Por Diego Lynch

Tras las últimas elecciones presidenciales en Noviembre del año 2011, se rumoraba que existían grupos armados en el norte del país, los que se preparaban para iniciar una lucha por derrocar al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Sin embargo, esto jamás fue confirmado y no se produjo ningún tipo de enfrentamiento.

Este año, el rumor retomó fuerza y efectivamente ya se ha comprobado la presencia de los grupos mencionados en la zona centro y norte del país, en lo que es Siuna, Waslala, Jinotega, el Triángulo Minero y la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN).

¿Guerrilleros o Delincuentes?

Una vez que el Gobierno Central, el Ejército y la Policía Nacional aceptaron e hicieron pública la existencia de estos grupos armados, se han manejado dos versiones. La oficial que asegura se trata de un grupo de delincuentes, de una banda muy organizada que se dedica al abigeato y asaltos a los ganaderos del sector, y la versión de los familiares de los integrantes de estos grupos, quienes aseguran son guerrilleros que luchan en contra del gobierno y por un estado de derecho.

“Tropas combinadas del batallón ecológico del ejército de Nicaragua y de la policía nacional se han desplazado hacia el sector del Guayabo, jurisdicción de Siuna, donde se ha detectado la presencia de grupos armados…Vamos en busca de una banda delincuencial al mando de “Nicaragua” que ha sido detectada en el sector del Guayabo” (Declaraciones de una fuente Policial a La Prensa, 16/10/2013).

Por su parte, los miembros y familiares de los grupos armados desmienten estas declaraciones y aseguran que han sido objeto de ataques y torturas por parte de la policía nacional y el ejército de Nicaragua. “Bismark Figueroa, hijo de Marvin Figueroa, conocido como “Comandante Nicaragua”,

Supuesto cabecilla de estos grupos alzados, hizo la denuncia en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), mientras la directiva departamental del Partido Liberal Independiente (PLI), de Jinotega, reivindicó a los alzados en armas asegurando que muchos son miembros de esa fuerza política” (El Nuevo Diario, 23/10/2013).

“Nosotros luchamos con un fin político, tenemos que defender nuestra democracia que está secuestrada por el comunismo; los testigos son nuestros campesinos que nos están apoyando en el campo…Ellos (las autoridades) no quieren aceptar que hay fuerzas rebeldes que defendemos la democracia en el país, que ha sido violentada por el orteguismo” (Declaraciones del Comandante Nicaragua a la Prensa, 16/10/2013).

El Partido Liberal Independiente los respalda

El PLI ha salido a la defensa de estos grupos armados, rechazando que se les trate de hacer ver como delincuentes y expresando que es una lucha justa y necesaria. “El PLI de Jinotega rechaza que se les señale como delincuentes, pues participaron como miembros de mesas y fiscales en las elecciones presidenciales del 2011 y municipales del 2012… el presidente departamental del PLI en Jinotega, Byron Chamorro, indicó que la gente espera que su partido actúe y se pronuncie, por lo que hacen un llamado al gobierno a que termine la persecución en contra de sus simpatizantes y que llame a un diálogo nacional para restablecer la institucionalidad democrática” (El Nuevo Diario, 23/10/2013).

Los dirigentes liberales aseguran que esta lucha se debe a la falta de institucionalidad que existe desde que el frente sandinista retomó el gobierno central, ejemplificando el caso de los magistrados del Consejo Supremo Electoral (C.S.E.), pero no plantean una solución al problema. Hablan de un diálogo nacional que no es más que una mesa de negociación, en donde las fuerzas políticas se dividen los cargos y olvidan a la población.

Gobierno sandinista debe revisar sus políticas hacia el campesinado

Queda claro que estos grupos armados son alentados por los partidos de derecha en crisis, que utilizan el fantasma de la guerra civil para obligar al gobierno sandinista a negociar con el objetivo de arrancar concesiones. Estamos ante una vil manipulación de algunos sectores campesinos que estuvieron ligados al ejército contra

El Ejército y la Policía se han mostrado implacables en el combate contra estos grupos, que por el momento son ultra minoritarios. El actual gobierno sandinista debe revisar su política hacia los sectores campesinos descontentos, sobre todo la política de compra de granos y la política de financiamiento.

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