Opinión Libre

Por Ricardo Galíndez

Miembro del equipo de la CSR – El Topo Obrero (Venezuela)

Unas cortas líneas sobre la posición de miles de compatriotas y camaradas en torno a la revolución libia.

Una guerra, en términos de costos humanos y materiales es altísimo y lamentable pues se destruyen millones de horas hombre de labor infatigable, creador. Pero a veces las guerras son inevitables y hasta útiles como parteras de nuevas sociedades y enterradoras de lo históricamente viejo.

Pero no por progresivas o revolucionarias que puedan ser, no hay que buscar la manera de acortarlas lo máximo posible y más cuando lo que se pretende es derrotar con el menor dolor posible a los enemigos del progreso de la humanidad, a los amigos de la expoliación y explotación de los pueblos.

Muchos han escrito mucho sobre la criminal agresión militar de la OTAN, como brazo armado de las fuerzas imperialistas de Europa y los EEUU de Norteamérica. No se puede ahorrar palabra para denunciar los crímenes cometidos contra ese pueblo, sea civil o vestido de militar, pues se trata de la sangre de un pueblo semicolonial martirizado por décadas por el capitalismo internacional y ahora por los ejércitos aéreos de este. Mientras en la denuncia de sopotocientos, solo lloran a los asesinados por la OTAN del bando de Gadafi, yo lo hago también por los del bando contrario, los del bando de las milicias y de la CNT, que también tuvieron su ración de bombas y cohetes, lanzados “por error de cálculo” de los pilotos asesinos. Del cálculo de los milicianos que se lanzaban a atacar las fuerzas gadafistas sin el permiso de los dirigentes de la CNT y que ponían en peligro las negociaciones que se realizaban para lograr una transición “pacifica” de Gadafi a otro títere de igual o peor factura.

La guerra como tal llega a su fin, aunque Gadafi y sus aliados pudiesen mantener una resistencia militar en algunas zonas o ciudades por semanas o meses. Es más, para no herir algunas susceptibilidades, voy a conceder en aras de que sigan leyendo con el menor disgusto posible, que Gadafi pueda en un proceso, organizar una resistencia de tal tamaño, que a la larga derrote a la CNT y a las milicias.

Lo importante y lo que quiero señalar es que ¿cómo es posible que cientos sino miles, salgan a hablar y maldecir a las fuerzas imperialistas de la OTAN, condenándolas por su agresión criminal, pero desde el inicio de la intervención no se dieron a la tarea ni de movilizar al pueblo antiimperialista y revolucionario, que por millones hubiésemos llenado las calles y avenidas de muchos países para condenar la agresión y menos aún se atrevieron a plantear la solidaridad internacional concreta, en armas y hombres o boicot económico o energético contra las potencias agresoras?. ¿Realmente creyeron y creen que los países imperialistas se iban a inmutar por unas denuncias realizadas a través de medios de comunicación de cualquier índole?

Es increíble leer a ciertos columnistas y escuchar a ciertos políticos, incluso algunos que bajaron o los bajaron de las montañas a plomo limpio y ahora son embajadores en no se cuantos países y hasta en la ONU, decir que lo de Libia es tan solo un acto, de una obra más completa donde uno de sus capítulos es la Invasión a Venezuela, y con todo y esa supuesta conciencia, ni hacen nada concreto para detener la agresión contra el pueblo libio, y hacen nada para evitar que se realice el capítulo Venezuela.

Una guerra es sacrificio sobre todo para el pueblo que la asume como una lucha por su liberación. Requiere sacrificios tangibles de quienes plantean solidaridad con la misma. Se necesita compromiso militante mucho más allá de escribir unas cuartillas o dar ciertos discursos. Pero de quienes plantearon la solidaridad con el pueblo libio, muy pocos plantearon políticas o acciones concretas y menos cantidad aún hicieron algo, como por ejemplo dar aportes materiales, económicos y humanos para fortalecer las filas de quienes combatían contra el dictador Gadafi y rechazar las agresiones de la OTAN.

De nuestra parte, hace unas cuantas semanas, recién comenzada la agresión de la OTAN, escribí un artículo fijando posición contra la misma y haciendo un llamado para luchar para que se impusiese un boicot energético contra las potencias imperiales que atacaban militarmente al pueblo libio. Propuse un boicot petrolero selectivo contra los países que agredían a Libia. De todos esos compatriotas que dícense solidarios del pueblo libio, pocos, bueno, voy a ser sincero, tan solo leí una opinión que respondió a mi propuesta y la misma fue de que yo estaba loco. ¡¿Cómo me atrevía a plantear semejante atrocidad?! ¡¿Acaso no entendía que paralizar el envío de petróleo, por parte de Venezuela a países como los EEUU, provocaría graves perjuicios a nuestra economía? Si señor, ese amigo del PRT estaba de acuerdo con la lucha antiimperialista, pero siempre y cuando no generase sacrificios de nuestra parte. ¡No señor!. El pueblo libio no se merece una gota de sudor marchando todos los días por las calles y avenidas de nuestro país y menos aún vivir unos meses bajo racionamiento en alimentos, aparatos electrodomésticos, buenos carros, trabajar bajo aire acondicionado…

Hoy esos solidarios siguen hablando del pobre pueblo libio y de cómo nosotros le seguimos atrás en los planes pre concebidos de las fuerzas imperialistas, pero en una actitud tan combativa, que ya los veo para cuando suceda esa agresión, si se da según sus visiones, en la misma actitud que hoy asumen ante la agresión continua que vive nuestro pueblo trabajador por parte de los capitalistas criollos y los de las transancionales. Siguen trabajando, comiendo, viendo tele con o sin cable y bueno en ciertos momentos escriben para aligerar su conciencia. Menos mal, que el pueblo miliciano de Libia, se encontraba inmerso a su propia gente y junto a otros pueblos que como el egipcio y el tunecino, que ayudaron más allá de lo que muchos que dícense revolucionarios y hasta socialistas.

Desde nuestra trinchera seguimos creyendo que el boicot petrolero a las potencias imperialistas es justo y necesario. Que hay que rechazar la agresión militar de la OTAN y la injerencia en la conformación de un gobierno títere. No se puede apoyar un gobierno impuesto por la CNT. Hay que apoyar a las milicias que han dicho no a Gadafi, No a la OTAN. Decimos nosotros: POR UN GOBIERNO DE LOS QUE COMBATIERON Y SIGUEN COMBATIENDO CONTRA GADAFI Y LA OTAN. POR LA EXPROPIACIÓN SIN PAGO DE TODOS LOS BIENES DE LOS FUNCIONARIOS Y EX FUNCIONARIOS DE GADAFI Y SUS FAMILIARES, POR LA EXPROPIACIÓN SIN PAGO DE TODAS LAS EMPRESAS IMPERIALISTAS.

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