Una parte de los ex presos politicos, en Washington

Por Sebastián Chavarria Domínguez

La dictadura Ortega-Murillo rompió su propia legalidad cuando encarceló a todos los precandidatos presidenciales en 2021, impidiendo que canalizaran el descontento social por la vía electoral, garantizándose la continuidad en el poder, al menos hasta las elecciones del 2026.

La excarcelación de la mayoría de los presos políticos, su expulsión a Estados Unidos y la posterior apatridia, fue un duro golpe para la oposición burguesa y pequeño burguesa. Los ongs que servían de refugio y base social de esta oposición, fueron liquidados. Los principales dirigentes políticos fueron expulsados y otros debieron irse al exilio, ante el temor de ser encarcelados. La venganza de la dictadura ha sido implacable, no se ha detenido ante nada. Esta oposición ha sido completamente desarticulada al interior de Nicaragua.

Otra vez los llamados a la Unidad

Los dirigentes de la oposición burguesa y pequeño burguesa, lejos de reflexionar sobre los errores que han cometido, y que le permitieron a la dictadura mantenerse en el poder, han vuelto a entonar los viejos canticos sobre la “unidad de oposición”.

En relación a la utópica propuesta de Irlanda Jerez de crear un organismo colegiado de la oposición, electo por los diferentes grupos en el exilio. Esta es una misión imposible ya que los grupos de exiliados son mas radicales y ven con desconfianza a los ex presos políticos que quisieron participar en las elecciones del 2021.

Félix Maradiaga respondió que los diferentes gobiernos “(…) están pidiendo un equipo compacto colegiado de opositores nicaragüenses que podamos ser el punto de contacto de esta comunidad internacional (…) creo que no hay tiempo para volver a hacer un ejercicio enorme, no hay recursos económicos, no hay mecanismos electorales (…) hagamos un grupo colegiado y sobre la marcha vamos a ir corrigiendo las debilidades que se puedan dar (...)”. (100% Noticias 16/05/2023)

¿Unidad sobre qué?

Han resurgido varias propuestas de unidad de la oposición, en la que todos conservan su autonomía, pero nadie dice sobre qué puntos se realizará. El problema es que todos son grupos en el exilio, con nula incidencia al interior de Nicaragua, debido a los altísimos niveles de represión.

Los grupos más radicales de exiliados tienen como política central, pedir más sanciones contra los principales funcionarios de la dictadura, y que endurecer aún más las leyes estadounidenses (NICA ACT, RENACER, etc.) que terminen sacando a Nicaragua del CAFTA-DR.

La nueva estrategia de Estados Unidos y la UE

Hasta el momento, la dictadura mantiene el control absoluto a lo interno. Al haber fracasado la política de sanciones individuales contra alto funcionarios de la dictadura, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) están comenzando aplicar una nueva política consistente en llevar al círculo de hierro de Daniel Ortega ante tribunales internacionales por “crímenes de lesa humanidad”.

El informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) creado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, creas las bases para iniciar ese proceso. Jan-Michael Simón, presidente del GHREN, declaró que al haber concluido que el Estado de Nicaragua pueda estar violando la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura, "cualquier país que sea parte de la Convención puede demandar al Estado de Nicaragua frente a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en cuanto a la responsabilidad del Estado".

Otra vía, mucho más difícil que la primera, es que el Consejo de Seguridad de la ONU ordene al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), cuyo tratado no fue suscrito por Nicaragua, que inicie una investigación para enjuiciar a Ortega y Murillo. El problema de esta vía es que Rusia y China tendrían que estar de acuerdo, y no ejercer su derecho a veto.

Este es el panorama y estas son las intenciones. Lo grave es que los lideres de la oposición burguesa y pequeño burguesa en el exilio, continúan siendo cajas de resonancia de la política de Estados Unidos y la UE, y se resisten sistemáticamente a tener una política propia.

En cualquier caso, correspondería a los nicaragüenses la investigación y castigo por cualquier crimen cometido contra el pueblo.

La unidad de la izquierda

No hay duda que hay que terminar con el régimen dictatorial, pero para lograrlo se requiere una política independiente, para castigar a los culpables de los crímenes cometidos. Claro que hay buscar la unidad, pero de las fuerzas de izquierda y revolucionarias que estén dispuestas a luchar contra la dictadura, pero al mismo tiempo luchar contra las pretensiones del imperialismo norteamericano y europeo que quieren imponer un gobierno títere, que defienda sus intereses, dejando de lado los intereses de la mayoría del pueblo de Nicaragua.

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