negociacion y represion

Por Maximiliano Fuentes

El Frente Nacional de Resistencia surgió en el momento que un amplio sector del movimiento obrero se disponía a dar la batalla al gobierno usurpador de Roberto Micheletti. Un día después del golpe de Estado, diversos sectores del movimiento de masas deciden organizarse y constituir un frente amplio que integrara a todos aquellos que deseaban luchar contra la ilegitimidad.

¡Por la emancipación política de los sectores burgueses!

Es a partir de allí, que empieza a articularse un amplio movimiento social que tenía como base la CNRP, el bloque popular y los distintos gremios magisteriales. La creación del Frente fue un acierto de los dirigentes, sin embargo uno de los principales errores se da en el momento que deciden ceder la conducción del mismo a un sector del partido liberal, sobre todo a aquellos que tuvieron una  vinculación directa con el Presidente Zelaya.

Es por ello, que la cúpula del frente, constituido por algunos dirigentes sindicales y campesinos como Juan Barahona, Israel Salinas, Rafael Alegría, Carlos H. Reyes y dirigentes políticos del partido liberal como Carlos Eduardo Reina, Rassel Tome, Cecilio Cruz, entre otros, siempre se la jugaron por la negociación y no por el derrocamiento del gobierno de facto de Roberto Micheletti y la constitución de una sociedad fundamentada en un nuevo gobierno y una nueva Constituyente.

Además de ello, la  razón de ser del movimiento siempre fue la restitución de Zelaya en el poder y no la refundación de una Honduras a partir de las grandes jornadas de lucha contra los golpistas, la burguesía y la oligarquía nacional. Es por todo lo anterior, que el Frente propuso luchas pacificas, es decir jornadas de movilización que asustara a los golpistas para hacerlos aceptar los acuerdos propuestos por Oscar Arias, la burguesía latinoamericana, y en cierto sentido el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Pero no pretendían derrumbar las cadenas de explotación y exclusión que nos han mantenidos bajo la miseria y la marginalidad social.

Aunque estamos ante unas condiciones favorables que respaldaban a un movimiento  social sin precedentes en la historia de Honduras, por el amplio repudio al golpe de Estado, por las grandes y gigantescas marchas, pero sobre todo por el heroísmo presentado en las agotadoras jornadas de resistencia.  Es bajo esta dependencia de clase, que los socialistas revolucionarios proponemos una ruptura con los sectores burgueses del Frente Nacional de Resistencia y que la CNRP, el Bloque Popular y los combativos colegios magisteriales retomen el camino bajo la independencia de clase.

Se debe adoptar el principio democrático que las masas decidan el rumbo de la lucha

Ante el proceso de negociación iniciado por Mel Zelaya, los dirigentes están en la obligación de consultarle a la sociedad hondureña que ha respaldado las jornadas de la resistencia. No obstante, nos encontramos con un proceso de negociación que se entabla a espaldas de las masas. Algunos días han pasado del cierre de radio globo y de Cholusat Sur, así como el de la publicación del decreto ejecutivo que restringía las libertades democráticas como la libertad de prensa, de organización y de movilización. Medidas, que lejos de aplastar de forma sangrienta al movimiento de masas  prepararon las condiciones para establecer los acuerdos reaccionarios sin la presión de los movimientos sociales.

El acuerdo de los distintos sectores de la burguesía que emprendieron el golpe de Estado y el Presidente Zelaya está a punto de finiquitarse. Todavía el panorama no está muy claro, pero la tendencia general es hacia la imposición de ese Acuerdo reaccionario, en contra de la voluntad de las masas en lucha. El mismo diario El Heraldo, uno de los principales medios del régimen,  en su edición electrónica del día viernes 02 de octubre, tras declaraciones de los presidenciables manifestaba que "Hasta el momento hay avances en los temas que prácticamente han empantanado las negociaciones entre ambos bandos (Micheletti y Zelaya)... donde se puede mencionar, por ejemplo, la restitución de Zelaya y la amnistía y otros…” “…Las negociaciones avanzan "muy bien".

Como podemos observar, las cartas están echadas sobre la mesa, estamos a horas o días de ser espectadores de la firma de los acuerdos entre dos bandos aparentemente irreconciliables. Evidentemente, el principal impulsador de este acuerdo amañado es el Presidente Zelaya, quien entabló negociaciones dejando a un lado al amplio movimiento de masas que le acompaño sin desmayar y vacilar en ningún momento.

Las complicaciones del Acuerdo reaccionario

A juicio de distintos sectores, el dialogo es la mejor la salida para resolver la crisis política gestada tras el golpe de Estado. No obstante, para los intereses de los desposeídos y marginados que claman con justo derecho la creación de un nuevo orden, la firma de un convenio para reacomodar la situación puede ser considerada como una gran traición.

Probablemente, el acuerdo restablecerá al Presidente Zelaya en el poder, hecho que les permitirá a los golpistas ratificar su pretendida salida: las elecciones de noviembre.

Decimos esto, porque la restitución del Presidente Zelaya traerá la legalidad del proceso dentro de la democracia burguesa y estabilizara la situación, dado que bajo a actuales condiciones de represión no existe el clima político para dar lugar al sufragio, pero sobre todo readaptara el enorme descontento y frenara el peligroso estallido de una revolución social.

Es por todo ello, que el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado a los sectores populares y del movimiento de masas aglutinados en el Frente Nacional de Resistencia a no aceptar los acuerdos amañados con los golpistas, asesinos y violadores de derechos humanos. Lejos de ello, el pueblo hondureño debe de continuar su lucha para derrocar a Micheletti y sus fuerzas armadas, derrotar a los empresarios y los sectores más recalcitrantes que no permiten un cambio y una transformación en las condiciones de vida de los hondureños. Solo la constitución de un nuevo gobierno conformado por campesinos y obreros nos asegurara el restablecimiento de la paz y todas las garantías necesarias para la creación de una sociedad verdaderamente democrática. Frente a los hechos suscitados: la izquierda hondureña tiene la palabra.

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