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Por Liev Contreras

El lunes 13 de julio la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya dio a conocer su Sentencia sobre el diferendo que mantenían Costa Rica y Nicaragua por el Río San Juan. Este “litigio”, que por demás está decir costó a ambos gobiernos una millonaria inversión en asesoría legal; se originó en Septiembre de 2005, cuando Costa Rica acudió a aquélla instancia alegando que Nicaragua violaba el Tratado Cañas Jerez y el Laudo Cleveland, mismos en que se establecía el uso permitido sobre el río.

Pleito viejo...

La lucha por el Río San Juan es de vieja data. Si bien tal afluente es “propiedad” y “soberanía” de Nicaragua, en su explotación turística confluyen obvios intereses materiales de la burguesía costarricense. Estos objetivos creados han conducido a una lucha de los Gobiernos por enfilar de mejor manera sus intereses.

Con la Sentencia de la CIJ, ambos gobiernos, de forma contradictoria se declararon “satisfechos”. Por un lado el gobierno sandinista se declaró victorioso al ser reconocida la “soberanía” de Nicaragua sobre el río. Por su parte la cancillería costarricense destacó que: “Costa Rica recibe con beneplácito la sentencia de la Corte que representa la plena recuperación de derechos que tendrán una clara y positiva incidencia en el quehacer diario de los habitantes de la zona” (La Nación.- 14/07/2009)

Campaña Xenofóbica

En Nicaragua, la Sentencia de la CIJ provocó una crítica directa al Gobierno sandinista de parte de sectores políticos de la “oposición”; quienes destacaban que no se había defendido la soberanía a fondo: "Aquí Nicaragua salió perdiendo porque le dieron a Costa Rica lo que ellos pidieron", señaló Eduardo Montealegre (El Nuevo Diario.-13/07/2009). Culpando directamente del “fracaso” al gobierno de Ortega: “La falta de consenso sobre un tema de interés y seguridad nacional, así como las políticas sectarias y excluyentes del FSLN, que en lugar de unir a la familia nicaragüense la divide y la polariza, nos llevan a sufrir reveses en el ámbito internacional”, destacó Arnoldo Alemán, ex presidente y dirigente del PLC (ídem.).

La débil oposición burguesa al Gobierno sandinista ha encontrado en el fallo de la CIJ la excusa perfecta para culpar al FSLN de tal resultado. En medio de esa campaña, los medios de la burguesía mantienen una ideología sistemática de que “Nicaragua salió perdiendo” ya que los costarricenses podrán utilizar el río para explotación turística sin pagar ni un centavo al Gobierno nicaragüense.

En ese ámbito, esta mezquina campaña mediática dirigida a atacar a Ortega, paralelamente se transforma en una solapada campaña xenofóbica.

Los intereses económicos: la piedra en el zapato

Apartando lo anterior, es necesario destacar que la “lucha” por defender el Río San Juan no es un “objetivo patriótico” de la burguesía nicaragüense, sino que ven en este sector una importante oportunidad de crear negocios turísticos y comerciales. No es un secreto que el área del Río San Juan es un potencial destino turístico, además de que siempre ha estado en la mira de los empresarios en la medida que a través de él se puede construir un canal interoceánico.

Los intereses de la burguesía siempre han chocado con la realidad económica del área, una de las más pobres de Nicaragua, y donde el Gobierno no garantiza los servicios básicos ni la educación o la salud; provocando que los campesinos del área tengan que atravesar la frontera para satisfacer sus necesidades más mínimas.

Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases

Los nicaragüenses no debemos dejarnos arrastrar a esta campaña de xenofobia que pretenden erguir los burgueses que buscan desprestigiar al Gobierno. La burguesía y su interés devorador son los verdaderos enemigos. Los marxistas revolucionarios estamos por la abolición de las fronteras que desunen a los trabajadores. Mientras la burguesía pacta sus cuotas y tratados con el imperialismo yanqui y europeo para negociar el trabajo y la sangre de los trabajadores del área; por el otro lado intentan desunirnos y confrontarnos entre hermanos trabajadores.

Los recursos naturales del área no son de ningún gobierno, son de los trabajadores centroamericanos, por lo que la pugna intestina entre las burguesías no es nuestra pugna, y más bien debemos enfilar nuestra lucha contra quienes nos explotan.

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