoral que permitió la imposición de Juan Orlando Hernández en la presidencia, ocasionando una terrible crisis post electoral en noviembre del 2017, que dejó nuevos mártires, exiliados y presos políticos.

 Según la información que contiene la acusación hecha a JOH, en esos procesos electorales recibieron dinero, incluso del “Chapo” Guzmán, sobornos destinados al control de las mesas electorales donde se materializó el gigantesco fraude.

Que la alegría no opaque nuestro raciocinio

La solicitud de extradición de JOH de parte de autoridades judiciales estadounidenses, su detención en Honduras, su posterior viaje  y condena segura en New York, no debe de engañarnos y creer que nuestros salvadores son los norteamericanos. Nos condenaron a soportar 12 años de dictadura de un criminal que ahora se llevan, una banda que saqueó las arcas del Estado. USA apañó y financió esta etapa trágica en la historia del país, con centenares de muertes y muchas familias empobrecidas. Si de algo debemos tener seguridad, es que los gringos se llevan a quien ellos quieren, no olvidemos que apadrinaron al criminal de JOH.

Hemeroteca

Archivo