Asesinato

Al pueblo hondureño en Resistencia, a quienes apoyan de hecho y por omisión a este régimen sangriento, a la comunidad internacional y a los organismos mundiales de derecho, ARTISTAS en RESISTENCIA comunica:

1.      Que repudiamos enérgicamente el asesinato del compañero maestro JOSÉ MANUEL FLORES ARGUIJO -miembro activo del FNRP, del PSOCA y otras organizaciones beligerantes, en lucha contra la oligarquía criolla y la derecha continental-, cuya sangre derramada se une a la de otros mártires de las organizaciones magisteriales de Honduras.

2.      Que nos solidarizamos con el luto de la familia del compañero José Manuel Flores Arguijo; y declaramos que su muerte no tendrá olvido ni perdón.

3.      Que denunciamos el estado de represión, muerte e indefensión jurídica profundizado desde la madrugada del 28 de junio de 2009 y continuado en el actual gobierno ilegítimo de Porfirio Lobo Sosa y su sicópata gendarme, Óscar Álvarez.

4.      Que exigimos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la Corte Penal Internacional (CPI) y a todos los organismos competentes, que emprendan los procesos jurídicos necesarios para frenar la ola de terror, muerte e impunidad institucionaliza desde el poder ejecutivo, legislativo y judicial del Estado de Honduras, con el apoyo del embajador y departamento de Estado de los EE.UU.

5.      Que, en vista de que el orden constitucional no ha sido restablecido con la ilegítima asunción de Porfirio Lobo Sosa al poder, ratificamos nuestro derecho a la insurrección, bajo el amparo del Artículo 3 de la Constitución de la Republica, que literalmente dice: Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”.

6.      Que reconocemos y nos sumamos a la unidad del movimiento popular -amalgamada con la sangre de los mártires y con la dignidad del pueblo-, en su lucha por la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente como vía posible para la refundación de Honduras.

Tegucigalpa, 24 de marzo de 2010

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