Por Orson Mojica

Hace 9 años, después de la realización del referendo constitucional en Venezuela, que constituyó la primera gran derrota electoral del chavismo, escribimos, a manera de conclusión, lo siguiente:

“(…) Después de varios años en el poder, el bonapartismo sui generis de Chávez como régimen transitorio se debilita y da paso a un bonapartismo cada vez más reaccionario que constituye una amenaza para las libertades obreras y democráticas y para el futuro de la lucha antiimperialista. A nivel del régimen político, en Venezuela se está produciendo una involución. Lejos de democratizar la sociedad venezolana, entregando el poder a los sindicatos y organismos populares, Chávez ha actuado en sentido inverso: concentrando mayores poderes en la su propia persona, en la institución del Presidente de la República, y en el aparato burocrático-militar del Estado. Esta situación tarde o temprano termina en un bonapartismo reaccionario y, en el peor de los casos, en una dictadura militar “ilustrada”.

“(….) La crisis del régimen bonapartista sui generis de Chávez y su evolución hacia un bonapartismo reaccionario aporta un nuevo elemento en la lucha política: el problema de las libertades democráticas. El chavismo se convirtió en una poderosa fuerza de masas por que dio una repuesta a las aspiraciones nacionalistas y democráticas de las masas venezolanas. En la medida en que ha pretendido restringir estas libertades se ha operado un vuelco de la clase media en su contra, aportando una mayor base social a la oposición burguesa y proimperialista. (….) Los resultados del referéndum constitucional son apenas un campanazo de alerta de lo que está ocurriendo en las entrañas de la sociedad venezolana”.

Muchos de nuestros pronósticos, lamentablemente se han confirmado. Chávez falleció en el cenit de la crisis, cuando los precios del petróleo comenzaban a descender, y con ello desencadenaron la crisis económica y política que actualmente sacude a Venezuela.

Maduro convoca a una “Asamblea Nacional Constituyente”

Después de varios meses de protestas callejeras, de intensas presiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del propio imperialismo norteamericano, y de haberse producido la crisis política ocasionada cuando los magistrados chavistas del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) despojaron a los a la Asamblea Nacional –bajo el control de la Mesa de Unidad Democrática (MUD)—de sus funciones, en un acto de celebración del 1 de Mayo, el presidente Nicolás Maduro, invocando el artículo 347 de la Constitución actual, respondió convocando a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

Al igual que 1999, inmediatamente después que Chávez juró como presidente de la Republica por primera vez, la ANC coexistió con los poderes constituidos, hasta la aprobación de la nueva Constitución. En aquella ocasión, el chavismo logró obtener la mayoría y después de aprobada la Constitución, a través de un referendo popular, dio el paso audaz de reorganizar los poderes e instituciones del Estado, demoliendo los pilares del corrupto sistema bipartidista.

Al principio, la convocatoria de Maduro pareció una audaz propuesta democrática para solucionar la crisis. La ANC es la máxima consigna de la democracia burguesa, implica que todos los ciudadanos deciden por votación democrática, por medio del sufragio universal, el futuro de un país al decidir el tipo de sistema económico y régimen político, así como la reorganización del Estado.

Las votaciones para la nueva ANC están programadas para el 30 de julio, en las que se escogerán 545 diputados constituyentes de un total de 6.120 candidatos. El problema central es que esta ANC no será electa por votación universal, sino por sectores sociales.

¿Reforma o nueva Constitución?

A pesar del ambiente insurreccional que existe en Venezuela, hay dos fuerzas contrarias que trabajan aceleradamente en el mismo sentido de evitar un nuevo Caracazo: El chavismo y la MUD. Desde intereses contrarios, ambas fuerzas coinciden en evitar la destrucción del aparato del Estado burgués y del orden social imperante.

Ambas fuerzas se preparan para una negociación inminente, que tiene tiempo de estar ocurriendo de manera discreta, en los pasillos de la OEA y del Vaticano, mientras se producen los enfrentamientos callejeros.

Al final, si no ocurre una insurrección de las masas, ambas fuerzas terminarán negociando las reformas al régimen político bonapartista, instaurado por Chávez, y el futuro de las instituciones del Estado, creados bajo el chavismo. Lo anterior implica, más temprano que tarde, discutir el futuro de la Constitución de 1999 y su posterior reforma.

Por ello, consciente que el tiempo se agota, el presidente Maduro dio varios pasos al frente al convocar a una ANC mediante el Decreto No 2830, publicado el 3 de mayo en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.295. Entre los objetivos de la ANC, debemos señalar los más importantes: “(…) El perfeccionamiento del sistema económico nacional hacia la Venezuela Potencia, concibiendo el nuevo modelo de la economía post petrolera, mixta, productiva, diversificada, integradora, (….) Constitucionalizar las Misiones y Grandes Misiones Socialistas (….) Constitucionalización de las nuevas formas de la democracia participativa y protagónica, a partir del reconocimiento de los nuevos sujetos del Poder Popular, tales como las Comunas y Consejos Comunales, Consejos de Trabajadores y Trabajadoras, entre otras formas de organización de base territorial y social de la población (…)”

Como se puede observar, los puntos centrales son el futuro del modelo económico basado en las exportaciones petroleras, y las nuevas instituciones que el chavismo pretende institucionalizar, para convertirlas en su principal base de apoyo social en los años venideros.

Maduro pretende convertir la ANC y sus resultados en una gran carta de negociación en el futuro inmediato.

La disolución del voto universal

El artículo 2 del Decreto No 2830, estableció que “Los y las integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente Originaria serán elegidos o elegidas en los ámbitos sectoriales y territoriales, bajo la rectoría del Consejo Nacional Electoral, mediante el voto universal, directo y secreto (…)

La clave de esta convocatoria, que trastoca la esencia democrática de la ANC, es que es convocada por “ámbitos sectoriales y territoriales”, y dentro de esos ámbitos se aplica el voto universal, el cual deja de ser universal para convertirse en sectorial. Esto es un grave retroceso en relación a las revoluciones burguesas que terminaron implantado el voto universal.

Tania D'Amelio, rectora principal del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, explicó que los ciudadanos tendrán “tendrán derecho a votar una vez territorialmente y una vez por el sector y subsector donde aparezca su registro sectorial”. (El Nacional 14/06/2017) Esta votación doble, primero se realizará por voto universal, y después por voto sectorial, destruyendo la esencia democrática del voto universal.

Tibisay Lucena, presidenta del CNE, aclaró que, de los 545 diputados a elegir, 8 serán electos por los pueblos indígenas, 364 a través de votaciones territoriales tradicionales y 173 a través de los “sectores sociales”. (24 electos por los estudiantes, 8 por campesinos y pescadores, 5 por los empresarios, 28 por los pensionistas, 24 por los consejos comunales y 79 por los trabajadores).

Chavismo oficial y chavismo crítico

El ejército, el eje del poder, todavía guarda la disciplina, pero ya se pueden apreciar las primeras fisuras. El mayor general Alexis López Ramírez, renunció a la secretaría al Consejo de Defensa de la Nación (CODENA) expresando públicas críticas al gobierno de Maduro, en torno a la convocatoria de la ANC y la represión contra las manifestaciones opositoras. El oscuro ataque en helicóptero, realizado por Oscar Pérez, contra al Ministerio Público y al TSJ, y el hecho que todavía no ha sido capturado, es otra muestra del malestar dentro de las fuerzas armadas.

Producto de la enorme crisis económica y del enfrentamiento con la derecha agrupada en la MUD, ha surgido una corriente dentro del chavismo, que todavía no tiene una clara expresión orgánica, que se denomina chavismo crítico. A este sector pertenecen los chavistas que han distanciado o roto con el gobierno de Maduro, al que consideran la negación de las enseñanzas de Chávez, pero que al mismo tiempo repudia la ofensiva derechista, a la que considera su enemigo natural.

Entre esta corriente se perfila la Fiscal, Luisa Ortega, la que ha cruzado duros golpes con el gobierno de Maduro y el TSJ que este controla. También podemos ubicar a Henri Falcón, gobernador del estado Lara, a exministros de Chávez como Héctor Navarro, Olly Millán, Ana Elisa Osorio y exmilitares próximos al comandante fallecido como Clíver Alcalá y Miguel Rodríguez Torres.

Pero el chavismo crítico no solo está formado por antiguos altos funcionarios, sino también por un bloque de organizaciones sindicales y sociales, que constituye su verdadera y difusa ala izquierda, muy heterogénea por cierto. La Plataforma del Pueblo en Lucha y del Chavismo Crítico está integrada, entre otros movimientos, por Marea Socialista (MS), Sinatra-UCV, Sirtrasalud – Distrito Capital, Partido Socialismo y Libertad (PSL), Batallón 17 (integrada por funcionarios de la administración pública), Colectivo Cultural Toromayma, Frente Nacional Comunal Simón Bolívar y el Programa “Tripalium, Memorias de la Clase”.

Incluso, decenas de miles de venezolanos que no participan en ninguna organización, se identifican con el chavismo crítico. Según la última encuesta de Datanalisis, para junio de este año la aprobación al gobierno de Maduro rondaba apenas en el 20,8%. El 85% de los encuestados está convencidos de que no es necesario cambiar la Constitución de 1999. El 86,1% considera que es necesario convocar un referéndum consultivo previo, tal y como decreta la Carta Magna, y solo el 13% está de acuerdo con que el presidente la convoque directamente, tal y como se ha hecho hasta el momento.

 “Unidos por la Constitución”

Ante la convocatoria para una ANC, la MUD respondió con la creación del “Movimiento Unidos Por la Constitución”, con el objetivo de crear un movimiento mucho más amplio que la propia MUD, con el objetivo de suscribir un acuerdo con la “sociedad venezolana para avanzar en el rescate final y definitivo de la democracia, la Constitución y la libertad en Venezuela”.

Sin lugar a duda, la MUD trata de atraer más sectores a la lucha común contra el gobierno de Maduro. Para ello se han propuesto crear los Comités por el Rescate de la Democracia (CRD), como organizaciones de base territorial para consolidar la alianza con otros sectores. Finalmente, el 3 de julio, en el Teatro Chacao, en Caracas, se firmó el  “Gran Acuerdo Nacional” en defensa de la Constitución del año 1999.

Maria Corina Machado, dirigente de la MUD, explicó los motivos de la propuesta: "Estamos convocando a universidades, estudiantes, gremios, sindicatos, ONG, empresarios, organizaciones comunitarias y partidos políticos; incluso a sectores chavistas que han manifestado su rechazo a la Constituyente" (AFP 03/06/2017)

Con esta propuesta de frente común, la MUD lo que hizo realmente es tender la mano hacia los sectores del chavismo crítico, para marchar unidos contra el gobierno de Maduro, en la defensa de la Constitución de 1999.

La MUD responde con el referendo

Presionados por la maniobra de Maduro, y alentados por los resultados de la última encuesta de Datanalisis, la MUD ha convocado a un referendo a realizarse el 16 de Julio, para que el pueblo decida si debe convocarse a la ANC propuesta por Maduro.

Que se active Hora Cero, convocamos a todo el pueblo a decidir cuál es la vía de la nación. En virtud del artículo 5, 333 y 350 de la Constitución convocamos este 16 de julio a elegir futuro del país. Queremos que el pueblo decida si rechaza o desconoce Constituyente”, plantea la MUD.

La excarcelación de Leopoldo López

Como un rayo en cielo sereno, pero un hecho bastante previsible, el gobierno de Maduro finalmente cedió a las presiones nacionales e internacionales, otorgándole casa por cárcel a Leopoldo López, el principal dirigente del ala más dura de la derecha venezolana. Pero detrás de las presiones se esconde una nueva maniobra de Maduro.

Hasta el momento el liderazgo de la MUD se disputa entre Enrique Capriles y Henry Ramos Allup, los que tienen más alta intenciones de votos, según la última encuesta de Datanalisis. El inminente retorno de Leopoldo López a la actividad política creará nuevas fisuras dentro de la MUD. Maduro necesita desesperadamente romper o fracturar el gran frente nacional en su contra.

La carreta delante de los bueyes

Toda la discusión en torno a la Constitución de 1999, demuestra que aunque las partes en conflicto no se han sentado a consensuar una agenda para establecer al diálogo que ambos bandos ansían, ya existe un punto común entre la MUD y el chavismo crítico, y es la defensa de la Constitución de 1999, tal como está.

Al producirse esta alianza en los hechos entre la MUD y el chavismo crítico, el gobierno de Maduro pende realmente de un hilo, apoyándose únicamente en los sectores del ejército que todavía lo son leales. El desenlace de la crisis en Venezuela dependerá mucho de lo que ocurra en las próximas semanas, pero de algo si estamos seguros: la transición ha comenzado, y será tortuosa. Los diferentes campos burgueses pueden maniobrar por el solo hecho que los trabajadores, agobiados por la crisis, no se han puesto al frente de la nación, y por lo tanto no han podido plantear e imponer su propia salida.

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