Europa

 

Por Nicolas Lebrun

Después de meses de violentas y masivas protestas contra la ley de pensiones del presidente Macron, el país de “los derechos humanos” ha vuelto a verse estremecido por una nueva ola de protestas, esta vez contra la violencia policial.

El asesinato del joven de 17 años, Nahel Merzouk ha creado un efecto dominó. La publicación del video de la intervención de las fuerzas represivas puso en evidencia los graves hechos, sin dejar dudas sobre lo acontecido. La juventud y las personas de origen magrebí fundamentalmente han encabezado loas marchas y los enfrentamientos contra la odiada gendarmería y los grupos de intervención de la policía francesa, las BRAV-M. Estos últimos fueron desplegados durante las manifestaciones contra la ley de pensiones y se caracterizan por la fuerza brutal con la que ejercen sus misiones, llegando a acumular miles de denuncias.

La periferia parisina: el gueto a la francesa

Los departamentos que se encuentran en la periferia francesa son el lugar de residencia de miles de personas que se encuentran en condiciones de pobreza y abandono por parte del estado. Estos barrios antiguamente fueron ocupados por la clase obrera “blanca”. En la segunda mitad del siglo veinte, la población migrante mayoritariamente venida de la ex colonia de Algeria fueron tomando poco a poco el lugar. En un principio, los argelinos vivían en covachas que fueron remplazadas por torres de apartamentos, los HLM, con el objetivo de amontonarlos para evitar que no se instalaran en los departamentos blancos para no hacer depreciar el valor inmobiliario.

 “los barrios marginales, poblados principalmente por inmigrantes coloniales y extranjeros, y sobre su reabsorción en Saint-Denis, al norte de París, durante las décadas de 1960 y 1970 (David 2002). Durante este período, solo del 5 al 10% de los extranjeros de la región de París vivían allí (Blanc-Chaléard 2016, pp. 228-231). Sin embargo, la reabsorción de los barrios marginales se ha convertido en un prisma distorsionador de la historia urbana de la segunda mitad del siglo XX, insertándose en una serie de lugares comunes simplistas o erróneos: "los inmigrantes se han mudado de los barrios marginales a las viviendas de bajo alquiler", "se han construido grandes urbanizaciones para albergar a los inmigrantes" o "la reunificación familiar establecida a partir de 1974 ha precipitado la crisis de las grandes urbanizaciones" al "ahuyentar a las clases medias blancas".” (metropolitiques.eu)

En estos lugares, los servicios de base, educación, salud, cultura y deportes enfrentan una severa crisis debido a una multiplicidad de factores, entre ellos la falta de personal, la inseguridad y fundamentalmente los recortes en los presupuestos y la inversión pública.

Los indicadores sociales son alarmantes. El gueto se ha convertido en una prolongación de la política colonialista, pero al interior del territorio francés.

Uno de ellos es el de la vivienda. "El precio medio (del alquiler ndlr) aumentó un 70% entre 2006 y 2018, mientras que durante el mismo período toda la región experimentó un aumento del 32%". Según los datos de los notarios del Gran París, el precio por m2 de un apartamento antiguo ahora alcanza los 6840 euros de media en Ile-de-France, incluida la capital.

El desempleo, que afecta mayoritariamente a los jóvenes y las mujeres. Este representa cerca de 17% de la población contra cerca de 7% del promedio nacional (insee.fr)

La pobreza es mayor en estas regiones, siendo los jóvenes los más afectados de forma estructural.

“Entre 2013 y 2017, el número de personas que viven en hogares de bajos ingresos aumentó en 158.880 (+9,8%) y los menores de 20 años en 49.110 (+7,1%). Parte de este aumento es "artificial" ya que resulta de una mejor identificación de jóvenes en situación precaria gracias a la implementación del bono de actividad en 2016.

La pobreza es particularmente marcada en Seine-Saint-Denis, donde el 30% de la población vive por debajo del umbral de pobreza, muy por encima de los niveles alcanzados por Val-d'Oise (20%) y Val-de-Marne (18%), que están más cerca de la media regional (17%). Por el contrario, los tres departamentos más ricos de la región, París, Hauts-de-Seine e Yvelines, se ven mucho menos afectados. Esto también es cierto para los jóvenes. En Seine-Saint-Denis, el 40% de las personas menores de 20 años viven en hogares de bajos ingresos, 2,5 veces más que en Yvelines.

Según los datos de las Cajas de Subsidios Familiares, el 17% de los residentes de Ile-de-France menores de 65 años y el 24% de los niños menores de 20 años viven en hogares de bajos ingresos (datos de 2017). Los adultos solteros, con o sin hijos, son los más afectados. Dos tercios de los hogares de bajos ingresos dependen en más del 50% de los beneficios de CAF. La población de beneficiarios de bajos ingresos tiende a aumentar. Desde 2016, este aumento se debe principalmente a la introducción del bono de actividad, que ha permitido medir la precariedad de los trabajadores jóvenes. Además, cabe señalar que los recursos de los beneficiarios de 65 años o más son poco comprendidos por los CAF, el análisis detallado en este artículo se centra en las personas menores de 65 años. (institutparisregion.fr)

La olla de presión sigue ardiendo

Desde hace ya más de un quinquenio las protestas de los trabajadores contra los planes de austeridad y la defensa de las conquistas sociales no han cesado a pesar de que muchas de ellas han sido derrotadas. Estas no han sido provocadas por la ausencia de determinación y de combatividad de la clase trabajadora, sino por el manejo burocrático de las organizaciones sindicales que tienen a la cabeza dirigentes reformistas y claudicantes. En esta última lucha, se negaron sistemáticamente a lanzar la huelga indefinida. En lugar de eso se concentraron en medidas centradas en el campo institucional burgués, como el recurso contra el 49.3, donde estaba asegurado un fallo negativo si la relación no daba un salto de calidad y de cantidad, siendo la huelga general indefinida el verdadero antídoto contra la nueva ley de pensiones.

La caja de Pandora que abrió esta lucha fue provocada por el empobrecimiento creciente de la población debido primero a la pandemia que dejó a miles de personas sin poder trabajar, sobre todo en los empleos más precarios y ocupados por los jóvenes.  Por otro lado, la guerra en Ucrania desencadenó una ola inflacionaria que de nuevo afecta al conjunto de los trabajadores que no han visto sus salarios aumentar al ritmo de la inflación. De nuevo, los jóvenes y los trabajadores precarios y los desempleados han sido los más afectados.

El asesinato de Nahel vuelve a encender la mecha

El joven francés de 17 años de origen magrebí fue asesinado por un tiro en el cabeza dado por un policía.

“El 27 de junio, alrededor de las 8:30 a.m., Nahel Merzouk, de 17 años, fue asesinado por un oficial de policía a pocos kilómetros del centro de París. Dos días después, surgió una ola de protestas. Estallan disturbios. Más de tres mil arrestos se realizan en toda Francia mientras la investigación está en curso.”

El racismo estructural de la policía ya ha sido denunciado y puesto en evidencia desde hace tiempo. El control facial, denominado así porque es basado por el color de la piel o los rasgos étnicos, es muy elevado. Los jóvenes de origen inmigrante tienen más posibilidad de ser controlados por la policía. Es una rutina instalada en el seno de la policía francesa. Las denuncias sobre asesinatos y casos de violencia policial son moneda corriente en los últimos años. La lista es grande, los casos más sonados son el Adama Traoré, Théo Luhaka, Zyed y Bouna etc etc

“El 85% de los encuestados dicen que nunca han sido revisados en los últimos cinco años. Pero las cifras cambian significativamente entre los jóvenes: los jóvenes de 18 a 25 años reportan 7 veces más controles que la población. "Y los hombres percibidos como negros o árabes parecen cinco veces más preocupados por los controles frecuentes (es decir, más de cinco veces en los últimos cinco años)", se lee. Combinados estos dos criterios, parece que el 80% de los que corresponden al perfil de "joven percibido como negro o árabe" han sido revisados en los últimos cinco años, frente al 16% del resto de los entrevistados. "En comparación con toda la población, y en igualdad de condiciones, estos perfiles tienen 20 veces más probabilidades que otros de ser controlados", dice el Defensor de los Derechos.” (radiofrance.fr)

La juventud fue un contingente importante en las movilizaciones contra la reforma de las pensiones. Fueron también duramente reprimidos por los gendarmes y las brigadas de choque.

Lo que ha sucedido en estos días ha sido en parte la prolongación de las precedentes movilizaciones.

A organizar la lucha por la defensa de las libertades democráticas y contra el racismo

La burguesía francesa va preparando el terreno para la instalación de un régimen cada vez más represivo. El conjunto de leyes aprobadas en los últimos años, además de la designación de personajes fascistoides a la cabeza del ministerio del interior, así como de los prefectos de la policía que no le envidian nada a las fuerzas represivas de regímenes con menos libertades democráticas. El ascenso del partido fascista de Marine Le Pen se debe entre otras cosas por el discurso de odio de las autoridades de los gobiernos anteriores y en particular por el actual. Las medidas antiinmigración también le han abierto las puertas a partidos como este y el de Eric Zemmour.

Esta lucha solo puede ser ganada en las calles, movilizando al conjunto de la clase trabajadora, los sindicatos y las organizaciones de defensa de los derechos humanos, organizaciones por los derechos de las minorías sean sexuales o migrantes, para provocar la reestructuración de las fuerzas policiales. Estas deben ser controladas por las mismas organizaciones mencionadas anteriormente.

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