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NICARAGUA.- Ortega debe rendir cuentas por la masacre: … ¡Exijamos un plebiscito ya!

Los acontecimientos en Nicaragua continúan precipitándose hacia una situación revolucionaria. La protesta estudiantil contra las inconsultas reformas a la seguridad social, terminó convirtiéndose en una semi insurrección popular, que ha herido gravemente el régimen bonapartista de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

 

La Policía Nacional desató una masacre, disparando a mansalva contra estudiantes desarmados. El régimen de Ortega quiso sentar un precedente contra las sublevaciones populares, y lo hizo de manera sangrienta: se contabilizan más de 63 estudiantes y jóvenes muertos, mas de 200 heridos y algunas personas desaparecidas.

Los acontecimientos revolucionarios de la tercera semana de abril del 2018, han impactado profundamente en la conciencia de las masas. La masacre ha convertido la apatía en ira popular.

Pero no todos los factores de la situación política son favorables a una nueva revolución. Los empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) convocaron a una gigantesca marcha el día 23 de abril, en Managua, con consignas a favor del “dialogo” y la “paz”. Para reforzar su rol de garante en el dialogo convocado recientemente por Daniel Ortega, la Iglesia Católica convocó a otra gigantesca marcha el día 28 de abril, de igual o superior envergadura que la del COSEP, y con las mismas consignas. Los empresarios del COSEP y la Iglesia Católica no quieren una nueva revolución, por ello encabezan movilizaciones para presionar al gobierno de Ortega para que democratice el régimen.

Un sector beligerante de la vanguardia estudiantil ha comenzado a levantar la consigna de la renuncia de Ortega y su esposa. Esta consigna es retomada por algunos grupos de la oposición burguesa, como el Frente Amplio por la Democracia (FAD), el diario La Prensa y grupos antisandinistas en el exilio. Estos últimos también se refieren, de manera contradictoria, al adelanto de las elecciones presidenciales, sin precisar fechas.

La espontanea semi insurrección popular de abril no tuvo la conducción centralizada ni la suficiente fuerza para derrocar al gobierno. El amago de paro nacional de los empresarios nunca se produjo, tampoco los trabajadores lograron imponerlo por su cuenta. Indudablemente, que el cese de la lucha callejera produjo un respiro para el asediado gobierno, viéndose obligado a retroceder y a derogar el Decreto No 03-2018. Entonces, quienes levantan la consigna de renuncia de Ortega, lo hacen en el momento en que la lucha callejera ha terminado, cuando el gobierno promete hacer concesiones, y cuando el COSEP y la Iglesia Católica trabajan arduamente para resolver los problemas por medio de la negociación y el dialogo. Esta compleja situación es la que ha evitado que la mayoría de las masas se movilicen bajo la consigna central de la renuncia de Ortega, dejando en relativa soledad a la vanguardia estudiantil. Las consignas se vuelven revolucionarias cuando prenden en las masas y las movilizan.

Levantar la consigna de la renuncia de Ortega y su esposa, nos plantea inmediatamente el problema de quien le debe suceder en el poder. Y quizás este es el punto que mas favorece al gobierno sandinista. No se trata de tumbar el gobierno de Ortega para instaurar un gobierno en manos de la burguesía opositora. Sería pasar de las llamas al fuego.

El régimen de Ortega se ha empecinado en reprimir las luchas obreras y populares, destruyendo cualquier intento de construcción de una alternativa revolucionaria, independiente. La situación objetiva nos obliga a construir una alternativa de los trabajadores y los jóvenes en la marcha de los acontecimientos, a partir de los organismos que estuvieron en la lucha, buscando la creación de una Coordinadora Nacional de Luchadores.

Daniel Ortega debe rendir cuentas ante el pueblo por la masacre cometida. Hasta el momento, Ortega y su esposa se hacen los sordos, ante la exigencia de la renuncia, agrupando a las bases sandinistas y a la vieja guardia del FSLN para la pelea política.

Aunque la Constitución de Nicaragua no contempla el referendo revocatorio, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) considera que la permanencia de Ortega y su esposa en el poder, debe someterse a una consulta popular, a un inmediato plebiscito donde la mayoría del pueblo decida si continúan en el poder o no. Esta es una salida verdaderamente democrática.

Lo anterior nos obliga a luchar de manera inmediata por una reforma total al sistema electoral, nos obliga a discutir como reorganizar el Consejo Supremo Electoral (CSE), como cambiar el corrupto sistema judicial, como defender las libertades democráticas, defender el derecho de los estudiantes a construir una nueva organización estudiantil que no sea manipulada por el gobierno, etc.

En pocas palabras, la consigna de plebiscito nos ayuda en la lucha por la democratización de Nicaragua, la que se obtendrá hasta que impongamos la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

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