golpe

Por Nicolás Lebrun

El golpe de estado de la Junta Militar birmana ha derrocado el gobierno de la presidenta Aung San Suu Kyi, luego que poderosas manifestaciones pusieran al menos formalmente el fin de un gobierno militar producto del golpe dado en el año de 1962.

Esta antigua colonia británica que obtuvo su independencia en 1948 ha conocido como en casi todas las excolonias, gobiernos autoritarios que van desde las dictaduras militares hasta gobiernos bonapartistas. Esta situación se debe, entre muchos otros factores a las contradicciones interburguesas, la crisis económica y las movilizaciones populares que ponen en entredicho el sistema post colonial que ha mantenido los privilegios económicos de las antiguas potencias colonizadoras.

Los cambios en el tablero internacional también juegan un papel importante en el dinámico proceso de la lucha de clases y de las contradicciones interburguesas e inter imperialistas. Este aspecto será abordado posteriormente en el presente artículo.

En los últimos setenta años, el declive del imperio británico y el ascenso de las nuevas superpotencias como China y en un grado similar de Rusia, han cambiado la configuración de la geopolítica del área.

Un ejército enclavado en el poder

Desde la independencia, el ejército ha controlado el poder en casi la totalidad de este lapso. Salvo algunos episodios muy cortos, como el que acaba de terminar con el presente golpe, los militares controlan todos los aspectos de la vida en el país.

Los militares ya han enfrentado enormes movilizaciones populares reclamando mayores libertades democráticas, como en 1988, las cuales fueron salvajemente reprimidas.

Esto dio pie a la celebración de elecciones en 1990, en las cuales la Liga Nacional por la Democracia (LND) con Aung Suu Kyi a la cabeza, lograron obtener el triunfo. Sin embargo, el resultado de estas elecciones no fue reconocido por la junta militar. Esto hizo que los militares pusieran por casi una década a la candidata vencedora bajo arresto domiciliario. 

Una nueva ola de movilizaciones en el 2007, esta vez encabezada por los monjes budistas, que luego han jugado un atroz papel en la represión de la minoría rohinyá, fue a su vez reprimida fuertemente por la junta. Un año después, los militares adoptaron una constitución hecha a la medida por ellos mismos.

En 2010, la presidenta electa Suu Kyi fue liberada y en el 2011 una administración civil toma el control, no sin escapar al control de los militares. La LND de hecho pacta con los militares dentro de un marco de reacción democrática que les permite quedarse en el poder mientras la junta así lo considere.

Unas nuevas elecciones se produjeron en 2015 que dieron a la postre la formación de un gobierno en el cual Suu Kyi se convierte en la presidenta con un legado nada halagador.

En el 2017 se desata en Birmania una feroz represión y expulsión de la minoría étnica rohinyá. Los militares apoyados por la presidenta Suu Kyi, aplican una política de tierra arrasada, violaciones de mujeres y otros crímenes de guerra que serán defendidos por la presidenta delante de la ONU en el 2019.

En noviembre del año pasado, una nuevas elecciones se producen en las cuales la LND resulta vencedora.  El partido de los militares temía que su poder fuera modificado por la LND mediante reformas constitucionales.

“Puede que, en las elecciones de noviembre, el Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (USDP, por sus siglas en inglés), respaldado por los militares, haya ganado solo una fracción de los votos, pero el ejército aún tiene una gran influencia sobre el gobierno gracias a la controvertida Constitución de 2008, redactada durante el gobierno de la junta militar. (BBC 1°/02/2021).

Esta famosa constitución, le garantiza por ejemplo la cuarta parte de los escaños además del control de ministerios claves. En medio de acusaciones de fraude infundadas, el ejército al mando del genocida Ming Aung Hlaing, conocido por sus exacciones durante la campaña contra los rohinyás y la represión contra la disidencia que incluye torturas y asesinatos de los opositores, se ha quedado con el poder.

Una nueva generación sale a las calles

Las protestas que se han multiplicado a lo largo y ancho del país recogen el sentimiento democrático de la población. Los luchadores esta vez pertenecen en su mayoría a un contingente de jóvenes radicalizados.

“Esta vez se ven muchos adolescentes o veinteañeros participando. Es la primera vez que viven una situación igual” 5southeast Asia Globe 8/02/2021)

Además de este cambio cualitativito, se ha producido también un cambio cuantitativo. Las centrales sindicales, otras organizaciones estudiantiles, de agricultores y otros sectores han hecho el llamado a la huelga general, la cual ha sido masiva. La de la semana pasada tuvo el nombre 22222 en relación con la fecha.

“Nueve importantes federaciones llamaron a "detener por completo y de forma prolongada la economía" a partir de este lunes. "Ha llegado el momento de actuar", dijeron. Permitir que la actividad económica continúe ayudaría al ejército que "reprime la energía del pueblo birmano", advirtieron en un comunicado conjunto.

Ante este llamado, las fábricas del sector textil –que funcionaban a régimen pleno antes del golpe de Estado del 1 de febrero–, los centros comerciales, los bancos y los correos cerraron este lunes. La junta ha advertido a los funcionarios que quienes no se reincorporen al trabajo a partir del lunes serán despedidos.

Sobre las barricadas que buscan frenar las cargas de la Policía en Rangún, este lunes aparecen coloridas hileras de longyi, una falda tradicional birmana, para conmemorar el Día de la Mujer.” (DW 22/02/2021)

Los métodos de represión de la junta han ido en aumento. De los gases lacrimógenos han pasado a tirar balas reales. Las detenciones de opositores se han multiplicado y según las organizaciones humanitarias en este momento se encuentran cerca de dos mil personas en las mazmorras de la junta. Las victimas mortales no dejan de aumentar.

El imperialismo juega todas las cartas

Luego de la salida de los británicos de Birmania, las relaciones entre las diferentes potencias imperialistas y los gobiernos militares birmanos han pasado por diferentes etapas.

Después del triunfo de la revolución china, el gobierno birmano asumió un rol importante para la contención del proceso revolucionario dentro de sus fronteras nacionales. La burocracia del PC chino tampoco estaba por que su revolución se “exportara” fuera de sus fronteras, pero era celosa de mantener buenas relaciones con sus vecinos del sur. La presencia de tropas del Guomindang en suelo birmano fue el detonante de varios conflictos diplomáticos y escaramuzas militares en la frontera. Esto no impidió el acercamiento entre ambos gobiernos.

“El 16 de diciembre de 1949 el mismo U E Maung le dio una notificación al primer ministro chino, Zhou Enlai, expresando el deseo de su gobierno por establecer relaciones diplomáticas con el nuevo régimen de China. Dos días después, el Gobierno de la República Popular dijo que estaba dispuesto a establecer relaciones con su contraparte birmana bajo la premisa de que rompiera relaciones con el Gobierno del Guomindang. Ese mismo día los dirigentes birmanos dieron el reconocimiento diplomático a la República Popular de China. Después de un periodo de negociación, el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas se realizó el 8 de junio de 1950, con lo cual el Gobierno birmano llegó a ser el decimoquinto país en establecer relaciones con el nuevo Gobierno chino (Hinton, 1994).” (Germán Alejandro Patiño Orozco, Política exterior china en Myanmar: ¿presencia permanente e incontrovertible ? 2016)

El veto de sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU por parte del gobierno chino en contra de la junta militar y del gobierno anterior durante el genocidio de los rohinyás, tiene su explicación en la importancia que juega Birmania en varios aspectos: energéticos, geográficos y geopolíticos.

El nuevo emperador chino Xi Jinping ha manifestado su apoyo e interés en el mantenimiento de las relaciones entre ambos países.

“En el mensaje, Xi dijo que desde el establecimiento de relaciones diplomáticas hace 70 años, la tradicional amistad "Paukphaw" (fraterna) entre China y Myanmar ha sido tan firme como una roca a pesar del viento y la lluvia, y agregó que los dos pueblos se han beneficiado del desarrollo de las relaciones bilaterales y de la profundización de la cooperación en diversas áreas entre sus países.” (Xinhuanet.com 06/2020).

Pero los motivos que se esconden detrás de este lenguaje diplomático son bien concretos y vitales para la expansión y fortalecimiento del imperio chino. La nueva burguesía china, al igual que lo hicieron los yanquis en el continente americano, trata de controlar política y económicamente los denominados patios traseros para asegurar su estabilidad en una zona en la que se encuentran otros competidores de talla mayor como lo es la India.

“El sudeste de Asia es quizás la región de mayor importancia estratégica para China. La región cuenta con todas las rutas viables para el transporte de energía desde el Medio Oriente, África y el resto del mundo hacia China, por ello su importancia. En cuanto a la seguridad energética de China, el sudeste de Asia tiene un significado más allá del comercio y la seguridad del transporte, es también importante para la estructura de seguridad regional, además es una “clave” de China para asegurar una posición de influencia regional y mundial (Zhang, 2007), porque el Gobierno chino tiene intereses económicos específicos en esa zona y la considera un área de influencia natural.

Cabe mencionar que existen por lo menos una docena de estrechos estratégicos y cuerpos de agua en la región, como el estrecho de Sunda, el de Gaspar, el de Lombok, el de Makassar, el de Maluku y otros. Sin embargo, el canal más importante es el estrecho de Malaca.14 En primer lugar, porque es el camino más corto entre China, Medio Oriente y África y, en segunda instancia, ligado a lo anterior, porque el 80% de sus importaciones de petróleo son transportados por el estrecho de Malaca.

Las estimaciones afirman que la demanda china de petróleo se duplicó en la última década, pasando de 3.3 millones de barriles por día (bpd) en 1995 a 6.6 millones de bpd en 2005, y se prevé que aumentará a 13.6 millones de bpd para el año 2020. Una alta dependencia del estrecho de Malaca deja a China vulnerable no sólo ante las amenazas de la piratería y el terrorismo, sino también a expensas de otros poderosos competidores, como Estados Unidos, Japón e India, que buscan el control de estas líneas marítimas y que están tomando medidas correspondientes.” (óp. cit)

Los tibios llamados de la diplomacia imperialista china para que se retorne a la estabilidad no son más que notas al pie de página. Además de lo enunciado anteriormente, la eventual pérdida de poder de la junta militar luego de las elecciones de noviembre podría también acarrear la suspensión de un gran negocio financiado por los chinos. Una central hidroeléctrica en el estado de Kachin con un monto invertido cercano a los 3600 millones de dólares.

Por otro lado, los rusos también son socios importantes del gobierno birmano. La potencia imperialista, encabezada por Putin ya se ha manifestado en diferentes ocasiones en ese sentido.

“Rusia y Birmania están cumpliendo un vasto programa de cooperación en materia militar, según datos del Centro ruso de análisis del comercio mundial de armas, Birmania figuró entre 2009 y 2016 en el 17 lugar entre los importadores del material de guerra ruso, registrando en 2011 el indicador máximo, del 4,62%, en la estructura de las exportaciones militares rusas.

El titular de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, reunido con el comandante en jefe de las FFAA de Birmania, general Min Aung Hlaing, dijo que su país actúa como socio estratégico de Rusia en su región. Sostenemos que Birmania es socio estratégico de Rusia en la región del Sudeste asiático y Asia-Pacífico, la cooperación en materia militar es el elemento clave de todo el conjunto de las relaciones ruso-birmanas" (Sputnik 21/08/2018)

La pérdida de influencia de los yanquis y de la UE es importante, pero no por eso, estas potencias imperialistas han renunciado a seguir luchado por su parte de mercado y por mantener su influencia política en esta región.

Una asamblea constituyente para sacar a los militares del poder

El valor de las masas birmanas que enfrentan a pecho descubierto las fuerzas armadas no debe verse traicionado por acuerdo que busquen mantener el estatus quo. La experiencia que han hecho con el gobierno colaboracionista de Aung Suu Kyi ha dejado sus lecciones. Las fuerzas armadas deben de dejar el poder y el control de las instituciones políticas del país. Esto no podrá ser logrado si al frente de las movilizaciones, las direcciones del movimiento obrero organizado junto con las organizaciones estudiantiles y campesinas logran mantener esta consigna para derrocar a la junta asesina.

Los llamados tramposos de las potencias imperialistas no son mas que atolillo con el dedo.

Detrás de estas movilizaciones también se manifiesta la profunda crisis económica y el temor de hacer marcha atrás en términos de los escasos derechos laborales que tienen los obreros birmanos, como el salario mínimo, las jornadas de trabajo, que bajo la dictadura militar no existían.

Las organizaciones sindicales y los partidos políticas deben lanzar una campaña internacional de apoyo a la lucha del pueblo birmano.

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