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El nuevo y peligroso gobierno neoliberal de Rodrigo Chaves en Costa Rica

Después de vencer al ex presidente Jose María Figueres en la segunda vuelta electoral, Rodrigo Chaves, finalmente asumió la presidencia de Costa Rica el pasado 8 de mayo.

El ascenso vertiginoso de Rodrigo Chaves, un advenedizo en política, a la cabeza del recién fundado y también desconocido Partido Progreso Social Democrático (PPSD), representa un verdadero fenómeno político que merece ser analizado, para sopesar las consecuencias inmediatas.

Chaves fue ministro de Hacienda bajo el gobierno de Carlos Alvarado. En mayo del 2020, renunció a su cargo por serias discrepancias con el gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) en torno al manejo de la crisis económica, bajo los efectos de la pandemia de coronavirus. Chaves era partidario de un ajuste estricto que redujera el presupuesto general de la república, revisar los gastos de las instituciones autónomas, reducir los impuestos a las grandes empresas, etc. Un ajuste brutal.

El PAC, que fue una disidencia del Partido Liberación Nacional (PLN), llegó al poder con Luis Guillermo Solís (2014-2018) y se mantuvo en el poder con Carlos Alvarado Quesada (2018-2022) por el enorme descontento popular contra el bipartidismo (PLN-PUSC) en crisis, y por el continuo desmantelamiento del estado de bienestar.

Los dos gobiernos del PAC, no solo no rompieron con la línea neoliberal de los gobiernos anteriores, sino que la profundizaron, provocando una enorme decepción en las masas populares. Prueba de ello es que en las ultimas elecciones el PAC prácticamente desapareció de la escena política. Es una pasada de cuenta de las masas, por haber incumplido sus promesas electorales.

Dos años después de su renuncia, Chaves ganó las elecciones en segunda vuelta y ahora es presidente de Costa Rica. Lo primero que debemos mencionar es que la votación a favor de un candidato neoliberal de línea dura, se debió a que el descontento popular entre los sectores más pobres, los que viven en provincia, por fuera del valle central, se ha intensificado, mientras que los sectores de clase media, que apoyan el reformismo y el progresismo, se han desmoralizado, lo que se tradujo en una alta abstención durante la segunda vuelta electoral.

La decepción de las masas populares es tan grande, que ya no distinguen programas ni propuestas, solo prevale el rechazo al actual sistema de partidos políticos, y por eso ven con simpatías que alguien que viene de las sombras con propuestas mágicas pueda finalmente realizar los cambios que la gente anhela.

El resultado es demoledor. El actual presidente Chaves se prepara para asestar el golpe final al agónico estado de bienestar. Queremos llamar la atención de que, en la composición de las diferentes bancadas de diputados dentro de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, prevalece una absoluta mayoría de diputados que provienen de partidos con posiciones neoliberales, con la excepción de los seis diputados del Frente Amplio (FA). Bajo los gobiernos del PAC, el FA claudicó de manera vergonzosa a la ofensiva neoliberal. Esperamos que en esta ocasión hagan una real oposición dentro de la Asamblea Legislativa, pero principalmente en las calles.

Con los antecedentes de Chaves no es necesario predecir el futuro, sabemos lo que viene detrás: una brutal ofensiva contra el nivel de vida de los trabajadores, contra sus niveles de organización sindical, especialmente del sector público, mayores privatizaciones y ajuste fiscal contra las masas populares.

Se avecinan grandes acontecimientos en Costa Rica, un país sumido en una crisis económica y social sin precedentes. La única forma de poder derrotar la inminente ofensiva neoliberal es por medio de la unidad de acción de todas las fuerzas sindicales y populares. Aunque la Asamblea Legislativa este controlada por el neoliberalismo, estos diputados fueron electos por una minoría y no representan la voluntad mayoritaria del pueblo de Costa Rica, que anhela defender y mejorar sus niveles de vida. La lucha apenas empieza.

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