Victor-Meza-

“Las masas revolucionarias en alza nunca perdonan la cobardía y la traición.”

León Trotsky

Por Maximiliano Fuentes

Manuel Zelaya Rosales, el Presidente depuesto de Honduras por fuerzas militares, llegó a los primeros acuerdos con el gobierno de Roberto Micheletti, sin consultarle a las masas que desde el 28 de junio, día en que fue derrocado, le han brindado su  más amplio  y decido apoyo.

Desesperado por obtener su restitución a cualquier precio, el Presidente derrocado establece acuerdos de forma secreta con el gobierno golpista de Micheletti. La misma viceministra del gobierno depuesto, Beatriz Valle, ha manifestado que el contenido del texto sometido a consideración de Micheletti y Zelaya es confidencial. "Solo lo conocen las comisiones negociadoras, el presidente Zelaya y el señor Micheletti.”

Las masas relegadas y traicionadas

Durante todo el proceso de negociación de los acuerdos, las masas populares han sido relegadas y aisladas del obscuro proceso conocido como Diálogo Guaymuras. Al inicio, se incorporo al líder sindical y coordinador general de la Resistencia, Juan Barahona, sin  embargo, ante las pretensiones de los zelayistas, que por cierto se encuentran divorciadas de los intereses del movimiento de masas, Barahona se vio obligado a salir de la mesa de negociación, ya que el haber firmado los acuerdos funestos se hubiese considerado como una traición abierta y descarada. Considerando las consecuencias, por cierto nefastas para los intereses populares, el Frente Nacional de Resistencia decidió retirar al líder popular de las mesas de negociación.  No obstante, pese a lo anterior los sectores populares y el mismo Juan Barahona no salen a denunciar la naturaleza de los acuerdos, ni  mucho menos a romper con los zelayistas, al contrario, siguen plegados en sus filas y esperanzados a que este llegue al acuerdo final con los golpistas.

Ante la traición inminente

Las comisiones negociadoras de ambos bandos señalan que han llegado a un consenso sobre los puntos planteados en el nefasto y reaccionario Acuerdo de San José, auspiciado por el gobierno de los Estados Unidos. Tan solo hace falta finiquitar los términos y los mecanismos con que sería restituido Zelaya en la presidencia de la republica. Sin embargo, sobre esto ya existen algunos acuerdos previos, ya que el mismo Zelaya aprobó un texto redactado por las comisiones en las últimas horas. Víctor Meza, antiguo militante de la izquierda hondureña y funcionario del gobierno depuesto, confirmó tras una reunión con Zelaya en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, que el presidente destituido "aprobó el texto con algunas modificaciones". De igual manera, el representante de Zelaya declaró que las comisiones habían "logrado consenso sobre un Texto único en el punto seis (que implica la vuelta de Zelaya al poder)...”

Obviamente, lo anterior se lograría con algunas condiciones, por cierto estipuladas en el Acuerdo de San José, a saber: la renuncia de la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, es decir, la renuncia a la creación de una nueva carta magna que democratice la sociedad hondureña. En otras palabras, la abdicación de la razón de ser de la lucha constante del pueblo hondureño, patentizada con sudor y sangre en estos últimos tres meses. Lo peor de todo es que el Presidente Zelaya y el Frente Nacional de Resistencia están comprometidos con el dialogo; lo peor de todo, es que han aceptado cada una de las condiciones que le han impuesto los golpistas. Por lo que la firma del documento final del Dialogo Guaymuras sería una total y descarada traición a la lucha por la democratización de Honduras y la reorganización del Estado en beneficio de las grandes mayorías empobrecidas.

Retomar la independencia, conquistar la calle nuevamente

Es por todo ello, que el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los sectores populares para que desconozcan los acuerdos firmados entre Zelaya y de los golpistas. De igual manera, incitamos a las organizaciones magisteriales, la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP,) el Bloque Popular que participan en el Frente Nacional de Resistencia para que rompan politicamente con los sectores burgueses, sean liberales melistas o de cualquier otro partido, adquieran independencia política para retomar la lucha por la democratización de Honduras. De lo contrario, todo quedará relegado en el tiempo. De no retomar la bandera de la democratización, la sangre de nuestros mártires y el profundo dolor de un pueblo que se ha entregado por realizar cambios sustanciales, será utilizado para propósitos distintos, es decir, para la reafirmación de la dominación de la oligarquía del Partido Liberal y Nacional sobre los desposeídos de nuestra tierra.

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