Historia


Por Maximiliano Cavalera

La historia militar de la humanidad ha registrado acontecimientos importantes y dignos de celebrar, muchas películas se han realizado celebrando la ferocidad de los guerreros espartanos que defendieron el paso de las Termópilas logrando por tres días atrasar el paso de los soldados persas que pretendían conquistar todas las ciudades Estados de la Grecia antigua. Igual de gloriosa fue la trágica epopeya de la rebelión de los esclavos liderada por Espartaco, trágico fue su final, en donde los “rebeldes” fueron asesinados o condenados a pagar en una cruz su deseo de emanciparse de la espada esclavista romana. Pocos recuerdan cómo fueron masacrados los obreros parisinos de la Comuna de París, pero su lucha fue recordada como la consagración mítica de los obreros por intentar crear una sociedad mejor.

Los ejércitos son instituciones del Estado. Estos existen para defender los intereses de clase, de las clases sociales que dominan el Estado, pero concretamente, la historia de la humanidad ha dado a luz a ejércitos que no responden a los intereses de clase de los poderosos. Los espartanos eran una casta militar que defendía los intereses de la de la democracia esclavista en contra del despotismo del emperador persa. Espartaco lideró un ejército que no es de esclavistas, sino de esclavos que luchan contra de sus mas grandes enemigos, los esclavistas que los condenan a trabajar y servir por casi toda su vida. Más de 1800 años después de la masacre de Espartaco y sus hombres, la ciudad de París constituyó una Comuna, que para defender a Francia en contra de la intervención extranjera se armó y tomó la ciudad. En el primer caso, se trata de un ejército que libra una cruenta lucha de esclavos contra esclavistas, en el segundo, luchan la burguesía contra los obreros. En las dos ocasiones las clases explotadas se armaron espontáneamente y tanteando de a poco, lograron conformar organizaciones que responden a los intereses de los campesinos pobres, esclavos y trabajadores.

Es aquí en donde tenemos que hablar del que fue conocido como el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos de la Unión Soviética. Fundado en el mes de febrero de 1918, este ejército no tiene parangón en la historia de la humanidad, es mas, no debe confundirse con el andamiaje burocrático que terminó siendo después de que el Estalinismo corroyese los cimientos de la Revolución de Octubre.

La Primera Guerra Mundial

Muchos historiadores piensan que la Segunda Guerra Mundial no es más que la continuación de la primera. La llamada La Gran Guerra es la lucha de las potencias del mundo. Por un lado tenemos a las potencias que tenían un desarrollo económico tan grande que obtuvieron colonias por casi todo el planeta. Imperialismos como el inglés, norteamericano y francés eran los dueños de los recursos, la materia prima y la mano de obra barata en sus colonias. Por el otro lado estaban las potencias emergentes, que llegaron “tarde” al reparto del mapa imperialista del mundo. Estas tenían pretensiones imperiales y sobre todo, deseaban arrebatarle de las manos las colonias a los imperialismos que ya se habían repartido el mundo. La Alemania de la Primera Guerra Mundial es un gigante industrial que deseaba colonias para sobreexplotar trabajadores y obtener las materias primas tan necesarias para su desarrollo como potencia imperialista

En esta gran masacre los que fueron asesinados en las trincheras no fueron los grandes los archiduques, ni los monarcas, fueron los hijos de los campesinos y obreros los que vieron sus cráneos destrozados en las trincheras y fueron mutilados por las bombas. Toda esta devastación logró que en febrero de 1917 se diese la primera revolución rusa. El triunfo revolucionario en Rusia y la debilidad del capitalismo significó que en Europa se abría una época de revoluciones.

En octubre triunfa el Partido Bolchevique. Así fue que el Partido Bolchevique pone sus labores en firmar la paz. “PAZ, PAN Y TIERRA” fue la promesa que llevó al bolchevismo al poder. Este trabajo no fue fácil, debido a las enormes presiones de las masas rusas, que hambreadas, golpeadas y asesinadas por la guerra imperialista, miraban en la firma de la paz la salida a la miseria en que se encontraban.

La guerra civil

La toma del poder significó un enorme problema para los revolucionarios soviéticos. Los viejos representantes de las castas zaristas no se quedarían con los brazos cruzados, deseaban retomar el control del Rusia y restablecer el viejo orden. Las potencias del imperialismo europeo no permitirían que la revolución se consolidase. Los antiguos enemigos en la Gran Guerra se aliaron, enviaron más de 14 ejércitos imperialistas que invadieron la Unión Soviética.

Las revoluciones son procesos convulsivos en que las clases sociales se enfrentan y luchan entre si. En la Rusia de 1918 se enfrentaron las fuerzas del nuevo orden, el de los soviets de obreros y campesinos, y las del viejo orden Zarista. Los ejércitos del zarismo, el viejo Estado contra uno nuevo, un ejército Zarista que se desintegraba y un ejército de obreros que se estaba comenzando a gestar desde las milicias obreras.

El encargado de construir el nuevo ejército fue León Trotsky, en ese entonces delegado por el Partido Bolchevique para firmar la paz con Alemania (Paz de Brest-Litovsk) y que había fungido en el Comité Militar Revolucionario en la insurrección de octubre: “Trotsky es uno de los mejores escritores del socialismo mundial, pero sus cualidades no le han impedido convertirse en el jefe, el organizador dirigente del primer ejército proletario. La pluma del mejor publicista de la revolución se ha forjado nuevamente en espada.” (León Trotsky, el organizador de la victoria, Karl Radek)

Las bases que conformaron el nuevo ejército están ligadas a los mismos cimientos de la toma del poder en octubre. Las llamadas milicias rojas eran milicias obreras que se habían organizado independientemente para defender las conquistas de la revolución. En las jornadas de Octubre fueron el brazo armado del Soviet de Petrogrado y llevaron a cabo las incursiones armadas que instauraron el poder soviético. El Partido Bolchevique y su disciplina férrea logró tener un valor determinante, ellos fueron el factor subjetivo que llamó a los obreros a armarse y tomar el poder.

Un ejército de Clase

Como mencionamos anteriormente, el Ejército Rojo es una de esas cosas peculiares que ha dado a luz la historia. ¿En que radica su peculiaridad? En primer lugar en que la construcción del socialismo responde a las necesidades concretas que plantea la lucha de clases y la realidad histórica concreta.

Así pues, la misma Revolución de Octubre es un fenómeno sin precedentes. Rusia es el primer Estado en donde se logra expropiar a la burguesía e instaurar un gobierno de los explotados. Por ende, la necesidad de autodefensa obligó a los revolucionarios a fundar un organismo que defendiese la revolución, es decir, un nuevo ejército.

Pero ni el marxismo mismo había profundizado sobre este tema; pocos autores revolucionarios tocaron este tópico de la revolución y el socialismo. Es por esto que la construcción del Ejército Rojo denota una hazaña atípica; como vimos antes, el resto de los ejércitos de los explotados que se armaron en contra de sus amos fueron masacrados y desaparecidos materialmente.

Una de sus características estaba fundada en que: “nos correspondió construir el ejército sobre un terreno recubierto por la sangre y el fango de la pasada guerra, sobre el terreno de la necesidad y el agotamiento, cuando el odio a la guerra y a todo lo militar estaba vivo en millones y millones de obreros y campesinos” (León Trotsky, Sobre Los Frentes).

A medida que la guerra civil avanzaba se tomaban medidas para fortalecer el ejército. Se reclutó oficiales del viejo régimen zarista para dirigir las operaciones militares. Si observamos bien, esta medida responde a una particularidad social, y es que el poder se encuentra en la clase obrera, pero esta no tiene los elementos científicos y técnicos militares que la burguesía ha tenido gracias a siglos de explotación. Al mismo tiempo, introduce la institución del Comisario Político como forma de controlar a este oficial. Esta doble dirección en el Ejército Rojo era concebida como una institución transitoria, esperando que las fuerzas de la revolución tuvieran sus propios mandos militares.

Al final este ejército creado en Febrero de 1918, en las peores condiciones, logró triunfar en la Guerra Civil contra las fuerzas pro zaristas y las fuerzas militares imperialistas. Pero al mismo tiempo la historia fue inflexible con este ejército que fue copado por la degeneración Estalinista. En 1937 se dieron las purgas al interior del Ejército Rojo, llamadas también los juicios de Moscú, en donde se asesinó a la oficialidad militar forjada bajo el calor de la Revolución de Octubre. Irónicamente, el Ejército Rojo fue el último bastión con cierta independencia del dictador José Stalin.

Ese Ejército Rojo estaría destinado a realizar grandes batallas. Su sombra llegó a la Segunda Guerra Mundial logrando vencer al imperialismo alemán dirigido por el nazismo. Ese ejército defendió Leningrado y arremetió en contra del ejército nazi de Alemania, con la férrea tenacidad de clase que se dejaba ver en su juramento: “Me comprometo a defender, al primer llamado del gobierno obrero y campesino, la República Soviética contra todos los peligros y atentados de parte de sus enemigos, así como a no mezquinar mis fuerzas ni mi vida en la lucha por la República Soviética de Rusia en nombre del socialismo y de la fraternidad de los pueblos.” (Escritos Militares León Trotsky).

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