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Por Liev Contreras

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El crujido de la máquina capitalista y la inminente crisis económica global, ha generado que los gobiernos de de la región propongan “planes” para mantener el régimen económico-social. En Nicaragua se da la particularidad que la crisis sucede durante el gobierno del FSLN, quien se ha proclamado abanderado del “pueblo” y de los pobres.

FSLN y la burguesía sandinista.

El FSLN retomó el poder en las elecciones del 2006 luego de 16 años de haber perdido la presidencia. El FSLN no es la misma organización revolucionaria que desde las montañas combatió al régimen somocista hasta derrocarlo en 1979; mucha agua ha pasado por debajo del puente desde entonces. Hoy, de la dirección histórica de aquel FSLN revolucionario no queda más que los recuerdos, muchos de ellos han pasado a conformar el Movimiento Renovador Sandinista, y el FSLN es controlado verticalmente por Daniel Ortega y su círculo familiar.

Desde 1990, y ante la derrota electoral, el FSLN “aseguró” su supervivencia material por medio de la llamada “piñata”, que en los hechos significó que los cuadros y dirigentes sandinistas se apropiaran de propiedades y medios de producción. Así surgió una efervescente burguesía ligada al FSLN, que 18 años más tarde ha logrado amasar un importante capital. Es así que muy en el fondo, el FSLN presenta una dicotomía: Un discurso populista de seudo-izquierda para alentar a su base social por un lado, y la aplicación de medidas neoliberales para preservar sus negocios por el otro.

Los recortes: más miseria para los trabajadores

Ante la crisis financiera mundial el gobierno sandinista se aprestó a dictar “medidas de austeridad” a fin de impedir el colapso de la economía nacional; más sin embargo, lejos de aplicar medidas clasistas, el Gobierno de Ortega aplicó un recorte estrepitoso a los beneficios de los trabajadores del Estado.

Entre otros, el Gobierno decretó para los trabajadores del Poder Ejecutivo un congelamiento de salarios y promociones salariales. También prohibió que los trabajadores realizaran horas extras de trabajo. La jornada laboral del Estado fue recortada, iniciando labores a las siete de la mañana, y concluyendo a las una de la tarde; esta medida persigue que el Gobierno se “ahorre” el coste de los viáticos de alimentación que pagaba a los trabajadores.

La situación de los trabajadores del sector público es extremadamente marginal, el salario mínimo en el Estado es de C$1,801.03 (US $ 90.11) mensuales; lo que está lejos de cubrir siquiera la canasta básica de 53 productos que ha experimentado un significado aumento: “El precio de la canasta básica en 2007 cerró en 7.713,4 córdobas (unos 387,6 dólares al cambio de hoy) y en diciembre del año pasado subió a 8.817,9 (unos 443,1 dólares), detalló el Inide en el informe publicado en su página de internet.” (EFE.-21/01/2009) Las horas extras y viáticos de alimentación y transporte eran un paliativo necesario para la sobrevivencia diaria. Estas medidas atentan contra la supervivencia material de los trabajadores estatales, y ante la crisis, el Gobierno sandinista es incapaz de tomar medidas clasistas que garanticen y mejoren el nivel de vida de los trabajadores.

Los sindicatos afines al gobierno sandisnta agrupados en la Central Sandinsita de Trabajadores han prestado un vergonzoso apoyo a las medidas dictadas por Ortega: “La situación es crítica, y si no hay incremento de salarios este año, si no hay condiciones para un crecimiento mayor de la economía, pues tenemos que apretarnos la faja todos y tenemos que aportar todo en esa dirección” manifestó el dirigente y también diputado por el FSLN Roberto Gonzalez (26/01/2009.-www.poderciudadano.org).

Los trabajadores del sector privado… también

Los trabajadores del sector privado no escapan de ser víctimas de la “campaña de austeridad”. En días recientes el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) ha gestionado de forma intensiva en la Asamblea Nacional a fin de que se reforme la “Ley del Salario Mínimo”, y lograr así que dicho salario sea discutido solamente una vez al año (actualmente se discute 2 veces al año). El COSEP busca sortear la crisis hambreando a los trabajadores. La bancada del PLC ha anunciado que apoyará la iniciativa del gremio de empresarios, posición que aunque no apoya el gobierno, tampoco ha propuesto medidas que garanticen el trabajo y un salario digno a los trabajadores.

A luchar por el empleo y el salario digno

Los trabajadores debemos luchar para contrarrestar las medidas neoliberales que aplica el FSLN. La lucha por la estabilidad laboral y salario digno es la principal consigna de la clase trabajadora. Ante la traición y manipulación de la burocracia sindical pro gobierno, debemos los trabajadores luchar por una dirección independiente que luche por los interese de la clase obrera. Si el Gobierno quiere recortar la jornada laboral, que lo haga, pero que garantice un salario mínimo que cubra la canasta básica. La crisis económica no debe ser costeada por los trabajadores, el Gobierno debe obligar a la empresa privada a garantizar empleo y salario digno. Si los empresarios no cumplen, debemos luchar por la nacionalización bajo control obrero de las empresas que operan en los resortes más importantes de la economía.

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