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Rosario Murillo y su campaña ideológica contra las ONG´s: ¿Es clasista el Feminismo del FSLN?

 

 

Por Cassandra García

 

La ofensiva del FSLN contra el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), a parte de su dimensión policiaca, ha sido coadyuvada con una campaña ideológica dirigida por la propia Rosario Murillo (esposa de Daniel Ortega) y jefa del poderoso Consejo de Participación Ciudadana. Murillo busca a través de una reiterada campaña ideológica desacreditar el “feminismo” del MAM y de otras organizaciones de mujeres no afines al gobierno.

 

Dentro de su intrincado y “metafórico” lenguaje seudo-poético, Murillo intenta disfrazar lo evidente: la intolerancia del FSLN y el gobierno a las críticas de reconocidas dirigentes de dichos movimientos; traspasando la discusión a la cancha de la concepción del feminismo y de la lucha por la emancipación de la mujer.

 

Marcando “fronteras” de clase

 

Rosario Murillo mediante su escrito “La conexión ‘Feminista’ y las guerras de baja intensidad”, califica de “feministas de derecha” a las dirigentes del MAM y otras organizaciones y personalidades. Murillo busca diferenciar su “feminismo” (por antonomasia), señalando: “Sus ejecutores son las ricas y egocéntricas capas oligárquicas, que así pretenden defender sus intereses económicos y su maligno modelo político. Organizan sus sectas, o brazos ‘pacíficos’ y las llaman ‘sociedades civiles’; crean movimientos ‘nítidos’, ‘políticamente correctos’ manipulando causas de justicia; marchan contra ‘autoritarismos’ y ‘tiranías’ prefabricadas en serie, y cortadas con la misma tijera y patrón. El Mal usurpa banderas, aglutina castas, agrega resentidos y pervertidos, y pretende partirnos, para tirar a matar, allí donde se levante un Proyecto de verdadera Justicia Social.” (Semanario El 19.-Nº 2. Pág. 18 y 19)

 

Hemos de suponer que el “Proyecto de Justicia Social” al que se refiere Murillo, es evidentemente el que lleva a cabo el FSLN. Esta diferenciación, es la columna vertebral de una campaña que está dirigida a fomentar un supuesto “feminismo clasista” del que el FSLN pretende ser abanderado y señor.

 

Murillo: una claudicación tras otra

 

Toda esta verborrea ideológica, dirigida a la base del FSLN, a fin de tensionar sus fuerzas para combatir a los que consideran sus “enemigos”, lleva a Rosario Murillo y su “feminismo de izquierda” a claudicar y sacrificar los derechos de las mujeres, en pos de lograr ensuciar a sus contrincantes políticos.

 

La más aberrante y reaccionaria medida, es la complicidad criminal del FSLN con el derechista PLC y los cleros reaccionarios de las iglesias, para eliminar el “aborto terapéutico” como derecho de la mujer, conduciendo a miles de mujeres a la muerte. Murillo no se ruboriza al celebrar su “reencuentro” con Dios a diferencia de las “feministas de derecha” que según ella: “Reniegan de las religiones, de Dios mismo, que califican de ‘autoritario’ y ‘patriarcal’, y acusan, y acosan, como diosas autoritarias y ‘patriarcales’, a quienes viven con fé.” (Ídem.)

 

Con respecto al aborto, Murillo mantiene su posición estratégica de negar el derecho a la mujer a decidir sobre su cuerpo; y señala tajantemente que: “Proclaman el aborto, sin respeto a la cultura, y al alma colectiva de los pueblos... Atacan criminalmente, al que se atreve a desenmascararlas como agentes políticos de las derechas, mientras reivindican a esas derechas, como modernidad liberadora, y condenan a las izquierdas, como arcaísmo opresor.” (Ídem.)

 

Ni feministas, ni de izquierda….

 

La posición vergonzante del FSLN con respecto al tema del aborto, y particularmente la campaña ideológica entretejida por Rosario Murillo, dirigidas a mantener un “status quo” con los cleros de las iglesias por un lado, y cimentar una campaña de ataques a sus adversarios y críticos; es una muestra mas de que el FSLN hace mucho abandono la Revolución Social como objetivo, y que hoy representan a un grupo de poder económico (burguesía) que afincada en el aparato estatal busca defender y expandir sus negocios a través de métodos gangsteriles; encubriendo con retórica de “izquierda” su verdadera cara ante los trabajadores y pobres del país.

 

Las revolucionarias propugnamos la emancipación de la mujer, y criticamos el feminismo burgués (tanto el de las organizaciones “feministas” como el de Doña Rosario), pues buscan “maquillar” el patriarcado mediante “reivindicaciones civiles”. La opresión del hombre hacia la mujer es una extensión de la opresión del hombre por el hombre, paradigma del capitalismo; por lo tanto, las mujeres sólo lograremos la igualdad combatiendo al capitalismo y su ideología de opresión: El Patriarcado.

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