Por Nicolas Lebrun

El 7 de octubre, el movimiento islamista Hamas, mayoritario en la banda de Gaza, lanzó una ofensiva militar contra el estado sionista de Israel. Este hecho inédito desde el punto de vista de la magnitud del ataque ha cambiado mucho la visión sobre el precario equilibrio en el Medio Oriente.

¿Quiénes son y cuál política levanta Hamas?

El Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas nace en el inicio de la primera Intifada en 1987. Localizada en la banda de Gaza, donde después de 2007 controlan políticamente este enclave, lo que ha significado que desde entonces un embargo haya transformado este territorio de dos millones de seres humanos en la prisión a cielo abierto más grande del mundo. En sus orígenes estuvo asociado a los Hermanos Musulmanes, de los cuales, como lo vamos a ver se han ido alejando con la perspectiva de convertirse en un interlocutor creíble ante los ojos del imperialismo y sus aliados en el área.

Este viraje se comenzó a dar en el 2017, diez años casi después de haber tomado el control del territorio. El contexto de aislamiento ante sus antiguos aliados como Siria, pesó para que este movimiento buscara un poco de oxígeno en la escena internacional.

“Coyunturas clave en la historia política postelectoral de Hamás fueron el programa de gobierno de Hamás de 2006, el Acuerdo de La Meca de 2007 y el documento político de Hamás de 2017. Hamás intentó resolver este dilema mediante la implementación de una estrategia que amplificó sus credenciales de resistencia para proporcionarle un baluarte político. Esto permitió a Hamás modular sus posiciones sobre el reconocimiento del Estado israelí y sobre la solución de dos Estados, desde los que se oponían a estas cuestiones hasta las posiciones que las aceptaban condicionalmente. La estrategia de Hamás exhibe flexibilidad ideológica, crecimiento y compromiso, al mismo tiempo que pone advertencias a estos compromisos para darle un margen de maniobra político. Esto ha inducido una sensación de gradualismo a estos compromisos, lo que significa que Hamás ha evitado cualquier cisma interno o una pérdida significativa de apoyo popular. (www.internationalaffairs.org.au)

Sin embargo, al igual que sus enemigos políticos de Al Fatah, que controlan Cisjordania, las concesiones hechas no eran simples declaraciones sin consecuencias. En el pasado, la organización abrogaba por la destrucción del estado sionista sin ambages. Luego de esta reconversión se fueron alineando a la utópica y reaccionaria propuesta de los dos estados con base a las fronteras de 1967.

“No queremos diluir nuestros principios, pero queremos una apertura. Esperamos que (el documento) marque un cambio en la postura de los estados europeos hacia nosotros”, dijo Meshaal a periodistas.

Hamas, que controla la Franja de Gaza desde 2007, dijo en el documento que está de acuerdo con la creación de un estado transicional palestino a lo largo de las fronteras de 1967, cuando Israel capturó Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental en una guerra contra estados árabes. Israel se retiró de Gaza en 2005.

“Hamas defiende la liberación de toda Palestina pero está dispuesto a respaldar las fronteras del Estado de 1967, sin reconocer a Israel o ceder derechos”, sostuvo Meshaal, en un cambio que parece acercar a Hamas a la posición de Fatah.( www.reuters.com)

La ofensiva militar

Este ataque armado llamado “Diluvio sobre Al Aqsa” nombre de la explanada de las mezquitas, sitio de continuos conflictos y provocaciones de la extrema derecha sionista que busca tomar el control absoluto de este sitio sagrado para los musulmanes, empezó con el lanzamiento de cohetes y de una ofensiva terrestre sobre los territorios ocupados por los sionistas.

Esta acción ha sorprendido a toda la comunidad internacional. Los servicios de inteligencia sionistas reputados internacionalmente por su eficacidad, han sido en principio sobrepasados.

Por otro lado, las dificultades ocasionadas por el bloqueo y la usencia de perspectiva por parte de la dirección de Hamas le ha provocado una erosión política que se vio reflejada en las protestas del 2019 reprimidas fuertemente.

“Después de 16 años en el poder en Gaza, no ha logrado establecerse como un modelo envidiable o preferible al de Fatah [y a la Autoridad Palestina liderada por Mahmoud Abbas en Ramala, en Cisjordania]. Del mismo modo, no ha protegido a los residentes de la Franja de Gaza de los ataques israelíes ni les ha evitado los horrores del bloqueo israelí. En segundo lugar, en su relación con sus aliados externos, Hamás también necesitaba restaurar su imagen [desde la guerra de 2014, y especialmente en 2019 y 2022, había sido cada vez más superado por la Yihad Islámica en la confrontación con Israel]. Esto había dañado el prestigio de Hamás ante los iraníes, con todo lo que ello conlleva en términos de apoyo financiero y entrega de armas.” (Courrier International)

Sin embargo, el alcance de esta podría ser muy limitada a pesar de la determinación de los combatientes del Hamas para poner fin al bloqueo y a la ocupación. La ramada israelí tiene un amplio dominio de los cielos y del mar, parte de contar una de las fuerzas armadas más poderosas del planeta. En el momento de escribir estas líneas ha movilizado cerca de 300 000 soldados en la frontera de la franja de Gaza.

La ofensiva diplomática que se ha gestado desde la firma de los acuerdos de Oslo ha sido un cuchillo para el propio pescuezo de la causa palestina, lo que los ha llevado a un mayor aislamiento y como en el caso del gobierno de la Autoridad Palestina, a convertirse en la correa de transmisión de la política represiva del imperialismo y del sionismo. El gobierno de Egipto también ha jugado el rol de punta de lanza de los mismos intereses. Después de los acuerdos de Camp David y hasta este momento, el ejército egipcio ha sido fundamental para cerrar el cerco sobre Gaza, al participar activamente en el bloqueo.

La perspectiva que se levantó en el pasado con el cual una alianza de los países árabes en unidad de acción para destruir militarmente el estado sionista se ha alejado debido a la política nacionalista burguesa de los distintos dirigentes de los países de la región y su sometimiento al imperialismo.

En ese sentido la ofensiva persigue otros fines que por el momento están un poco difusos. Una de las posibilidades consiste en forzar el acercamiento y la normalización de relaciones entre países como Arabia Saudita y el estado sionista. Esta perspectiva parece enfriarse por el momento debido a la oposición interna de la población en el reino saudí.

“Michael Herzog, embajador de Israel en Estados Unidos, dijo el sábado que si muchos países árabes normalizaran las relaciones con Israel, sería una señal de resistencia a Hamas e Irán. "Aquellos que creen que al hacer la guerra pueden socavar los esfuerzos para ampliar el círculo de paz en el Medio Oriente estarán de enhorabuena", dijo en un comunicado. Todos los implicados en la paz y la normalización en Oriente Medio deben estar a favor de cualquier resultado del conflicto que aseste un golpe a Irán y sus aliados". Arabia Saudita no ha reconocido a Israel desde su fundación en 1948, y hasta hace poco su gobierno declaró que no tenía intención de normalizar las relaciones con ese país hasta que aceptara la creación de un Estado palestino.

El sábado, después del ataque de Hamas, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita emitió un comunicado enfatizando la difícil situación de los palestinos, recordando que el reino había advertido repetidamente "de los peligros de una situación que se volvió explosiva por la ocupación persistente, la privación del pueblo palestino de sus derechos legítimos y la repetición de provocaciones sistemáticas contra sus lugares sagrados". La Cancillería saudí también pidió "la implementación de un proceso de paz creíble con miras a una solución de dos Estados".(Courrier International)

La ofensiva del Tet durante la guerra del Vietnam fue un hecho que marcó un antes y un después. El imperialismo yanqui que en la época prometió reducir el país a la edad de piedra y que descargó todo su poderío militar en contra del heroico pueblo vietnamita, no pudo tampoco prever esta ofensiva. El resultado militar de la misma fue un fracaso. Pero el golpe político que se llevó el imperialismo fue enorme.” (BBC.com)

“Al final, los combatientes del norte fueron repelidos y sus pérdidas humanas se contaron por miles. Fue una ofensiva que no tuvo el éxito militar esperado: el ejército survietnamita no colapsó, ni se produjo una revuelta popular.

Pero, en alguna medida, fue una victoria política.

"El ataque sorpresa causó un fuerte impacto en la opinión pública de Estados Unidos, que comenzó a rechazar la guerra y a retirarle su apoyo", señaló el periodista de la BBC.” (BBC.com)

La crisis política que vive el gobierno de Netanyahu podría revertirse momentáneamente y la burguesía cerraría filas con él hasta que pase la crisis. Su alianza con la extrema derecha integrista judía, no le deja mucho margen. En ese sentido el anuncio de gobierno de unidad nacional es un paso para tratar de solventarla.

“Dos exgenerales que ejercieron como jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y dirigieron operaciones de Gaza, los dirigentes políticos centristas Benny Gantz y Gadi Eisenkot, se suman al núcleo duro del Gabinete de guerra. El líder de la oposición, el ex primer ministro liberal Yair Lapid, se ha negado a formar parte de una gran coalición mientras permanezcan en su seno los partidos de la extrema derecha y las fuerzas xenófobas antiárabes. En principio, Gideon Saar, líder conservador disidente del partido Likud de Netanyahu, se incorpora también al Ejecutivo.

Netanyahu ha afirmado este miércoles que “todo miembro de Hamás es hombre muerto”. Mientras, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha prometido “borrar a Hamás de la faz de la tierra”.(El País)

Por otro lado, los yanquis se encuentran en una posición de fragilidad porque no estaba en sus planes abrir un nuevo frente. La guerra en Ucrania comienza a desgastar políticamente al gobierno de Biden y el objetivo mayor del imperialismo que es el de retomar todas sus fuerzas para enfrentar al imperialismo chino podría verse comprometida.

Con el pueblo de Palestina, contra la agresión imperialista

Hoy los imperialistas de toda índole cierran filas con el estado sionista calificando los actos de terroristas. Sin embargo, como la memoria es política y la historia la escriben a su antojo, se “olvidan” que las bases del estado sionista están construidas con organizaciones terroristas como el Irún con Moshé Dayan a la cabeza.

Las declaraciones del ministro de defensa muestran el racismo intrínseco del sionismo y su política que busca la erradicación del pueblo palestino

“El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha ordenado que se imponga un "completo asedio" sobre la Franja de Gaza, de tal manera que el territorio costero controlado por Hamás no reciba ni suministro eléctrico, ni combustible, ni comida. "Estamos luchamos con animales humanos y actuaremos de la misma manera", ha señalado Gallant este lunes, en un contundente mensaje desde la base del Mando Sur en Beersheba con el que ha dejado claro que "todo estará cerrado" a partir de ahora, según 'The Times of Israel'.(infobae)

Desde el PSOCA a pesar de nuestras diferencias políticas con la dirección de Hamas nos colocamos al lado del pueblo palestino y llamamos a manifestar en contra de la nueva masacre en curso y que tiende a recrudecer. El enemigo sionista es el enemigo de los trabajadores y de los pueblos oprimidos del planeta.

Por Armado Sosa

Si se hace un breve vistazo sobre los últimos acontecimientos en los titulares de la prensa, sobresalen entre otros, las masivas movilizaciones en Francia, contra la reforma de las pensiones y en el estado sionista de Israel.

Cabe señalar, que a pesar del tiempo que ha pasado entre el inicio de estas hasta ahora, las masas no ceden terreno. A pesar, en el caso de Francia, de la aprobación en el Senado y el consiguiente decreto conocido como 49.3 o en Israel de la supuesta pausa declarada por el presidente Netanyahu en su intención de hacer pasar una reforma constitucional en la cual el poder legislativo, el Knneset no sería cuestionado por la Corte Suprema, las protestas no han decaído, al contrario, se han radicalizado, en el principio de una situación revolucionaria.

Israel: Bibi quiere tener plenos poderes

Después de un resultado negativo en dos elecciones parlamentarias que le impidieron formar una coalición para erigirse en primer ministro y sacudido por diversos escándalos de corrupción que a la postre fueron dejados de lado por sus aliados, Netanyahu pudo por fin conseguir su objetivo. Esto fue posible por el acuerdo logrado con los aliados provenientes de los grupos de la extrema derecha y fundamentalistas religiosos. A finales de diciembre, después de dos gobiernos efímeros de sus rivales políticos, Nafatli Bennett y Yahir Lapid, los cuales estuvieron unos dieciocho días el primero y   cuatro meses con veintinueve días el segundo, llegó el turno de Bibi. Desde el 2019, se han llevado a cabo cinco elecciones parlamentarias, lo cual se produce cuando el gobierno de coalición no puede seguir adelante. Y a pesar de estos procesos electorales, las bancadas políticas representadas no han podido lograr conformar un gobierno estable.

La crisis política que atraviesa el estado sionista no tiene casi comparación con las precedentes. El primer aliado del imperialismo yanqui en la región, enclave para contrarrestar la revolución de los países árabes y otras nacionalidades del área, es materia de inquietud para el campo imperialista.

El desgaste de su principal aliado político con veinte años en el poder, puede fragilizar la posición del país para seguir con cometido.

“"Es obvio que ahora es una cuestión de supervivencia política", opina para la BBC el profesor Yuval Shany, investigador del Instituto de la Democracia de Israel.

Shany explica que el problema real para el primer ministro es que "estará condenado si detiene la reforma, pero también si sigue adelante".

La presión sobre Netanyahu es tal que "realmente no tiene opción política más que detener o al menos pausar la legislación", algo que anunció este lunes.

El especialista añade que esto puede causar "que algunas facciones de extrema derecha abandonen la coalición y que el ministro de Justicia renuncie". (BBC)

Por otra parte, el mensaje de la administración Biden va en el sentido de lograr apaciguar la crisis y dar un respiro en medio de un incremento de las tensiones entre los diferentes campos imperialistas. Es evidente que el proyecto de Netanyahu ha obtenido con el visto bueno de los yanquis.

“Inmediatamente después del anuncio del primer ministro [Benjamín] Netanyahu sobre la suspensión de la legislación sobre la reforma judicial para permitir el diálogo, la Casa Blanca se apresuró a saludar calurosamente la noticia y enfatizó que su posición desde un principio ha sido que los líderes israelíes deben “encontrar un compromiso tan pronto como sea posible”.

“Pero en respuesta a una pregunta (el 28 de marzo), el presidente [Joe] Biden afirmó que “al igual que muchos firmes partidarios de Israel, estoy muy preocupado… No pueden continuar por este camino. Y lo he dejado en claro. Esperemos que el primer ministro actúe de manera que intente llegar a un verdadero compromiso. Pero eso está por verse” (Aurora-Israel.co)

En el último momento ha echado marcha atrás también en la destitución del ministro de defensa que salió a criticar la reforma, una prueba más del turbio panorama en el que se mueve el primer ministro.

Si bien las masas han obtenido un triunfo parcial, etas no son ingenuas y han redoblado las movilizaciones. Los sindicatos han hecho un llamado a la huelga general. La pérdida de confianza de la juventud también es manifiesta. Por un lado, se niegan a seguir los dictados de los grupos integristas judíos en el gobierno que buscan recortar las libertades democráticas y por otro el descontento se manifiesta en la oposición de incorporarse a las fuerzas armadas. Es lógico que como lo han proclamado algunos dirigentes sionistas, esto representa un problema de seguridad nacional.

Francia: Macron se tambalea, la lucha se radicaliza

Las movilizaciones en el hexágono no han cesado. Día tras día, en las principales ciudades, sectores distintos de la población salen a manifestar sin dejarse amilanar por la feroz represión de los gendarmes de los CRS.

De la misma manera, trabajadores de distintos sectores, en forma aleatoria declaran la huelga. Esta semana, durante las vacaciones de Pascuas que se dan por regiones , los trabajadores aeroportuarios han anunciado sumarse este jueves a la onceava jornada de movilización convocada por la intersindical. Esto tiene serias repercusiones sobre los vuelos a nivel continental.

“La escala de estas cancelaciones preventivas es ligeramente inferior a la del 6 de abril, cuando se vieron afectadas cuatro plataformas regionales. Estas supresiones de parte de los horarios de los vuelos de salida y de llegada permiten adecuarlos al número de controladores aéreos en su puesto y, por tanto, evitar perturbaciones aún mayores. A pesar de estas medidas, “no obstante, se esperan disturbios y retrasos” el jueves, subrayó la DGAC en su comunicado de prensa. Además de los aeropuertos, las interrupciones pueden afectar a ciertos centros de navegación aérea en ruta (CRNA), que guían a las aeronaves que sobrevuelan el territorio nacional. Dada la posición geográfica de Francia, estas huelgas tienen efectos en cascada en todo el tráfico aéreo europeo, lo que irrita a muchas compañías extranjeras que se ven obligadas a cancelar o retrasar vuelos.” Le Monde

La papa caliente la tiene ahora la Corte Constitucional que debe manifestarse sobre la reforma pasada a la fuerza vía el articulo 49.3. Sin embargo, el recurso de la corte no debería ser muy sorprendente. El pronunciamiento se haría este viernes catorce de abril. La composición de esta corte es muy politizada.

“Los "sabios" deberán rendir "dos decisiones": una sobre la constitucionalidad del proyecto de ley aprobado en el Parlamento tras un recurso al 49.3, y otra sobre la admisibilidad de la solicitud de referéndum de iniciativa compartida (RIP siglas en francés ndlr) lanzada desde la izquierda. Como es habitual en cada ley, la primera ministra Elisabeth Borne se había presentado directamente en el Consejo Constitucional el 21 de marzo para verificar la constitucionalidad del texto que retrasa la edad legal de salida a los 64 años. Este alto órgano del Estado está compuesto por nueve miembros, designados por el poder político (Presidente de la República, Presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado) y principalmente de las filas de la derecha, incluyendo, por ejemplo, al ex Primer Ministro Alain Jupe. Actualmente lo preside otro ex primer ministro: Laurent Fabius, del Partido Socialista.”(France 24)

Las direcciones sindicales tuvieron un encuentro con la primera ministra Elisabeth Borne y otros miembros del gobierno del cual no salió el mayor resultado.

Los dirigentes de las centrales sindicales han tratado de lograr entrar en razón a este grupo de “sabios” de la corte, de clara orientación liberal.

“la tensión entre los sindicatos y el gobierno no ha disminuido. Y según los representantes de los trabajadores, este diálogo de sordos reforzará las manifestaciones contra la reforma. Por ello llaman a una fuerte movilización este jueves 6 de abril. Luego, quedan suspendidas a la decisión del Consejo Constitucional, el 14 de abril. “Apelamos a la sabiduría del Consejo Constitucional. Debe oír que la democracia necesita apaciguamiento”, espera Laurent Berger (CFDT, ndlr). Y si el Consejo Constitucional valida la reforma, los dirigentes gremiales recuerdan la posibilidad que aún queda en manos del presidente de la República, Emmanuel Macron, de no promulgar el texto.” (Capital.fr)

¿Cuál es la salida?

En ambos casos las protestas callejeras ganan terreno propiciando las condiciones para hacer caer los respectivos gobiernos que vienen fragilizados no de ahora si no desde hace tiempo.

En el caso de Israel, si Netanyahu entierra su proyecto de ley, la coalición con la cual ha asumido el poder, podría resquebrajarse y provocar un nuevo llamado a elecciones sin perspectiva de solución a corto plazo para constituir un recambio. Las masas lo saben y no ceden en su afán de lograr el objetivo.

En Francia, la posición del gobierno de Macron hace aguas en todos los frentes, interno y externo.

Las direcciones sindicales en lugar de levantar expectativas en los fallos de la corte, deberían estar armando la huelga general para echar por la fuerza de la movilización el nefasto proyecto.

Por Nicolás Lebrun

Hace escasos diez años, el mundo descubría las primeras imágenes de las masivas

 manifestaciones que se daban en Túnez pidiendo que la caída del gobierno, entonces dirigido por el dictador Zine Ben Alí quien estuvo en el poder durante casi dos décadas.

Esta dictadura, evidentemente tuvo el beneplácito de las grandes potencias imperialistas, que obtuvieron y todavía obtienen grandes réditos de la sobre explotación de las masas de trabajadores tunecinos.

Esta chispa que se encendió rápidamente en los países vecinos, que como en el caso tunecino se encontraban subyugados por gobiernos dictatoriales que no solo le pasaban la factura de la crisis del 2008 a las masas, sino que, en el mosaico de la repartición colonial y post colonial de las fronteras nacionales, también oprimían y continúan haciéndolo hasta el presente, las minorías étnicas y nacionales como el caso de los bereberes. Este pueblo bereber se encuentra esparcido principalmente dentro de las fronteras nacionales de Argelia y Marruecos, donde son discriminados y perseguidos por el régimen a causa de sus reivindicaciones autonómicas.

La correlación de fuerzas ha cambiado

La cúspide de estas movilizaciones desencadenadas en el norte de África y el Oriente Medio fueron por un lado la caída de las dictaduras de Mubarak y de Gadafi, mientras que en Siria se daba paso a otro proceso revolucionario que desencadenaría una cruenta guerra civil que lleva centenas de miles de muertos y millones de refugiados.

El gobierno genocida de Al Assad parece que tiene la partida ganada. Después de que las masas lo pusieran contra las cuerdas y perdiera el control de la mayor parte del territorio, en este momento ha recuperado la casi totalidad de los terrenos perdidos.

Esto ha sido posible por el apoyo directo e indirecto de las potencias imperialistas, que temían como a la peste el triunfo de un proceso revolucionario en el área que pudiera cambiar la correlación de fuerzas. Las burguesías nacionales de los países árabes, han jugado un rol contrarrevolucionario de diversas maneras.

En el crisol que representa el mundo árabe, los aliados a las monarquías del Golfo Pérsico y de Ankara han jugado un doble rol. Por un lado, se han encargado de financiar y armar milicias sunitas, entre ellas el desmembrado ISIS.

Igualmente, el gobierno de Erdogan trata de tomar un papel más preponderante en el área y se ha convertido en un aliado estratégico del gobierno de Putin.

“Tanto Erdogan como Putin consideran que el mundo es multipolar y que sus países merecen, junto con China y otros emergentes, una cuota de poder mayor frente a Estados Unidos y Europa.

Pinar Tank indica que la nueva alianza entre Moscú y Ankara "no debe ser vista como un reemplazo de la OTAN, sino como una asociación de conveniencia que sirve para proteger los intereses nacionales de las dos partes: el deseo turco de contar con una política exterior más autónoma y el de Rusia de desafiar la relación de Turquía con la OTAN".

Pese a las discrepancias regionales, los dos países tienen una estrecha relación económica. Rusia es el tercer socio comercial de Turquía y su principal proveedor de energía, y le construirá una planta nuclear.

En enero pasado, los dos países decidieron seguir adelante con el proyecto de un gasoducto de 930 kilómetros que cruza el mar Negro (y evita el paso por Ucrania) para proveer gas a Europa.” (BBC Mundo 9/10/2020)

Por otro lado, Irán, de corriente chiita, ha logrado desplegar también sus milicias, de un lado “voluntarios” enviados a combatir a los enemigos de El Assad y, por otro lado, las milicias de Hezbola, asentadas en el Líbano. Estos últimos con una larga experiencia militar, al punto de ser responsables de una feroz resistencia que a la postre significó el retiro de las tropas sionistas luego de la última invasión del Líbano.

“De hecho, el presidente sirio agradeció al pueblo y a los dirigentes de Irán su apoyo en la lucha contra el terrorismo en Siria y abogó por estrechar aún más los lazos, también económicos.

"Irán y Siria deben desarrollar continuamente sus relaciones económicas porque serán un factor importante para anular los complots de los enemigos contra las dos naciones", dijo Al Asad.

Después del apoyo militar prestado por Irán, fundamental para el régimen sirio en su lucha contra la oposición armada y los grupos terroristas, Teherán se dispone ahora a jugar un papel destacado en la reconstrucción de Siria.” (La Vanguardia, 25/02/2019)

Por otro lado, las masas egipcias que derrocaron la dictadura de Mubarak vuelven a hacer frente a la continuación del régimen totalitario de los militares, esta vez personificado por el general Al Sisi. Este país que posee una vital posición estratégica ha sido un bastión en primer lugar del imperialismo inglés, para luego pasar bajo la égida de los yanquis. No es en el balde que este gobierno haya sido el primero del mundo árabe en reconocer al estado sionista de Israel.

En otro rincón del área, la guerra civil en Yemen también ha sido un teatro de operaciones en el cual las diferentes potencias han apostado al aplastamiento de la insurrección debido a que esta no les permite obtener el control de este punto estratégico de control del Golfo de Adén y su acceso al mar Rojo por donde transitan los tanqueros que abastecen una buena parte del petróleo que se consume en el mundo.

La guerra civil en Libia sigue su curso, diez años después luego de la caída del gobierno dictatorial de Gadafi.

“El conflicto ha paralizado las instituciones y la economía de Libia y ha dejado al país fragmentado con distintos grupos peleándose por el poder. Al este, el hombre fuerte sigue siendo el militar Jalifa Hafter, mientras que en el oeste del país gobierna Fayez al Serraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional, creado en 2015 con el apoyo de Naciones Unidas.

Según los analistas internacionales, la lucha por controlar los recursos energéticos de la zona, especialmente el petróleo, es una de las razones que se encuentran detrás de la guerra en Libia y otros países de la región.” (La Vanguardia 15/02/2021)

Ambos bandos son apoyados por diferentes bloques de naciones imperialistas, cada cual con intereses específicos para asegurarse su parte del botín de guerra que representan las reservas petroleras que posee el territorio libio.

La cuestión palestina ha sufrido también sus golpes. La política agresiva que lanzó la administración de Trump fue de lograr acuerpar toda una serie de gobiernos serviles como lo son los de las monarquías del golfo y la monarquía marroquí para establecer acuerdos de reconocimiento del estado sionista mediando de por medio acuerdos económicos y militares además como en el caso de Marruecos, del reconocimiento por parte del gobierno yanqui de la “soberanía” sobre el Sahara Occidental desconociendo como era la costumbre de esta administración de los tratados vigentes. Mientras esto sucede, la política de construir asentamientos de colonos sigue a marcha acelerada con la complicidad de todas las potencias imperialistas que se contentan en poner notas al pie de página una vez que los hechos se han consumado.

El aislamiento de la población de la Franja de Gaza se ha recrudecido, dejando a millones de personas desprovistas de los medios indispensables para sobrevivir dignamente.

De hecho, cuando vemos la dinámica que se ha dado en la última década, la contención de la primavera árabe ha pasado por varias políticas que van desde la reacción democrática hasta la intervención militar directa de las grandes potencias o de países que buscan sacar su parte del pastel.

En Túnez, las masas lograron imponer elecciones directas que en un primer momento dieron como triunfador al partido islamista Ennhada que ha representado la continuidad de la política del antiguo régimen. Represión, crisis política y económica han marcad la década subsiguiente a la caída de la dictadura.

“La cooperación internacional no ha demostrado una gran capacidad de leer los procesos y la estructura de Túnez”, continúa Clara Capelli. “El FMI llegó con su habitual paquete preconstituido de reformas, la más grave en términos absolutos fue la depreciación del dinar frente al euro, que provocó un importante y muy doloroso empujón inflacionario”. La inflación ha agravado aún más las ya precarias condiciones salariales de las clases bajas de la sociedad. Según el portal de análisis Statista, el desempleo ha subido al 16%, el desempleo juvenil al 36,6%, cifras nunca tan altas desde 2013.” (El Salto Diario17/12/2020)

La falta de confianza de las masas en el régimen ha hecho que la participación en las últimas elecciones haya caído enormemente, llegando al 30% en 2019.

Derrota o retroceso

A pesar de la derrota del proceso revolucionario en Siria y de la represión que no ha cesado en el conjunto de los países del Magreb y del Medio Oriente, la situación sigue abierta.

Las condiciones materiales, la crisis política, la pandemia y otros elementos abren la puerta a que de nuevo puedan darse elementos que aceleren la movilización de las masas.

Mientras tanto, un éxodo masivo de jóvenes se sigue dando con rumbo a Europa, lo que se convertido en una crisis humanitaria y política que golpea las puertas del continente.


Por Nicolas Lebrun

El pasado 15 de setiembre se firmó un acuerdo presentado por la administración Trump como un acuerdo de paz entre los Emiratos Árabes Unidos –Bahréin e Israel. Cabe notar en primer lugar que estos acuerdos no pueden ser denominados de paz, puesto que no existe ni ha existido un conflicto declarado entre los países signatarios. Este detalle sin embargo no le quita los efectos nefastos que recaen sobre el pueblo palestino y la aspiración histórica de recuperar su territorio desmantelado por la ocupación sionista sostenida por los Estados Unidos en todos sus ámbitos, sean económicos como políticos y militares.

El enclave sionista en el Medio Oriente vino a cambiar las relaciones de fuerzas entre las viejas potencias imperialistas europeas que poco a poco fueron perdiendo ( y lo siguen haciendo) su influencia en sus viejas colonias y protectorados. Este vacío no duraría mucho tiempo, ya que los yanquis estaban listos a suplir en materiales militares, tropas y acuerdos económicos a las monarquías de la península Arabe, asi como el resto de los países del área.

Un acuerdo (más) contra revolucionario

Lo más temido por las burguesías del Medio Oriente y las potencias imperialistas es el resurgimiento de una nueva intifada como la de fines de los años 80 que vuelva a poner contra las cuerdas al estado sionista. Un triunfo de las masas palestinas contra el estado de Israel, supondría un efecto multiplicador que socavaría las bases de todos los estados del Medio Oriente, pero podría ir todavía más allá y abarcar los países del Magreb, la misma Turquía y por qué no la república islámica de Irán.

Es por esto que un cerco militar, político, económico y diplomático se ha ido tejiendo a lo largo de los últimos años, con el fin de reventar al pueblo palestino en todos los frentes. Los acuerdos de Oslo no han sido más que un espejismo y la solución a dos estados no ha sido más que el sumun de la distopía reaccionaria.

Durante todo este tiempo, los diferentes gobiernos sionistas no han cesado de construir asentamientos de colonos en los territorios ocupados violando todas las resoluciones emitidas por las Naciones Unidas. Todas las condenas al estado sionista no han sido que palabras que se las lleva el viento puesto que no hay ninguna fuerza detrás con capacidad de imponerlas. El enclave sionista está bien respaldado por su creador, el cual no ha permitido que nadie toque a su creación.

LA derrota de la primavera árabe, la gran movilización de masas que puso en jaque a casi todos los gobiernos del norte de África y supuso la caída de regímenes como el de Ben Ali en Túnez, que fue la campanada de inicio. El polvorín se fue esparciendo, provocando también la caída de Mubarak en Egipto, luego de enormes movilizaciones reprimidas a sangre y fuego por el régimen, así como el desmantelamiento del estado libio luego de la caída estrepitosa de Gadafi. La guerra civil en Siria ha sido el punto más álgido de este proceso y que hasta el momento el signo de la derrota de las masas producto de la más brutal represión del gobierno de El Assad y sus aliados han impedido el triunfo.

Esta primavera también tocó el a las monarquías de la península en mayor y menor medidas. Todos estos regímenes se basan en modelos autocráticos con pocas libertades democráticas. Concretamente en los EAU esto se presenta de la siguiente manera:

“El derecho a voto está muy restringido en Emiratos: solo algo más de 300.000 ciudadanos puede votar. Los votantes son seleccionados representativamente por el Comité Electoral Nacional siguiendo parámetros de edad, sexo, formación o comarca. Las primeras elecciones se celebraron en 2006, en las que solo se permitió la participación de 6.000 hombres y mujeres. Desde entonces, el censo ha ido ampliándose a 130.000 en 2011 y a los actuales 300.000 en 2019. 180 mujeres llegaron a presentarse a las urnas ese año, en las últimas votaciones, aunque solo siete han llegado a formar parte del Consejo Nacional Federal. “ (elordenmundial.com)

 Esto no los ha dejado inmunes a la ola de movilizaciones y de los conflictos militares como el que se lleva a cabo en Yemen. Los EAU, potencia militar  en crecimiento, ha jugado un papel preponderante.

“Emiratos Árabes Unidos ha utilizado sus bien equipadas fuerzas armadas en Libia y Yemen. Pero su enemigo potencial más serio es Irán, justo al otro lado del Golfo.

Las bases aéreas locales de Israel están a un largo vuelo de Irán. Los Emiratos están al otro lado de las aguas del Golfo. Eso sería muy significativo si se volviera a hablar de ataques aéreos contra las instalaciones nucleares de Irán.” www.bbc.com

Esta fuerza militar ha sido posible gracias a la cooperación con el gobierno de los Estados Unidos, cooperación que se extiende desde la salida de los ingleses en 1971.

“Tras su independencia, Emiratos pronto se convirtió en un estrecho aliado de EE. UU., que mantiene unos 5.000 soldados desplegados en el país, entre el puerto de Jabel Ali, próximo a Dubái, la base aérea de Al Zafra y la base naval de Fuyaira. Bajo la Administración Trump, las relaciones entre Emiratos y Estados Unidos se han reforzado, dado que ambos rechazan el ascenso regional de Irán y están preocupados por la estabilidad del golfo Pérsico.” (elordenmundial.com)

El acuerdo que según la diplomacia emiratí representa un gran avance porque detiene los asentamientos en las zonas ocupadas no es más que un atolillo con el dedo. Casi inmediatamente el anuncio del acuerdo, el presidente del estado sionista, Benjamín Netanyahu salió al paso de lo declarado por el ministro de relaciones exteriores del emirato, Anwar Gargash, con respecto al fin de la construcción de nuevos asentamientos, precisando que solo es una “posposición”

Este acuerdo es un retroceso incluso con respecto a las declaraciones anteriores de los países árabes.

“El acuerdo significa el principio del fin de las viejas premisas de la cumbre árabe de Kartum del 1 de septiembre de 1967, que había dado lugar a la resolución que enmarco sus tres No históricos (“no” al dialogo con Israel, “no” a su reconocimiento y “no” a la paz con el estado judío). Sin embargo, los parámetros actuales que permitieron arribar al acuerdo se fundaron en una iniciativa árabe de paz incluyendo en las nuevas relaciones con Israel una solución que dé lugar al proyecto demorado por mucho tiempo de dos estados con los palestinos. “ www.infobae.com

La última declaración del 2002 mantenía el espíritu de la anterior. El viraje que han tenido los países sunitas, etnia mayoritaria en la casi totalidad de los países de la península y en otros países de confesión musulmana, es deplorable. Lo que ha cosechado la administración Trump no es solo el fruto de su nuevo estilo diplomático. La política imperialista ha buscado aislar al máximo al pueblo palestino con el contubernio de los gobiernos cipayos.

“Este avance diplomático es tanto más espectacular cuanto que torpedeó el consenso árabe adoptado en 2002, según el cual Israel solo sería reconocido a cambio de la retirada israelí de los asentamientos ocupados ilegalmente en Cisjordania desde la Guerra de los Seis Días en 1967. Pero frente al creciente intervencionismo de la República Islámica de Irán en la región, el Estado hebreo y los países del Golfo han encontrado un enemigo común y durante diez años han multiplicado los acercamientos discretos sobre los planes estratégicos y de seguridad, relegando al segundo plano la cuestión palestina” (www.lepoint.fr)

El ministro de Relaciones exteriores del emirato niega consecuentemente que este acuerdo se basa en una estrategia para aislar a Irán, en consonancia a la política yanqui.

“No, no creo que este acuerdo se centre en Irán. Se trata de nosotros, de cómo vemos nuestras relaciones y de cambiar una política que no ha tenido éxito. Ahora bien, si se mira a nivel regional, hay que admitir que las declaraciones belicosas frente a los países del Golfo han creado un entorno que ha facilitado lo que está sucediendo hoy. Pero, repito, esto no tiene relación con Irán, un país con el que tenemos desacuerdos que hemos decidido resolver mediante la desescalada y la diplomacia. No tenemos ningún interés en ver el Golfo (convertirse) en una zona de confrontación.” (lepoint.fr)

Las reacciones de la ONU y de los países imperialistas han sido positivas al acuerdo. Con esto buscan no aislarse del una potencia económica y militar estratégica como la de los EUA. Las inversiones de los emiratos en varios países europeos son muy importantes. Dubai es un centro importante del turismo y del comercio mundial. El fondo soberano es de 828 000 millones de dólares uno de los más grandes del mundo.

“Francia acogió con satisfacción este acuerdo el viernes, pero también la decisión de Israel de "suspender la anexión de territorios palestinos". Londres también elogió “un paso histórico que ve la normalización de las relaciones entre dos grandes amigos del Reino Unido”, mientras que Berlín lo ve como una “importante contribución a la paz”. Egipto también aplaudió el anuncio, al igual que el Sultanato de Omán y Bahréin, un pequeño estado del Golfo.” (leparisien.fr)

Con las masas palestinas

Los acuerdos como este no han sido ni los primeros ni los últimos que han quedado en el cajón de la basura de la historia. En este sentido, el rol determinante es el que pueden jugar las masas palestinas que siguen resistiendo en condiciones infrahumanas en las ratoneras que ha impuesto el estadio sionista. En las fronteras de los países vecinos, se encuentran también millones de palestinos en campos de refugiados sufriendo casi la misma suerte de sus compatriotas dentro de los guetos.

La crisis económica y sanitaria causada por la pandemia tampoco dejan inmune a estos gobiernos de la península, por muchos recursos que tengan.

La crisis política, social y económica también golpea al estado artificial de Israel. Todos estos elementos hacen posible que nuevas movilizaciones se den, pero con el consecuente problema de la dirección. La OLP claudicó a las aspiraciones históricas del pueblo palestino cuya élite se ha enriquecido de los manejos de fondos de la ANP.

Pero así, como en 1987 la juventud palestina se movilizó e hizo temblar los cimientos del apartheid sionista, desde el PSOCA apostamos por una nueva insurrección que pueda hacer explotar el régimen racista de ocupación.


Por Youssef El Maldi

A finales del mes pasado, el presidente Trump en conjunto con el primer ministro del estado sionista de Israel, Benjamín Netanyahu, anunciaban con gran pompa el lanzamiento del denominado plan de paz Krushner, apellido del yerno del presidente yanqui y su principal asesor en la región.

El contexto en el que se anunciaba este esperpento jurídico e histórico es bien importante. Cerca del final del proceso de impeachment y en plena campaña presidencial, el inquilino de la casa blanca necesitaba salir con una posición de fuerza que les acercara a los sectores mas conservadores, los grupos fundamentalistas evangélicos, fuente importante de los votos obtenidos en el pasado proceso electoral.

Por otro lado, el primer ministro Netanyahu, se ha visto en una precaria situación al ser acusado por corrupción, lo que ha sorteado de manera olímpica para seguir en la contienda electoral dentro del estado sionista. Netanyahu también representa a los sectores más conservadores del espectro político del enclave imperialista. Los judíos ortodoxos son parte de su base de apoyo y este plan representa también los ideales de este grupo que pretende deshacerse de la presencia palestina dentro de sus fronteras

“El 100% de lo anunciado ya se lo había oído en 2012 a [Benjamín] Netanyahu”, aseguraba el miércoles el veterano negociador palestino Saeb Erekat. “Trump se ha limitado a copiar y pegar los planes israelíes”, remachó el rechazo frontal a una propuesta de acuerdo que calificó de parcial. (El Pais 30/01/2020)

Cincos aspectos centrales del Plan Trump

Los principales puntos de este infame proyecto son los siguientes:

1.- “Seguridad.

En las zonas de Cisjordania no anexionadas por Israel podrá surgir un nuevo Estado de Palestina sin control sobre sus fronteras, donde “el tránsito de personas y bienes será supervisado por Israel”. Israel mantendría en última instancia el control militar o, como reza el texto del plan, “la responsabilidad esencial sobre la seguridad”.

La libertad de movimientos de los palestinos queda a expensas de la creación de una red de “vías rápidas” separadas y de “soluciones de infraestructuras como túneles y pasos elevados” entre los enclaves que, a modo de bantustanes, conformarán el territorio palestino entre áreas y asentamientos absorbidos por Israel.

El intercambio de territorios ofrecido a los palestinos en compensación parcial por las anexiones se localizará en el desierto del Negev, junto a la frontera de Egipto, Este intercambio de población, “sujeto al acuerdo entre las partes”, suscita dudas sobre su legalidad internacional.

2.- Jerusalén.

La asimetría del plan de paz tiene su máxima expresión en Jerusalén, precisamente donde se concentran los símbolos del conflicto y los lugares sagrados de las tres religiones monoteístas. Después de haberla reconocido como “soberana capital” de Israel en 2017, Trump la declara ahora “indivisible”, cerrando el paso a la reivindicación histórica palestina de establecer la capital de su Estado en la parte oriental de la Ciudad Santa.

Como compensación, los palestinos podrán instalar la sede de sus instituciones en la periferia de Jerusalén Este,

3.- Asentamientos.

El Gobierno de Netanyahu aspira a anexionar todas las colonias israelíes en Cisjordania, incluidas las más aisladas en el interior del territorio ocupado palestino. El plan de paz reconoce esta reivindicación del sionismo revisionista o conservador sobre las bíblicas tierras de Judea y Samaria. En contrapartida impone la congelación durante cuatro años de la expansión de los asentamientos.

Junto con el valle del Jordán, la incorporación de las colonias a Israel restará más de un 30% de su territorio a Cisjordania. La iniciativa de la Casa Blanca también garantiza el control israelí sobre el centro histórico de Hebrón, donde judíos y musulmanes se disputan como lugar sagrado la Cueva de los Patriarcas o Mezquita de Ibrahim. El tortuoso diseño del “mapa conceptual” que acompaña el plan pone de relieve la cesión de EE UU en favor del interés de Israel sobre las colonias.

4. Refugiados

Para los cinco millones de palestinos registrados por Naciones Unidas entre quienes se vieron obligados a dejar sus casas en 1948 —así como a sus descendientes— tras el nacimiento del Estado de Israel la propuesta no ofrece soluciones ni derecho al retorno, más allá de las compensaciones económicas que se les puedan reconocer.

5.- El plan económico.

Presentada en el foro de Baréin en 2019, la promesa de inyectar 50.000 millones de dólares durante 10 años es el mayor incentivo presentado a los palestinos y a los países árabes vecinos para que se adhieran al plan de Trump, a pesar de su insignificancia política.”(El Pais 30/01/2020)

La continuidad de los Acuerdos de Oslo

En 1993, luego de una serie de negociaciones secretas, la dirección de la OLP firmó un acuerdo con Israel, bajo la tutela de Washington, conocidos como Acuerdos de Oslo. En 1948, cuando el estalinismo avaló la creación del estado sionista de Israel, el trotskismo advirtió sobre la trampa de ese acuerdo y sobre la ilusión que representaba la supuesta solución de “dos estados”, una israelita y otro palestino. Pero “para verdades el tiempo”, aunque en este caso las masas palestinas han pagado con sangre, sudor y lágrimas la claudicación de la dirección mayoritaria de Al Fatah y su líder Yasser Arafat.

El acuerdo de Oslo también incluía un importante paquete de “ayuda” militar y económica a la Autoridad Palestina que le ha permitido crear un aparato de seguridad para controlar todo lo que huela a oposición. La colaboración con los servicios secretos estadounidenses se ha dado sin que esto provoque el más mínimo sonrojo de los líderes de Al Fatah en el poder. Además de esto, parte de este dinero ha servido también para crear una especie de nueva burguesía palestina dentro de los territorios que se ha enriquecido a golpe de escándalos de corrupción y otros negocios.

“El secretario general de la OLP, Saeb Erekat, recuerda que "cuando se firmó el acuerdo, el 82% de los palestinos nos apoyaron porque vieron una esperanza. Pero entonces vieron que todo seguía igual, colonias, redadas, demoliciones…" (El Mundo 13/09/2018)

Las corrientes islamistas, fundamentalmente ligadas al grupo libanés Hamas, son las que controlan la franja de Gaza, el más grande gueto de la historia moderna. Las repetidas intervenciones militares sionistas contra la población de esta franja han sido cruentas. Sin embargo, la resistencia legitima del pueblo palestino en contra del bloqueo criminal de las autoridades sionistas con la complicidad de Egipto y otros países árabes, no ha cesado, pero está lejos de crear una movilización como la producida en 1987 conocida como la Intifada que se saldó con las negociaciones que llevaron al acuerdo de Oslo con el consecuente desmantelamiento de la movilización.

Esto no implica que los socialistas revolucionarios demos un cheque en blanco a estas corrientes que enfrentan el sionismo. Sabemos que los fundamentalistas religiosos de cualquier índole son a la postre enemigos de la clase trabajadora y de sus organizaciones. Pero esto no equivale a decir que cuando estas mismas organizaciones se defienden de la agresión imperialista en los exiguos territorios que representan a la autoridad palestina, nosotros estemos del lado de ellos para enfrentar al sionismo, columna vertebral del imperialismo yanqui en el Medio Oriente.

Todo esto demuestra que la pretendida solución que contempla la creación de dos estados no es más que una utopía reaccionaria que favorece cada vez más al sionismo y su proyecto fascista.

“El plan de Trump no va a cambiar la realidad cotidiana de la ocupación impuesta desde hace más de medio siglo, pero consagrará la segregación en Cisjordania entre 400.000 colonos, a quienes se aplicará exclusivamente la legislación israelí, y 2,5 millones de palestinos sometidos a la ley marcial del ocupante. Estas son las claves del plan de Trump”.(ídem)

El pulso interimperialista sigue su curso

La administración Trump ha realizado varias medidas que son un espaldarazo importante para el gobierno sionista de turno. Hace dos años que la embajada yanqui fue trasladada a Jerusalén como un gesto para señalar el camino que iba a seguir su administración. Por otro lado, el recorte de la ayuda otorgada por monto de 200 millones dólares con el fin de aumentar la presión sobre la ANP. Esta política queda bien resumida de la siguiente manera

“Sin dar detalles, un alto funcionario ha explicado que los fondos originalmente destinados a programas en Cisjordania y Gaza, serán "redirigidos" a "proyectos de alta prioridad en otros lugares". La decisión se tomó tras una revisión para asegurar que la ayuda de Estados Unidos en el área se gasta de acuerdo con los intereses nacionales.”(Euronews 20/08/2018).

Por otra parte, el plan está lejos de hacer la unanimidad. Evidentemente las autoridades saudíes y egipcias, socios importantes del imperialismo gringo en la región ha llamado para que los palestinos “estudien cuidadosamente” la propuesta estadounidense. (El Pais 5/02/2020)

La UE también se ha distanciado una vez más de la política yanqui en el Medio Oriente. Los intereses de las antiguas potencias hegemónicas en el área están lejos de ser coincidentes en los aspectos tácticos de la política exterior yanqui, sobre todo después de la llegada de Trump al poder.

“El plan de paz del presidente de EE UU no encaja con los parámetros aceptados internacionalmente para poner fin al conflicto entre Israel y Palestina, según ha asegurado este martes el alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, en un comunicado. La UE expresa, además, su preocupación por las intenciones de Israel de proseguir con las anexiones de territorio en el valle del Jordán y en los asentamientos de Cisjordania. Y advierte que, de consumarse esos movimientos, “no pasarán sin ser recurridos”.(El País 5/02/2020)

La crisis iraní, las recientes escaramuzas entre los turcos y los sirios luego del acuerdo de intervención con los rusos en el norte de Siria, no dejan de acrecentar la inestabilidad, amén de la oposición directa de Erdogan al plan de paz de Trump.

Por una Palestina laica, democrática y no racista

La única salida para el pueblo palestino de lograr sus aspiraciones es la de re-centrar su programa y abandonar las quimeras de la realpolitik que proponen las direcciones reformistas y contrarrevolucionarias así como las diferentes fracciones de la burguesía imperialista que ven en la creación de dos estados la solución a la crisis.

El Estado sionista debe caer para permitir el regreso de los más de cinco millones de palestinos y sus descendientes expulsados de su territorio luego de la ocupación sionista.

Este es el punto de partida para reconstruir el país y deshacerse del yugo de la ocupación y de la explotación.

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