Por Roberto Martinez

Continua el forcejeo por la candidatura presidencial única de la oposición. Desde hace mucho tiempo están en campaña Miguel Mora, precandidato del Partido de la Restauración Democrática (PRD), y también Félix Maradiaga, quien logró imponer su precandidatura única por parte de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB)

El hecho que Maradiaga no tuviera contrincantes dentro de la UNAB, es un vivo reflejo de lo que ocurre al interior de esta organización. Los bloques entre las cupulas negociaron entre ellos, eligiendo a Maradiaga, pero con ello anularon políticamente a los nuevos liderazgos que surgieron de la rebelión de abril del 2018.

La candidatura de Juan Sebastian Chamorro (JSCH) no es respaldada por ninguna organización. JSCH no es respaldado por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD). Otros candidatos que han surgido, pero sin causar ningún revuelo, es Luis Fley, ex comandante de la contra, y principal líder de Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), una agrupación sin personalidad jurídica. La base social del ejercito contra se dispersó hace muchos años en otras corrientes, no solo entre los liberales, sino que una parte fue absorbida por el mismísimo FSLN. Y también surgió la candidatura de George Henriquez, militante de YATAMA, que sin el apoyo de su partido lanzó la candidatura para dejar testimonio del racismo predominante contra los habitantes de la costa Caribe.

La candidatura de Cristiana Chamorro

Sin lugar a dudas, la candidatura de Cristiana Chamorro representa los intereses de unas las fracciones del gran capital. Muchos de los grupos políticos, ante la ausencia de líderes, se refugian en las faldas de Cristiana Chamorro, creyendo que por ser hija de doña Violeta Chamorro, se puede repetir la hazaña de 1990, cuando el FSLN fue derrotado electoralmente por una alianza de 14 pequeños partidos políticos.

De manera oportunista, muchos de los grupos políticos en disputa, se han arrodillado ante ella, para lograr cuotas a nivel de las diputaciones. La última encuesta de CID-Gallup colocó a Cristiana Chamorro por encima de los otros candidatos, a pesar que ella no ha hecho campaña. Este detalle ha pasado desapercibido. Refleja que la mayoría de los candidatos no logran cautivar a la población, muy desconfiada en relación a los políticos tradicionales.

El vertiginoso ascenso de Cristiana Chamorro, obligo al ambicioso Félix Maradiaga a dejar a un lado sus aspiraciones, y declarar que aceptaría formar parte de la formula encabezada por Cristiana, es decir, Maradiaga aspira a ser candidato a vicepresidente: “Yo no sería un candidato de la división y encantado haría fórmula con la persona que la ciudadanía decida (…)” (VosTV 27/01/2021)

Por su parte, Miguel Mora también redujo sus expectativas y declaro estar dispuesto a apoyar al candidato único que salga electo: “El que gane será apoyado por los candidatos que no logren llegar a la victoria, ese es el acuerdo, (…) que se escoja mediante una consulta popular democrática, en este caso por medio de las encuestas hechas por firmas internacionales”. (VosTV 27/01/2021)

La comisión de “buena voluntad”.

La cacareada unidad de la oposición ha resultado una tarea imposible, porque todos los grupos, detrás de la bandera de la unidad, intentan imponer su hegemonía sobre los otros. No discuten los problemas que afligen a la población, como liberar a los presos políticos, como restaurar las libertades democráticas o solucionar la crisis económica, sino que se concentran tras bastidores en negociar cuotas de diputaciones.

La Coalición Nacional (CN) lanzó la propuesta de creación de una comisión de “buena voluntad” de figuras muy respetadas, como los venerables ancianos Fabio Gadea Mantilla, Carlos Tunnerman y últimamente incorporaron a Denis Martinez, un popular exjugador de grandes ligas del baseball. Hasta el momento, no hay frutos visibles, aunque hay discretas negociaciones intensas entre los bloques de oposición.

La pelea por incidir en la fórmula presidencial

Al nombrar a Maradiaga como precandidato único, la UNAB demostró que toda su estrategia no se basa en construir una alternativa independiente, de los viejos partidos políticos, sino utilizar a los movimientos sociales y a las ongs como mecanismo de presión social para negociar la fórmula presidencial, optando al menos a la vicepresidencia. Esta es la misma estrategia de Miguel Mora del PRD.

Y por ello observamos que la CN es la que mas presiona por la unidad, porque salvo el PRD todas las agrupaciones que la conforman no tienen personalidad jurídica, y para participar en las elecciones necesitan una casilla.

Tanto la UNAB como la ACJD renunciaron a la idea de conquistar su propia casilla, y de esta manera han comenzado a girar y a depender de la buena voluntad del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL). La ACJD resolvió el problema al unirse a CxL y conformar la llamada “Alianza Ciudadana” (AC).

La mentalidad dependiente de Cristiana

Invitada para participar en un conversatorio promovido por Diálogo Interamericano, en Washington, Estados Unidos, la candidata Cristiana Chamorro brindo declaraciones que dejaron estupefactos a sus seguidores. Ante la pregunta sobre que puede hacer la administración Biden para restaurar la democracia en Nicaragua, Cristiana respondió lo siguiente: “(…) primero se debe activar formas de multilateralismo. Segundo enviar a una misión de alto nivel de parte de la administración para negociar con Ortega y entender que es lo que Ortega necesita en este momento. Esta misión debe ir acompañada por la OEA para reactivar las conversaciones que tuvieron en el pasado (…)”. (subrayado nuestro)

Estas declaraciones cayeron como un balde de agua fría, porque precisamente la desconfianza de la población es que los políticos volverán a ponerse de acuerdo con la dictadura, traicionando las demandas democráticas de abril del 2018.

Quizás por inexperiencia, Cristiana Chamorro lo dijo muy claro: la administración Biden debe negociar con Ortega, y entender que es lo que el necesita. Cristiana no dijo que la democratización de Nicaragua debe ser obra del pueblo nicaragüense, sino que es tarea de Estados Unidos, lo que refleja una mentalidad dependiente.

Humberto Ortega: “Cohabitación o caos”.

El mismo día, en un artículo de opinión en el diario La Prensa, el general Humberto Ortega Saavedra, fue un poco más allá pero dentro de la misma lógica del pensamiento de Cristiana Chamorro: “El reto del presente exige nos integremos coherentemente con visión del rumbo histórico (…) este imprescindible paso solamente es posible concertando un Acuerdo Nacional de cohabitación democrática, que convoque el poder que resulte de la nueva correlación de fuerzas de las elecciones libres en noviembre próximo, legitimadas nacionalmente, y reconocidas por la comunidad internacional. (debemos) hacer un balance desde 1990, recoger lo bueno y desechar lo malo, para lograr gobernabilidad superando la dañina polarización política (…) Sin este acuerdo el caos reinará”. (La Prensa, 17/02/2021)

Cristiana Chamorro planteó que los Estados Unidos deben resolver el problema de Nicaragua a través de una negociación con la dictadura de Daniel Ortega, en cambio Humberto Ortega lo planteo claramente como un acuerdo después de las elecciones, gane quien gane. Esta posición es la misma de Daniel Ortega quien dijo que las negociaciones se realizaran hasta después de las elecciones.

En pocas palabras, ya no se habla de la democratización, sino que, desde ángulos diferentes, ambos coinciden en la necesidad de una negociación con la dictadura, la diferencia es que Cristiana propone que sean los Estados Unidos, mientras que Huberto Ortega propone que sea entre los grupos de poder de Nicaragua, pero después de las elecciones, coincidiendo con su hermano.

La crítica de Amaya Copens

La dirigente estudiantil Amaya Copens goza de mucho respeto y autoridad política, y que por cierto recibió del Departamento de Estado de los Estados Unidos el premio “Mujeres de Coraje 2020”, escribió una crítica no solo a Cristiana Chamorro, sino también a los otros candidatos: “(…) En lugar de pedir debates con la dictadura, que sabemos que no se van a dar, en lugar de publicitarse, exijan libertad. (…) mi crítica principal es generalizada hacia la empresa privada, y particularmente a la desconexión que han mostrado varios actores, no solamente Cristiana, esta crítica no es personal, ni es por su historia familiar, ni por su apellido, es por la insensibilidad con que zanjó un tema que trae consigo un sufrimiento enorme.

Pero no ha sido la única, ni tampoco es la única a quien menciono, mi señalamiento es para todos quienes están en estos momentos siendo candidatos públicos a reflexionar sobre su abordaje y a mantener presente la empatía necesaria ante un pueblo tan herido.(…)” (Confidencial, 18/02/2021)

Metiendo los errores políticos bajo la alfombra

En una entrevista en el diario de su propiedad, Cristiana Chamorro matizó las declaraciones en Washington, aclarando que ella planteo que la administración Biden “(…) se siente con Ortega a conversar sobre los requerimientos políticos y de asistencia electoral que se necesita para una reforma que garantice una votación limpia, democrática, transparente y creíble. (…)” (La Prensa, 22/02/2021)

Y sobre el candente tema de abrir negociaciones con la dictadura, dijo lo siguiente: (…) Siendo realista, el gobierno no está hablando con nadie y menos con la oposición.Yo creo que es necesario abrir canales de comunicación. (…) Obviamente somos los nicaragüenses quienes vamos a tener la última palabra en este camino difícil, en el que nos tenemos que poner de acuerdo en muchas cosas. Yo en lo personal creo en la política del diálogo y en saber qué quiere la otra parte, dónde está situada. En los 90, para lograr la difícil triple transición adoptamos un principio de la transición española y es el siguiente: una reforma impuesta te explota en la cara, pero una que es aceptada por tu adversario es una para siempre (…)”. Mas claro, imposible!

En relación a la critica de Amaya Copens, Cristiana Chamorro reconoció: “(…) Su publicación tiene un reclamo que merece ser escuchado (…) En mi caso personal, le he pedido una conversación privada porque me interesa mucho profundizar el pensamiento de jóvenes como ella que debemos alentar a seguirse expresando en libertad”.(ibid.)

Una gran decepción en ciernes

Si por la víspera se saca el día, no cabe la menor duda de que si Cristiana Chamorro es la candidata única presidencial de la oposición, el pueblo de Nicaragua se va llevar una gran decepción.

Dicen que la historia se repite dos veces: una como tragedia, y otra como comedia. Quienes creen que Cristiana Chamorro va a repetir la hazaña de su madre, se van a llevar una tremenda decepción, primero porque no tenemos las condiciones de guerra civil e hiperinflación de los años 80, y segundo porque mientras doña Violeta levantó la consigna de parar la guerra y terminar con el servicio militar, ella nunca hablo de negociaciones durante la campaña electoral. En cambio, su hija Cristiana de antemano está solicitando una negociación Biden-Ortega, lo que indica que si fuese electa presidenta no dudara en establecer un nuevo protocolo de transición y de negociaciones que no conducirán a una democratización de Nicaragua. En pocas palabras, Cristiana esta lista para hacer realidad la cohabitación que planteó el general Humberto Ortega.

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