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Por Victoriano Sanchez

Los diferentes medios de comunicación de Honduras afirman que la candidatura independiente encabezada por el dirigente sindical Carlos H Reyes, y conformada por Bertha Cáceres, Nidia Hernández y Carlos Amaya, como designados presidenciales, ha confirmado que participaran en las elecciones generales del 29 de Noviembre.

No solo han confirmado su participación, sino que además han comenzado a integrar los tribunales electorales, lo que indica que si van a participar activamente en la última fase del proceso electoral Esto no es una exageración polémica: ya están impresas las boletas electorales, el próximo 29 de Noviembre se podrá ver las fotos de Carlos H Reyes, Bertha Cáceres, Nidia Hernández y Carlos Amaya, en las boletas electorales.

La inscripción fue un triunfo, pero…

Antes del golpe de Estado del 28 de Junio, la recolección de 60,112 firmas y la lucha por inscribir candidatos independientes representó un gran logro de la izquierda y del movimiento popular. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) controlado por los golpistas se vio forzado a inscribir el día 2 de julio la candidatura independiente encabezada por Carlos H Reyes, porque reunió todos los requisitos de manera limpia. No obstante, el TSE estaba particularmente interesado, en demostrar que aun después del golpe de Estado la democracia se fortalecía en Honduras, inscribiendo, además de la candidatura de Carlos H Reyes, otras 14 candidaturas independientes.

Pese a esa falsa “amplitud” democrática de los golpistas, el golpe de Estado cambió dramáticamente la situación política de Honduras. Las condiciones de participación electoral no eran ni son iguales. Desde el inicio de la campaña electoral, cuando el país estaba militarizado y la represión se hacía sentir en las calles, la candidatura independiente de Carlos H Reyes mantuvo una posición ambivalente, vacilante, que avanzaba y retrocedía al mismo tiempo.

Los comunicados ambiguos

En el Comunicado No 1 del 14 de Agosto afirmaba que era “tarea fundamental del pueblo hondureño: la derrota del golpe militar, la restitución del presidente electo Manuel Zelaya Rosales y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente libre, democrática y soberana que siente las bases para la Refundación de la República”. Sin embargo, al mismo tiempo planteaba “que se mantiene la Candidatura Independiente Popular a la Presidencia” y “que los candidatos no golpistas a todo nivel de elección popular se retiren del proceso electoral si se mantiene la dictadura”.

Esta ambigüedad era comprensible, no justificable, porque en cualquier momento podía caer el gobierno de Micheletti, recordemos que en ese momento crecía la movilización popular contra el golpe de Estado.

En el Comunicado No 2 del 28 de septiembre, cuando Manuel Zelaya ya se encontraba en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, la candidatura independiente encabezada por Carlos H Reyes manifestó lo siguiente: “Todos los conspiradores, apuestan a las elecciones (…) Cualquier diálogo previo al proceso electoral de noviembre tiene que tener por premisa la restitución al Orden Constitucional sin condiciones y de inmediato. Un diálogo solamente para legitimar las elecciones sin volver al orden constitucional es una trampa”.

Pero nuevamente observamos la ambigüedad cuando afirmaban que “continuamos de manera urgente un proceso de análisis y consulta entre simpatizantes y estructuras organizativas para decidir el retiro de la Candidatura del proceso electoral de no haber restitución del Orden Constitucional porque para nosotros la Constitución NO es “pura babosada”.

Ante las tremendas vacilaciones, el TSE emplazó a la candidatura independiente que encabeza Carlos H Reyes a que definiera si  participaba o no en el proceso electoral. Mediante carta dirigida al TSE, con fecha 21 de Octubre, Carlos H Reyes reafirmó su participación condicionada: “me permito ratificar a Uds. mi voluntad de participar en el mismo, si se restituye el orden constitucional”. Pese a las críticas sobre las condiciones de represión, de las que el mismo fue víctima, reconoció que “la restitución del orden constitucional está en proceso (…) Mientras el proceso de diálogo no se agote, la restitución del orden constitucional es una posibilidad real y, con ello, la legitimidad del proceso electoral. En esta línea de pensamiento, la Candidatura Independiente Popular a la Presidencia de la República continua en el proceso electoral, pero a la espera de que concluya el dialogo citado

El reaccionario Acuerdo de Guaymuras

Queda muy claro que la candidatura independiente encabezada por Carlos H Reyes siempre condicionó su participación activa en las elecciones a la reinstalación de Manuel Zelaya en el poder. En cierta medida cayó en el engaño de ligar la restauración del orden constitucional a la reinstalación de Manuel Zelaya, lo que puede llegar a ocurrir en un tiempo corto, como producto del reaccionario Acuerdo de Guaymuras, pero ello no significa que la democracia en Honduras ha sido restaurada, cuando en realidad lo que tenemos es un brutal ataque a la democracia que de por si era bastante restringida, y la sobrevivencia del golpe de Estado.

El momento de las posiciones ambiguas ha llegado a su fin. Restituyan o no a Manuel Zelaya en el poder, dentro o por fuera de los plazos establecidos en el reaccionario Acuerdo de Guaymuras, la candidatura independiente de Carlos H Reyes, con su participación pasiva en el proceso electoral, está contribuyendo a lavarle la cara al golpe de Estado.

Ilusiones en las elecciones

La mayor parte de la bases del Frente Nacional de Resistencia cree que con la candidatura independiente encabezada por Carlos H Reyes, por un lado, y la candidatura presidencial de Cesar Ham y las candidaturas a diputados del Partido Unificación Democrática (UD) por el otro lado, se puede obtener una importante cuota de poder, de cara a enfrentar al próximo gobierno.

Si, es probable, que muchas de las miles de personas que se movilizaron contra el golpe de Estado, voten por cualquiera de estas variantes de izquierda, y se obtengan algunas diputaciones y alcaldías, pero con ello la oligarquía, el imperialismo y demás fuerzas de la contrarrevolución, podrán respirar tranquilos porque su objetivo fue cumplido: abortar el proyecto reformista encabezado por Manuel Zelaya, evitar las modificaciones  a la reaccionaria Constitución bipartidista de 1982, canalizar el descontento popular por medio de las elecciones e instaurar un nuevo gobierno que gozara de la legitimidad democrática.

Próximamente, habrá una importante reunión del Frente Nacional de Resistencia en donde se decidirá si la izquierda participa activamente en los últimos días de la campaña electoral. Toda la izquierda actúa erróneamente en función de la restitución de Manuel Zelaya y amarra su futuro político al del Zelaya. Si la izquierda avala las elecciones fraudulentas y amañadas, quedará reducida en el futuro a la mínima expresión, y cuando quiera revertir los efectos de la derrota, ya será demasiado tarde.

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